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Cuando Mercedes necesita al mejor Lewis Hamilton... y con la oreja cortada si hace falta
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DESCONCIERTO Y POLÉMICAS

Cuando Mercedes necesita al mejor Lewis Hamilton... y con la oreja cortada si hace falta

Hamilton está viviendo su peor temporada con Mercedes, por lo que hará falta que el británico saque su mejor versión si quiere recuperar el terreno que ya ha perdido

Foto: Lewis Hamilton, en el Gran Premio de Australia. (Reuters/Loren Elliott)
Lewis Hamilton, en el Gran Premio de Australia. (Reuters/Loren Elliott)

Es desconcertante la situación que está viviendo Lewis Hamilton. A las dificultades de un Mercedes mucho menos competitivo de lo esperado, tiene que sumar a un compañero de equipo que le está dando mucha guerra. Después de tres carreras, el británico es quinto en el Mundial y se encuentra 43 puntos por detrás del líder, Charles Leclerc. A priori, un mundo, pero no olvidemos que Max Verstappen está una posición detrás de él con tres puntos menos.

Al actual campeón no se le descarta aún de la lucha por el título mundial, como sí parece que es el caso de Hamilton porque el holandés es el único que ha podido plantar cara al de momento intratable Charles Leclerc. Y, desde luego, el británico no lo va a tener nada fácil para ‘vengar’ su derrota de la temporada pasada.

Ferrari está a un nivel espectacular y la diferencia en estas tres carreras respecto a Mercedes incluso se ha ensanchado un poco más. De todos modos, subestimar y descartar a Lewis, amén del poderío de Mercedes, es precipitado cuando aún quedan por delante 20 carreras, una cifra superior a la duración del campeonato de otras temporadas.

placeholder Se le ve incómodo a Lewis Hamilton en la situación actual. (EFE/EPA/Joel Carrett)
Se le ve incómodo a Lewis Hamilton en la situación actual. (EFE/EPA/Joel Carrett)

¿Aún hay partido?

Si hay partido todavía para Lewis y Mercedes lo averiguaremos en los dos próximos Grandes Premios, Imola y Miami. Aún con mejoras entre Baréin, Yeda y Melbourne, la supuesta cura a todos los problemas de las flechas plateadas debería de llegar en Europa. Urge solucionar los problemas derivados de su revolucionario pontón lateral reducido a la mínima expresión que, aunque baja significativamente la resistencia al aire, provoca un 'efecto rebote' muy superior al de sus rivales.

Todos los equipos adolecen de este problema, pero en Mercedes se agudiza por su extrema aerodinámica. Para que funcione bien su innovador concepto, se necesita rodar lo más pegado posible al suelo, pero cuando se configura el coche a la altura ideal, los rebotes lo convierten en inconducible. Cuando la configuración se hace menos extrema, el problema se minimiza... pero las pérdidas en eficacia son mucho más significativas para Mercedes que para Red Bull o Ferrari.

Por eso, será fundamental encontrar el equilibrio entre el 'efecto rebote' y sus mínimos pontones laterales. De no conseguirlo, probablemente Mercedes revierta a la configuración más tradicional de los primeros entrenamientos de pretemporada en Barcelona, pero entonces será muy tarde para poder solventar la diferencia que les separa de la cabeza. A día de hoy, el déficit se sitúa alrededor de medio segundo por vuelta.

En estas circunstancias, que haya habido siempre un Mercedes en el podio en estas tres carreras tiene algo de circunstancial, pero igualmente da medida de la grandeza de este equipo y sus pilotos. Si en una situación relativamente catastrófica ocupas la segunda posición en el Mundial de Constructores, tienes a George Russell en segunda posición y a Lewis Hamilton quinto, atención a lo que pueda hacer Mercedes cuando la bestia despierte.

El 'factor Hamilton'

El equipo alemán necesitará más que nunca a ese piloto capaz de encontrar esas dos o tres décimas que nadie se explica de dónde han podido surgir. No hará falta que Mercedes tenga siquiera un coche superior al Red Bull o al Ferrari, porque con darle a Lewis un monoplaza con capacidad para pelear, el británico será capaz de provocar errores en sus rivales. No descartemos que la lucha entre Verstappen, Leclerc o incluso Sainz puede beneficiarle, pero hará falta la mejor versión de Lewis y, por supuesto, que su compañero de equipo lo permita.

Y aquí radicará la principal clave de una posible resurrección. Hamilton ya no se puede permitir ninguno de sus famosos 'días fuera de la oficina', debe de estar más centrado que nunca y cuidar mucho más la relación con los miembros del equipo, que presenta señales claras de desgaste. Tendrá que intentar evitar reproches como el que le dijo a su ingeniero Pete Bonnington por la radio cuando se vio detrás de su compañero Russell: "Chicos, me pusisteis en una posición realmente difícil". Aunque con la adrenalina a tope es comprensible decir cosas inoportunas, mensajes así no caen muy bien, y menos aún cuando se necesita que el equipo esté unido. Es mal momento para generar suspicacias que den a entender que el equipo benefició de forma deliberada a George Russell. Más frío al bajarse del coche, el piloto inglés achacaba su posición a un problema con el motor: "No pude luchar por el tercer puesto porque el motor se estaba sobrecalentando, así que tuve que retroceder".

Guerras innecesarias

Lo mismo cabe decir si al poder deportivo empiezas a desafiarlo con la norma de llevar cualquier tipo de joyería. El director de carrera ha apercibido en varias ocasiones a los pilotos en relación a este hecho, algo que Hamilton, abiertamente, ha reconocido que no va a cumplir, con lo que abre un frente que no le conviene y añade una distracción perjudicial a su objetivo único durante la competición.

"Son cosas que no me puedo quitar", declaró contundente Hamilton señalando a su oreja derecha. "Estos pendientes de mi oreja derecha están literalmente soldados, ¡así que tendría que cortármela o algo así! Así que se quedarán y no tengo ningún plan para eliminarlos. Tienen un significado muy personal y debería poder ser yo mismo, así que seguiré llevándolos". Además de cuestionar, como hizo, las reuniones de pilotos bajo la nueva dirección de carrera por su excesiva duración y los temas a tratar. Cuando existe una norma que aplica para todos, seguro que hay soluciones menos drásticas que cortarse la oreja. Hamilton necesita de su mejor versión. No parece que por el momento la esté ofreciendo.

Es desconcertante la situación que está viviendo Lewis Hamilton. A las dificultades de un Mercedes mucho menos competitivo de lo esperado, tiene que sumar a un compañero de equipo que le está dando mucha guerra. Después de tres carreras, el británico es quinto en el Mundial y se encuentra 43 puntos por detrás del líder, Charles Leclerc. A priori, un mundo, pero no olvidemos que Max Verstappen está una posición detrás de él con tres puntos menos.

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