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Sin ritmo, ni acierto: Fernando Alonso baja al sótano del Gran Premio de España
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Un día negro

Sin ritmo, ni acierto: Fernando Alonso baja al sótano del Gran Premio de España

Tras perder rendimiento frente al viernes y sin una adecuada gestión en los momentos finales de la Q1, el asturiano se ha quedado ya casi sentenciado desde antes de la salida

Foto: Alonso vivió una pésima sesión clasificatoria. (Reuters/Albert Gea)
Alonso vivió una pésima sesión clasificatoria. (Reuters/Albert Gea)
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Como esa cadena que se lía más cuanto más se pretende desenredarla: así le pasó a Alpine con Fernando Alonso en los entrenamientos del Gran Premio de España. El español quedó absurdamente atrapado por el atasco que le condenó a caer en el Q1. Saldrá en penúltima línea de parrilla, (si no hay otra estrategia del equipo que le haga salir ultimo) la peor de su carrera en España salvo con Minardi, con lo que las aspiraciones ante su público han quedado arruinadas antes del semáforo verde. Donde mayor ilusión, peor resultado. Al menos, el sábado.

Pero la cadena comenzó a enredarse porque el A522 no tenía ritmo, lo que colocó a Alonso en una situación de vulnerabilidad que le noqueó en los instantes finales. "De momento, hemos sido bastante rápidos el viernes y el sábado. Pero el domingo, por diferentes motivos, nuestros propios errores, fiabilidad, mala suerte, lo que sea, no hemos sumado tantos puntos como queríamos. Queremos cambiar este año desde Barcelona y tener una buena racha con puntos consecutivos en las carreras a partir de ahora", anticipaba Alonso el viernes a modo de declaración de principios. Va a ser que no, saliendo desde el fondo de la parrilla, salvo carambola de la prueba.

La gestión del atasco

Hasta ahora, al A522 le ha distinguido su velocidad a una vuelta a costa de una mayor degradación de los neumáticos en carrera. En los últimos tiempos, el equipo francés ha querido corregir el tiro a base de sacrificar velocidad última en beneficio de una mejor gestión del neumático el domingo. El calor en Montmeló podría dificultar más si cabe la tarea este fin de semana en el segundo apartado, ya que se espera la degradación más alta del año, a decir de algunos equipos. De momento, el precio se ha pagado en el primer apartado. Ocon tampoco entraba en la Q3.

Si Alpine llevó a cabo una diferente puesta a punto respecto al día anterior, en el caso del monoplaza de Alonso no funcionó. Contaba a la prensa española Otmar Sazfnauer que pregunta a los pilotos nada más bajarse de una primera sesión de libres si el coche puede ser más rápido. "Mucho más rápido", le contestaron en Montmeló. "El coche el viernes era rápido, pero perdimos rendimiento este sábado en comparación al viernes. Era muy rápido y, sin embargo, tenemos más problemas con el equilibrio. Tenemos que entender por qué".

"Desde los terceros libres, no fuimos muy rápidos. Tenemos alguna pieza en el coche diferente que este fin de semana le tocaba a mi 'compi' y se ha notado que me faltaba un poco de ritmo". Es de suponer justa la alternancia en determinadas piezas entre ambos pilotos, aunque las más competitivas —se supone— no estaban en el monoplaza de quien corre en casa. Pero en la Q1 Alonso ya empezó a sufrir más de lo esperado. Su primera vuelta ya le había dejado muy cerca del corte.

Y, con las debilidades, el margen de maniobra decrece. Los más lentos son los que corren más peligro, por lo que han de aprovechar el final de la sesión cuando la pista está más rápida. Quienes van sobrados, no tienen semejantes servidumbres. De aquí que la clave para sortear el más que previsible atasco final sea una adecuada gestión de tales momentos. Y Alpine falló en situaciones en las que antes no fallaba.

¿Cuándo se dan los puntos?

"Al empezar (el último 'stint') estábamos un poco todos al límite del tiempo, porque se acababa la sesión. Tampoco tuve mucha información por parte del ingeniero, hubo un malentendido con cuánto quedaba en la sesión, pensé que estábamos al segundo de pasar por meta, y, sin embargo, había 20 segundos. Salí por detrás de Lando para entrar en vuelta, y la verdad es que fue un poco un malentendido". Una buena manera de justificar el embrollo en el que Alonso se vio metido. De no mediar el problema, una vuelta limpia habría metido a Alonso en la Q2. Pero sin grandes alharacas.

Ciertamente, cada monoplaza (salvo Red Bull y Mercedes) de la actual parrilla puede oscilar de rendimiento. McLaren se desfonda en pistas como Austin, o sube al podio en Imola. El patrón vale para Alpine como para tantos otros monoplazas, mientras los equipos descubren nuevas pistas y evolucionan los monoplazas. Pero, si los antecedentes sirven, el A522, 'a priori', lo tiene crudo ante el calor que se espera en la carrera. Alonso volvía a tirar de su coletilla cuando las cosas se han torcido el sábado. "El domingo se dan los puntos". Pero saliendo desde la última línea, en una pista de difícil adelantamiento sin un gran diferencial de velocidad (por ejemplo, de neumáticos), los puntos se antojan algo más que un milagro.

Como esa cadena que se lía más cuanto más se pretende desenredarla: así le pasó a Alpine con Fernando Alonso en los entrenamientos del Gran Premio de España. El español quedó absurdamente atrapado por el atasco que le condenó a caer en el Q1. Saldrá en penúltima línea de parrilla, (si no hay otra estrategia del equipo que le haga salir ultimo) la peor de su carrera en España salvo con Minardi, con lo que las aspiraciones ante su público han quedado arruinadas antes del semáforo verde. Donde mayor ilusión, peor resultado. Al menos, el sábado.

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