Alpine y su estrategia ultraconservadora acaban con los sueños de Alonso en Miami
El equipo, que necesitaba más audacia en su estrategia por las limitaciones de su coche, pecó de cobardía y provocó una carrera anodina para el español, que también cometió fallos
Después de la clasificación de Gran Premio de Miami, cuando Fernando Alonso perdió una buena posibilidad de colocarse entre los cinco o seis primeros de la parrilla a consecuencia de verse estorbado involuntariamente por Carlos Sainz en su vuelta lanzada, Alpine sabía que necesitaba ser valiente en su planteamiento estratégico si quería llegar lejos en carrera. Pero no solo no hubo tal valentía, sino que el equipo francés tuvo el planteamiento más conservador de toda la parrilla.
Alonso cometió también algunos fallos de pilotaje y el equipo volvió a pifiarla en el momento de la parada en boxes, pero digamos que ambas situaciones no cambiaban el problema de fondo, y es que el temeroso planteamiento de carrera del equipo francés no daba opciones a lograr algo importante. Una estrategia a parada única, primero con neumáticos medios y luego con duros, fue el verdadero origen de una carrera de nuevo para olvidar para el piloto español, que, cuando se bajó del coche, tampoco quiso cargar las tintas contra su equipo.
"La suerte sigue evitándonos. Por ejemplo, a Russell, Ocon o Albon, gente que iba 16.ª o 17.ª, se encontró con la fortuna de un 'safety-car' en el momento ideal para acabar otra vez delante de nosotros. Ojalá me pase un día a mí", se lamentaba el español. Pero, en esta ocasión, no tiene razón Fernando en achacar su decepcionante carrera a la mala suerte. La suerte, como la inspiración, te debe de pillar trabajando o con los deberes hechos, y la fortuna podría haberle sonreído si, por ejemplo, hubiera tenido una estrategia a dos paradas con neumáticos medios, dejando los blandos para el tramo final con el coche con poca gasolina.
Una estrategia sin flexibilidad
Es fácil analizarlo 'a posteriori', una vez visto el desarrollo completo de la carrera, pero había suficientes indicadores con los numerosos accidentes ocurridos durante el fin de semana para pensar que la aparición de un 'safety-car' en algún momento de la carrera era algo muy posible. Por tanto, si finalmente aparece el coche de seguridad tal y como se aventuraba y no lo puedes aprovechar, no es mala suerte, sino las consecuencias de un planteamiento timorato. Ferrari o Red Bull jugándose el título tendrían disculpa en no arriesgar en su estrategia, pero Alpine, que salía undécimo, no.
Acabar octavo y noveno en un equipo con el historial de Alpine (Renault) y un piloto como Fernando Alonso en su segunda temporada juntos no es nada para celebrar. Sería adecuado para equipos y pilotos aspirantes, pero no para una dupla que se supone que tiene el título mundial como objetivo. ¿Qué problema hay si una apuesta arriesgada sale mal y se acaba fuera de los puntos? Al menos, das opción a conseguir algo importante, en lugar de languidecer durante gran parte de la carrera en mitad del pelotón.
De haber tenido otro planteamiento estratégico, Fernando, además, podría haber sacado más partido a su extraordinaria arrancada, que le catapultó de la undécima a la séptima plaza. Quizá por la frustración generada cuando ves que se suceden las oportunidades perdidas para destacar, llegaron los errores a medida que avanzaba la carrera. "Tuve una buena salida, arriesgué bastante en la primera curva y me toqué con Hamilton, pero ganamos muchas posiciones. Luego me toqué con Gasly y me penalizaron con cinco segundos, pero tuve una mala parada perdiendo otros cuatro segundos, así que iba siempre como con el pie cambiado, siempre al ataque", indicó.
Desde luego, no se le puede negar al bicampeón mundial que pusiera todo de su parte, porque peleó con mucha garra durante toda la prueba. El jarro final de agua fría para la afición española llegó tiempo después de haber acabado la carrera, cuando una penalización adicional de cinco segundos por ganar ventaja excediendo los límites de pista sacó al bicampeón mundial de las posiciones que otorgan puntos.
Unas penalizaciones justas
Tanto esta penalización como la recibida por el toque con Pierre Gasly fueron correctamente aplicadas y parece que la nueva dirección de carrera encabezada por Niels Wittich está decidida a ser estricta en la aplicación del reglamento, lo que no deja de ser una buena noticia, aunque en esta ocasión deje a los seguidores del asturiano con mal sabor de boca. Fernando, deportivamente, aceptó la sanción y así lo reconoció al acabar la prueba: "Entiendo la penalización, frené demasiado tarde y me fui contra él. Fallo mío. No le pude devolver la posición, porque ya estaba fuera de carrera, así que los cinco segundos son justos", comentaba.
Los rumores sobre posibles cambios de equipo o renovaciones de contrato de los pilotos empezaron a tomar forma en Miami y no parece, por desgracia, que Alpine vaya a ser ese equipo que permita a Fernando volver a saborear las mieles del triunfo. El equipo francés tiene, indudablemente, detalles que invitan a la esperanza, pero sigue demostrando carrera tras carrera que aún le quedan muchos —quizá demasiados— flecos por rematar para considerarse una opción con garantías.
Y, lo que es más importante, sin arriesgar, sin tratar de hacer algo diferente al resto, ese viaje a lo alto del podio se hará más largo e incierto. Y Fernando, con 40 años, no puede seguir esperando. Sin un cambio radical del panorama, seguir con Alpine en el futuro tiene sentido para un piloto con mucha carrera por delante como su compañero de equipo Esteban Ocon..., pero no para él.
Después de la clasificación de Gran Premio de Miami, cuando Fernando Alonso perdió una buena posibilidad de colocarse entre los cinco o seis primeros de la parrilla a consecuencia de verse estorbado involuntariamente por Carlos Sainz en su vuelta lanzada, Alpine sabía que necesitaba ser valiente en su planteamiento estratégico si quería llegar lejos en carrera. Pero no solo no hubo tal valentía, sino que el equipo francés tuvo el planteamiento más conservador de toda la parrilla.