Por qué Fernando Alonso no es el candidato ideal para sustituir a Lewis Hamilton si se retira

Es posible que a Sir Lewis Hamilton nunca se le haya pasado por la cabeza retirarse de la Fórmula 1 y que, simplemente, su silencio se deba a que necesita el necesario oxígeno para digerir la pérdida de un título mundial (que siempre consideró como suyo). Aunque haya reconocido que su rival Max Verstappen es un digno campeón, la factura mental de lo que él entiende como una manipulación política en su contra es muy alta.

La posibilidad de que Hamilton esté utilizando su posible retirada como medida de presión contra la FIA (Federación Internacional de Automovilismo) está sobre la mesa. Si no despiden al director de carrera Michael Masi no hay retorno, ese sería más o menos el término en el que estaría planteado el chantaje. Sin embargo, independiente de que Masi haya cometido errores evidentes a lo largo de la temporada, no sólo respecto a Hamilton, sino también respecto a Verstappen y varios pilotos más, la FIA sentaría un precedente muy peligroso si cede a la presión del británico, de Toto Wolff, de Mercedes o de los tres al unísono.

La cuestión es que, sean cuales sean las razones que motiven al campeón británico para volver a competir o a retirarse de la competición, cada día que pasa sin que piloto o equipo se pronuncien, es lógico que aumenten las cábalas acerca de qué piloto podría sustituir al siete veces campeón mundial. Hablamos de ocupar el volante más codiciado de la especialidad, pero ojo, nos enfrentamos a un cambio gigantesco en la reglamentación técnica y no cabe dar por sentado el liderazgo de Mercedes como el mejor coche de la parrilla. De hecho, es más que probable que Hamilton tome su decisión acerca de seguir o no, después de comprobar el nivel de competitividad del nuevo monoplaza.

Esto si es algo en lo que gran parte del paddock coincide y es que difícilmente ven al piloto inglés de vuelta, a menos que tenga las garantías suficientes para aspirar a su octavo título mundial. Un récord que tanto le obsesiona y que de ponerse cuesta arriba con un coche poco competitivo, sería motivo más que suficiente para tomarse un año sabático o dejar la competición definitivamente.

Si no es bueno para Hamilton tampoco para Alonso

Si hablamos de opciones de pilotos consagrados y con títulos mundiales a sus espaldas como Fernando Alonso o Sebastian Vettel, los líos contractuales a resolver sólo valdrían la pena asumirlos ante la certeza de estar con un coche ganador. De no ser el caso, lo que no le sirve a Hamilton, tampoco le serviría en principio ni a Vettel ni a Alonso.

Cuesta creer que Mercedes falle el tiro en 2022 a tenor de su historial de aciertos, pero hemos visto demasiadas veces en el pasado como equipos dominantes de un año a otro perdieron toda su ventaja como consecuencia de reglamentos nuevos. Mercedes, en teoría, podría demandar a Hamilton por dejarles colgados a pocos días del comienzo del mundial. Cuesta imaginarse a ambas partes citándose en los tribunales. Más allá de la indemnización por daños y perjuicios que pudiera pedir Mercedes a Hamilton en caso de espantada, la realidad es que esta sería la última de las preocupaciones para Toto Wolff.

El verdadero problema para los actuales campeones del mundo de constructores es encontrar un sustituto de garantías a uno de los mejores pilotos de la historia. Comenzar la temporada con un joven talentoso pero sin experiencia en las grandes ligas como es George Russell y sin un piloto de valor contrastado a su lado es un riesgo demasiado grande de asumir. La elección a priori lógica, sería acudir al piloto de reserva Nick de Vries. Eso significaría presentarse en la primera carrera no con uno, sino con dos pilotos que no saben aún lo que es ganar un Gran Premio. No encaja en una estrategia dominadora.

Esteban Ocon es otro piloto con papeletas. Aunque haya renovado recientemente su contrato con Alpine se deslizan ciertas cláusulas contractuales que aún le vinculan a Mercedes. El francés es rápido, tiene ya suficiente experiencia y este año pasado se estrenó en el Gran Premio de Hungría como ganador.

Otro francés que ya sabe también lo que es ganar es Pierre Gasly y esta pasada temporada ha rendido a gran altura en Alpha Tauri. RedBull no está por la labor de permitir a un piloto que tiene bajo contrato que ingrese en las filas de su archirrival. Además, Gasly tuvo su oportunidad en RedBull y no demostró nada del otro mundo. Se medía a Max Verstappen y en ese envite hay pocos, muy pocos pilotos que lo resistan, pero aunque sea por imagen ¿cómo vas a sustituir a Hamilton con un piloto que en su momento se vio claramente un peldaño por debajo del que se supone que es el rival a batir?

Vettel la opción más razonable

A tenor de lo comentado, lo más razonable sería que Toto Wolff se sentara a negociar con Lance Stroll, el jefe de Aston Martin y le pidiera una cesión por un año de Sebastian Vettel. A favor del cuatro veces campeón mundial alemán juega su nacionalidad, su experiencia y sus títulos mundiales. Los líos contractuales que permitieran la salida de su actual equipo serían (relativamente) fáciles de resolver, teniendo en cuenta que Mercedes es el proveedor de motores, cajas de cambio y tren trasero de Aston Martin.

En el proceso de construcción del equipo ganador que tiene en mente Lance Stroll para Aston Martin, una figura como la de Vettel es importante pero no imprescindible. Hay suficientes pilotos brillantes disponibles como pudiera ser por ejemplo el mismo Oscar Piastri, el reciente ganador de la Fórmula 2. Después de cuatro años de experiencia en Fórmula 1 además sería el momento de exigir mayores responsabilidades a Stroll Junior y que demostrara que es mucho más que el hijo del jefe.

Si ese posible piloto sustituto de Vettel viene pagado por Mercedes y la factura de los motores se la ahorra si permite que su piloto estrella juegue ‘cedido’ en otro equipo, estamos ante poderosas razones para que esta posibilidad cuaje. En principio, éste sería el camino más lógico y menos tortuoso a realizar por el equipo alemán para sustituir a Lewis Hamilton, pero de todos modos, ya sabemos que en este mundo de la Fórmula 1 apostar por la lógica a menudo no suele ser la opción ganadora.