Mick Schumacher, o cómo partir tu monoplaza y a tu equipo por la mitad

La primera escena ponía los pelos de punta. El Haas de Mick Schumacher aparecía partido por la mitad tras impactar contra las protecciones de la Piscina. Así como la evolución natural ha incrustado en los humanos el miedo instivo a los reptiles, un coche partido conjura en la Formula 1 los peores presagios para la integridad del piloto. El último caso fue otro Haas, el de Romain Grosjean. Entonces, el fuego también completó el terrorífico cóctel. Era el segundo coche partido de Schumacher este año.

Afortunadamente, no se llegó a mayores con la integridad física de Schumacher. Pero el parte de daños que acumula el piloto destroza las arcas de Haas, comprometiendo seriamente la evolución del equipo para el resto de la temporada. Con semejante mochila, Schumacher también puede ver condicionado su rendimiento porque el peso psicológico de la carga financiera puede doblegar los hombros del piloto alemán. La otra cara de las carreras en 2022.

Mónaco se le atraganta a Schumacher, como también ocurrió en 2021. Dos años, otros tantos accidentes. Aún no ha puntuado desde que debutara en el campeonato. Sobrevuela una pregunta que parece tabú en la Fórmula 1. A pesar de su apellido, del apoyo de Ferrari ¿Merece el alemán un lugar aquí? Responder en la pista no será fácil.

Triple reincidente

“A ver que hacemos de ahora en adelante”, era el escueto mensaje del volcánico Gunther Steiner. Escuchar las conversaciones de jefe y piloto una vez tranquilizadas las aguas daría gran juego para la próxima edición de 'Drive to Survive'. Porque en siete carreras Schumacher ha sufrido tres accidentes, dos de ellos demoledores para la cuenta corriente de Haas, cuyo presupuesto de evolución se verá comprometido en el marco de las restricciones anuales de la Fórmula 1, más si cabe esta temporada por factores ajenos a la competición. Como para hacer chapa una y otra vez.

“El ritmo era bueno, y sentí que podíamos atacar. Al final, tomé la curva un poco hacia fuera, quizás una cuestión de 10 centímetros al final, y eso fue suficiente para perder todo el grip que creía que tenía”. Sorprendente fue también el resultado del golpe. Schumacher no recorrió demasiado terreno hasta el muro, pero el ángulo del impactó arrancó la caja de cambios del resto del coche. Golpes más violentos en 2022 no han producido semejante resultados. Pero en la dinámica del accidente influyó también la alta inercia de los coches cuando se salen de la pista debido su elevado peso actual, 800 kilos, por lo que los golpes son violentísimos.

Pero Schumacher es reincidente. Ya destrozó su monoplaza en los entrenamientos de Jeddah y perdio el gran premio saudí. También chocó contra Vettel en Miami. El golpe de Mónaco fue otra costosa guinda cuando aún faltan dos tercios de la presente temporada. A diferencia de su compañero, Magnussen, aún no ha puntuado este año. Su mejor resultado es el decimotercer puesto de Australia.

Cuatro millones en daños

Pero el pasado año también acumuló buen número de partes para el seguro. En Hungría no pudo participar en los entrenamientos por un accidente. Otro tanto le ocurrió en Mónaco tras otro impacto en los terceros libres. Cayó en el Q1 del Gran Premio de Francia por otra fuerte salida de pista. En las cinco carreras anteriores sufrió varios incidentes y trompos. Según un estudio a final de temporada de Sky Germany, los incidentes del alemán costaron 4.212.500 millones de euros, el primero de la lista de daños de todo el campeonato. Casi multiplicó por diez los provocados en todo el año por los dos pilotos de Alpine. En 2022 ya se acerca a los dos millones de euros, la mitad de ellos derivados del último accidente.

“Nuestro problema no es el tope presupuestario, sino el presupuesto de accidentes”, reconocía Steiner estos días. Con 140 millones de dólares para la presente temporada, la FIA calculó el coste de las evoluciones técnicas que pudieran incluirse en la cifra anual, con lo que se ha restringido seriamente esta partida. Pero los costos de transporte, así como la inflación, están desbordando los diques financieros con los que han de trabajar los equipos. Si los pilotos obligan a derivar partidas por sus accidentes ¿Qué confianza tendrá el piloto a partir de ahora en los momentos críticos de un Q1 en Baku o Silverstone, por poner dos ejemplos? Sin duda, el accidente de Schumacher en Mónaco fue algo más que partir un Fórmula 1 por la mitad.