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Lecciones de la F1 para ejecutivos: ¿Cuál es el mejor modelo para gestionar un equipo?
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NO HAY MODELO ÚNICO

Lecciones de la F1 para ejecutivos: ¿Cuál es el mejor modelo para gestionar un equipo?

Un equipo de F1 es una organización compleja y dinámica que tiene que responder ante los desafíos de un mundo que define el resultado en milésimas de segundo. Cada equipo es un modelo de gestión

Foto: Horner, Wolff y Binotto tienen modelos de gestión absolutamente dispares
Horner, Wolff y Binotto tienen modelos de gestión absolutamente dispares

Un equipo de Fórmula 1 es una máquina extraordinariamente compleja de gestionar, y también espejo en el que pueden mirarse organizaciones y empresas. En el caso de los líderes del presente, en Mercedes, Toto Wolff ejerce un poder casi dictatorial, mientras que en RedBull Christian Horner y Adrian Newey se reparten las tareas. No hay norma fija de gestión para el éxito en la máxima especialidad del automovilismo.

Los dos equipo funcionan muy bien, por lo que no se puede afirmarse que un modelo sea mejor que otro. Al final, la Formula 1 es un perfecto ejemplo de que las organizaciones empresariales no deben seguir un esquema rígido, sino adaptarse a la idiosincrasia del país, su historia y, sobre todo, de las capacidades de las personas al mando. La compañía Mercedess la que pone al mando de la organización a Toto Wolff, pero sin olvidar que el austríaco, al mismo tiempo, es también un accionista importante del equipo. Por tanto, mientras que el austríaco ofrezca resultados al gigante de Stuttgart (y vaya que si los da) no se plantean otro líder distinto para su actividad en la Fórmula 1. La cadena de mando jerarquizada cuasi militar es un método que de siempre ha gustado mucho a los alemanes y a la vista está el éxito de su modelo organizativo.

Caso bien distinto es el de RedBull, que para poder conseguir los servicios de Adrian Newey, unánimemente reconocido como el mejor ingeniero del mundo, tuvo que garantizarle plenos poderes en la parcela técnica, una inversión garantizada anual ,así como reporte directo a Dietrich Mateschitz, propietario de la marca de bebidas energéticas y a la sazón dueño del equipo de Fórmula 1. Christian Horner no es que sea una figura de cera en RedBull Racing, al contrario, el expiloto inglés es el responsable último de toda la organización y de él dependen las cuestiones financieras, administrativas, deportivas, marketing, etc. En definitiva, todo aquello que no tenga que ver con el área técnica. Desde 2006 son muchos años de cohabitación y pasados los lógicos roces iniciales de marcaje de territorio, ninguno se mete en la parcela del otro y salta a la vista que en este caso la fórmula también ha resultado exitosa.

placeholder El máximo responsable de Ferrari está intentando introducir un nuevo modelo cultural en la gestión del equipo
El máximo responsable de Ferrari está intentando introducir un nuevo modelo cultural en la gestión del equipo

Ferrari es caso aparte

Ferrari siempre ha sido un caso aparte. Históricamente a nivel organizativo el enemigo siempre lo han tenido en casa porque desde la época del Commendatore, las intrigas, rumores, conspiraciones, bandos, y traiciones han sido moneda común en la casa. Casi siempre, el modelo de dirección ha sido el de tener un jefe de buenos modales ejerciendo de ‘poli bueno’ y una especie de ‘camarlengo papal’ haciendo de ‘poli malo’. Siempre se dice que los italianos, cuando son dirigidos por un extranjero, funcionan mucho mejor. Los años dorados de Jean Todt al frente del equipo parecen demostrar lo acertada de esta teoría.

Hoy día son dirigidos por Mattia Binotto, extranjero por su nacionalidad suiza aunque tan italiano como la pasta carbonara en su corazón. En teoría una mezcla interesante, pero todavía no se ha demostrado exitosa, quizá debido al exceso de parcelas que hasta ahora mantenía bajo su control directo. Esperemos por el bien de Carlos Sainz que sepa delegar mas, hacerlo con la gente correcta y que, de ese modo, logre que su organización se convierta en un modelo eficaz. Porque la realidad es que con los italianos no siempre es una tarea fácil por su tendencia innata a alternar genialidad con autodestrucción. Los norteuropeos del paddock suelen mirar con aires de superioridad a los de Maranello ante sus inconsistencias, pero que nadie se olvide que Ferrari es el único equipo que ha sobrevivido desde que la Fórmula 1 existe, así que ojo con subestimarles, porque en cuanto son capaces de dar con la tecla organizativa son absolutamente imbatibles.

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La victoria de McLaren en Monza ha confirmado el éxito de Zak Brown en la reestructuración y resurrección del equipo británico

El caso curioso de McLaren

McLaren es un caso curioso, porque en su proceso de resurrección confirmado con su reciente victoria en Monza, (nueve años después de su último triunfo) la organización empresarial ha cambiado del día a la noche, con dos modelos de gestión que no pueden ser más antagónicos. El de Ron Dennis en el pasado, y al actual de Zak Brown. No es que uno sea mejor que otro, sino que quizá están más adaptados cada uno a la época que les ha tocado vivir. Dennis, siempre fue un 'dictador' obsesionado con la perfección, que supo crear la máquina organizativa más perfecta de la historia de la Fórmula 1. El directivo británico fue el verdadero artífice junto a Bernie Ecclestone, de la transformación de la Fórmula 1 desde aquellos paddocks de hierba con roulottes y mecánicos con la ropa grasienta, al ‘benchmark’ actual organizativo y de imagen que es a todos los niveles en la industria del deporte global. Pero el éxito de Dennis se alimentó con un ego que cada año le traicionaba, haciéndolo cada vez más intolerante e inflexible en cualquiera de sus decisiones. La cultura del miedo y la rigidez se apoderó de tal manera de la organización, que en apenas cinco años Dennis estuvo a punto de destruir su magna obra de décadas al frente de McLaren.

Su sustituto, Zak Brown, no puede ser más diferente que su predecesor. Es un carrerista nato, un ‘doer’ en estado puro con un estilo típicamente americano, libre de prejuicios, centrado en objetivos y en hechos. Buena prueba de lo desacomplejada de su personalidad es que no tuvo problema alguno en ceder muchas de sus parcelas de poder a Andreas Seidl cuando fue a ficharle a Porsche. El ingeniero alemán exigía manos manos libres y responsabilidad total en el área técnica. Brown lo cedió con gusto e incluso, lo vio como una oportunidad para centrarse en las áreas donde es un verdadero ‘máquina’: la consecución de sponsors y la motivación de su fuerza laboral. Hay miles de detalles del McLaren actual que hebrían sido impensables en la era de Dennis, pero los hechos demuestran que el 'management al estilo USA', es lo que hoy día necesitaba el equipo.

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Binotto (izqda) seguro que puede dar buenos consejos de tener 'mano izquierda' a Marcin Budkowski (dcha)

Un nuevo modelo en Alpine F1

Dejamos para el final a Alpine, el equipo de Fernando Alonso, que siempre en su diferentes versiones bajo la nomenclatura de Renault ha contado con la particularidad de tener dos células: una en Viry-Chatillon, Francia, donde se trabaja en todo el apartado motriz, y otra sede en Enstone en el Reino Unido concentrada en el chasis y el resto de funciones del equipo. Junto al tradicional choque cultural entre franceses e ingleses, este año estrenan un nuevo modelo de gestión bicéfala donde Marcin Budkowski lidera toda la actividad técnica y operativa, mientras que Davide Brivio lidera la parcela deportiva y administrativa, que incluye la relación con Luca De Meo, el CEO de Renault, valedor del fichaje para la F1 del exjefe de Suzuki en MotoGP.

Brivio no lo tiene fácil, porque junto a fricciones que se produzcan en solapamientos de ciertas funciones con BudKowski, tendrá que soportar también las reticencias de un grupo humano que lo verá como ‘un advenedizo que viene de las motos’ o incluso como un ‘espía/chivato’ del gran jefe en el peor de los casos. No son comportamientos exclusivos de Alpine, pues a pesar de la tecnología y lujo que rodea a la Fórmula 1, el paddock sigue teniendo mucha reminiscencia de corrala del Madrid antiguo. Cuando vienes de fuera eres de otro país, tu nombramiento es por imposición y no por promoción interna, etc. Los recelos y actitudes desleales están a la orden del día en todos los equipos.

Ojalá den tiempo para que Brivio se asiente en su puesto, pues se trata de un directivo excepcional que puede desarrollar una labor clave para engrasar las relaciones entre centros de poder repartidos entre Francia e Inglaterra. Y sacar lo mejor de cada cual, empezando por los pilotos para que trabajen unidos por el bien del equipo. Que venga de Moto GP es irrelevante, lo importante es su capacidad para liderar, y ahí está el ejemplo de la decadencia de Suzuki en MotoGP tras la marcha del italiano . Brivio es la persona ideal para esa gestión bicéfala que ha ideado Luca de Meo, porque se adapta perfectamente a la particularidad del equipo. La filosofía de organización adaptada al perfil de las personas y no al revés. Alpine demuestra estar funcionando cada vez mejor, y ya se conoce el dicho, sin funciona, no lo toques.

Un equipo de Fórmula 1 es una máquina extraordinariamente compleja de gestionar, y también espejo en el que pueden mirarse organizaciones y empresas. En el caso de los líderes del presente, en Mercedes, Toto Wolff ejerce un poder casi dictatorial, mientras que en RedBull Christian Horner y Adrian Newey se reparten las tareas. No hay norma fija de gestión para el éxito en la máxima especialidad del automovilismo.

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