Es noticia
La salida de Sainz en Australia aviva el debate sobre las escapatorias de grava y asfalto
  1. Deportes
  2. Fórmula 1
¿SEGURIDAD O FALSEAMIENTO?

La salida de Sainz en Australia aviva el debate sobre las escapatorias de grava y asfalto

Las escapatorias de asfalto con grava vuelven a estar en el ojo del huracán después del accidente del piloto español de Ferrari en el último Gran Premio

Foto: Carlos Sainz, durante el GP. (REUTERS/Martin Keep)
Carlos Sainz, durante el GP. (REUTERS/Martin Keep)

La introducción de las escapatorias de asfalto respecto a las de grava, para determinar los límites de la pista, es algo que ha ido imponiéndose con el paso de los años en los circuitos de Fórmula 1. Ninguna de las dos soluciones es perfecta desde el punto de vista de la seguridad, aunque parece que en la cuenta general de pros y contras, el asfalto sea mejor solución que la grava.

Las llamadas puzolanas de grava, empezaron a generalizarse en los circuitos en los años 90, para sustituir a las alambradas sujetas con postes como el medio más efectivo y seguro de frenar un coche, una vez que se saliera de pista. Supuso sin duda un gran avance y tenían la ventaja añadida que ayudaban a los pilotos de motos a no hacerse tanto daño cuando se iban por el suelo. El problema fundamental, es que la grava cuando no estaba seca o perfectamente removida durante o después de la lluvia, se volvía peligrosa porque no sólo no frenaba, sino que sus surcos al endurecerse provocaban vuelcos.

De este modo, Phillippe Gurdjian cuando fue comisionado por Bernie Ecclestone para que hiciera una instalación modélica de su recién adquirido circuito de Paul Ricard, fue el pionero en introducir las escapatorias de asfalto. Como el fin al que iba a ser destinado el circuito, en principio no iba a ser para competiciones sino para pista de pruebas, Gurdjian tiró por la calle de en medio y asfaltó completamente todo el terreno. De este modo, cuando un piloto se salía de pista, ni dañaba el coche, ni obligaba a parar la sesión.

Con los muros alejados de la pista, la forma de parar el coche cuando excedía los límites del trazado consistía en líneas de asfalto con diferentes niveles de abrasividad, de tal manera que a medida que el coche más se acercara a las barreras de seguridad, más ‘mordía’ el suelo el neumático para parar el coche. Los avances en seguridad y eficiencia en seguida se hicieron evidentes y Paul Ricard se convirtió en el destino de referencia para realizar entrenamientos privados con cualquier tipo de coche de competición.

El avance de sustituir grava por asfalto en las escapatorias, fue rápidamente copiado por otros circuitos, que aun replicando los mismos beneficios destaparon también el principal problema: ‘Los pilotos en competiciones atajaban’. Una solución a un problema daba paso a otro desconocido. Hasta la llegada del asfalto fuera de los límites de pista a los pilotos no se le ocurría traspasarlos, porque sabían que se arriesgaban a un golpe o muy probablemente a que su carrera acabara allí mismo.

Los errores deben pagarse caros. Siempre

Esto es justo lo que le ocurrió a Carlos Sainz en Australia. En otro circuito que en lugar de grava hubiera asfalto su carrera habría podido continuar. Con mayor o menor retraso, pero el madrileño podría haber seguido en todo caso compitiendo. Sin embargo, por mucho disgusto que nos lleváramos como aficionados, el castigo sufrido por el piloto de Ferrari es justo.

Cuando se han sobrepasado los límites de pista, la carrera para un piloto debe acabar ahí mismo o como mínimo, que pague el error con una penalización muy fuerte. La cuestión es que no sólo debe de ocurrir en Australia o en los circuitos donde aun quedan puzolanas de grava, debería ocurrir en todos los circuitos independientes que haya grava o asfalto fuera de las rayas que delimitan el trazado.

Es cierto, que en principio debería dar igual cual fuera el tipo de escapatoria, porque cada circuito es diferente y las condiciones a priori son iguales para los veinte pilotos de la parrilla. El problema es que cuando hay grava, la fiesta se acaba allí mismo, no hace falta que te diga nada ningún comisario. Sin embargo cuando la invasión fuera del trazado se produce en zona de asfalto, las penalizaciones duras, blandas o inexistentes ya quedan sujetas a criterio de dirección de carrera. No hace falta que repasemos lo voluble que viene siendo este criterio, porque la temporada pasada lo vivimos en multitud de ocasiones.

Por esas insultantes diferencias de criterio a la hora de aplicar la norma, debería de estar absolutamente regulada una fuerte penalización para todo piloto que ponga las cuatro ruedas de su monoplaza más allá de la línea blanca. Penalizaciones que vayan desde la exclusión de la carrera, a tener que hacer de forma inmediata un paso ralentizado por la línea de boxes. Puede parecer demasiado drástico, pero es evidente que si las penalizaciones son de ese calibre, cualquier piloto también se lo pensará dos veces antes de hacer ‘excursiones’ por las escapatorias.

Progreso sí, falseo no

Pensemos, que de entrada, a diferencia del pasado, sobrepasar los límites de pista no sólo era cuestión de poder estropear una carrera, sino que la posibilidad de matarse era cierta y real. El avance consiste en que hoy día una salida de pista no suele tener consecuencias físicas y materiales graves para piloto y monoplaza. Pero este progreso, nunca debe de realizarse a costa de falsear la competición. Todo deporte que no penalice al que haya cometido un error frente al que se ha ajustado al reglamento, rompe el principio sagrado del respeto a competir bajo las mismas normas.

Porque sobre el papel, todos compiten con las mismas normas, pero si las sanciones para los mismos hechos tienen una disparidad absoluta, como por desgracia nos hemos ido acostumbrando a ver, los resultados finales se falsean o cuando menos se ponen en duda. No hay mas que darse una vuelta por las redes sociales para ver como ‘Hamiltonistas’ y ‘Verstappenistas’ se echan a la cara todas las veces que uno y otro han abusado de las escapatorias y han salido impunes. Nada peor para una competición que dar argumentos a los que cuestionan la neutralidad del ente arbitral.

Si valorando ventajas e inconvenientes, la FIA (Federación Internacional de Automovilismo) decide que son recomendables las escapatorias de asfalto frente a las de grava, que así sea. Ahora bien, no hay excusas para no penalizar severamente a los pilotos que salgan fuera de pista en cualquier circuito. Hay tecnología disponible, barata y sencilla de aplicar para controlarlo, por lo que de no hacerse cabría pensar que se mira para otro lado, en la errónea creencia que toda esta mala práctica deportiva y polémica, contribuye al show. Y eso si que sería un terrible error en todos los sentidos. En el de la seguridad también.

La introducción de las escapatorias de asfalto respecto a las de grava, para determinar los límites de la pista, es algo que ha ido imponiéndose con el paso de los años en los circuitos de Fórmula 1. Ninguna de las dos soluciones es perfecta desde el punto de vista de la seguridad, aunque parece que en la cuenta general de pros y contras, el asfalto sea mejor solución que la grava.

Australia Fórmula 1
El redactor recomienda