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Carlos Sainz o la frustración de correr deslizándose y mirando más al retrovisor
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Difícil CARRERA EN HOLANDA

Carlos Sainz o la frustración de correr deslizándose y mirando más al retrovisor

El piloto español vivió una carrera anodina vista desde fuera, pero muy difícil de gestionar desde dentro. Todo fue muy por debajo de las expectativas

Foto: Carlos Sainz, en uno de los impresionantes peraltes del circuito de Zandvoort.
Carlos Sainz, en uno de los impresionantes peraltes del circuito de Zandvoort.
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Ferrari esperaba sin duda mucho más de este Gran Premio de Holanda. Asumiendo que sería difícil plantar cara a Mercedes y RedBull, tampoco esperaban los de Maranello ser superados ampliamente por Pierre Gasly y su Alpha Tauri o acabar siendo doblados por los líderes.

Es un puro desconcierto lo que se está viviendo esta temporada con el chasis SF21 y los neumáticos. A veces, en Ferrari tienen ventaja sobre sus rivales en temperaturas frías por ser los primeros en entrar en un rango de temperatura adecuado y, en otras ocasiones, sufren más que ningún otro equipo con la degradación. No hay una norma fija, a veces ocurre con los compuestos más duros y a veces con los más blandos. Pero probablemente no haya ningún equipo de Fórmula 1 que viva montado en semejante montaña rusa de rendimiento como la ‘Scuderia’.

El temido ‘barranco’, momento en que el neumático reduce dramáticamente su rendimiento, ha tenido esta temporada situaciones dramáticas. Y aunque la caída no fue tan fuerte en Zandvoort como en Paul Ricard, fue lo suficientemente acusada como para que Carlos Sainz perdiera en pocas vueltas todo el colchón que tenía sobre Fernando Alonso, quien le superó en la última vuelta mientras pedía el silbato final para no ser superado también por Checo Pérez. En todo caso, nunca los Ferrari mostraron en carrera algo del potencial que mostraron en los entrenamientos.

Sin ritmo desde el principio

"Se suponía que iba a ser para nosotros una carrera de ataque", afirmó Carlos algo abatido. "Debería haberme lanzado en busca de Gasly y Charles, pero en cambio me encontré teniendo que mirar en los retrovisores todo el tiempo. Tuve mucha degradación, tanto en el primero como en el último relevo La verdad es que no disfruté nada, el coche se deslizaba todo el rato, no tenía ningún ritmo hoy en comparación con el resto del fin de semana. Será algo que habrá que analizar, porque es la primera vez en todo el año en que no me he encontrado conmigo mismo, y todo el tiempo he rodado sin ritmo y, al final, también sin neumáticos".

Aunque los problemas de Sainz, especialmente los traseros, también se dieron con su compañero Leclerc, quizás el accidente de los entrenamientos libres del sábado influyó en el peor rendimiento del madrileño respecto al monegasco. Incluso es posible que mentalmente pasara factura ese accidente, porque no resulta nada fácil dar 70 vueltas a un circuito con un coche de comportamiento crítico desde el momento de la salida. Deslizar continuamente supone llevar la pesada losa de no querer arriesgar a sufrir otro accidente y dejar de colaborar con el equipo para sumar importantes puntos en un mal día para McLaren.

Cuidado con Leclerc

Carlos jugó su papel de hombre de equipo en Ferrari cuando, en la curva 3, casi pierde la posición con Giovinazzi para no forzar fuera de pista a su compañero Leclerc. "La verdad es que no tenemos respuesta aún a los problemas", proseguía su explicación el piloto español. "No creo que haya tenido influencia el accidente en el coche, porque la verdad es que durante la clasificación el coche iba muy bien y hoy, sin embargo, no me sentía cómodo desde el inicio. Vamos a analizarlo todo para que no se repita el próximo fin de semana", afirmó el piloto madrileño, que al igual que su jefe, Mattia Binotto, reconocía estar bastante desconcertado con el súbito cambio de competitividad del coche del sábado al domingo.

Quizás alguna explicación pueda encontrarse en que Sainz y Leclerc montaron el compuesto duro en momentos distintos de la carrera y quizá la pista fuera más favorable en el momento que rodó con ellos Charles. En todo caso, se confirma la suma complejidad de la Fórmula 1 y la enorme tarea que tiene por delante Ferrari si quiere volver a aspirar algún día a luchar por el título mundial. No se trata solamente de hacer un coche rápido, sino de hacerlo previsible en su uso con las gomas. Por este tipo de problemas, este es el tercer fin de semana en que Ferrari se queda lejos del potencial mostrado por el coche en entrenamientos.

Buen resultado en un día malo

Dentro del desconcierto, una séptima plaza no es mal resultado, porque junto al quinto puesto de Leclerc Ferrari sale con un buen botín de puntos en su lucha con McLaren, que pagó muy caro salir tan retrasado en Zandvoort. Sin tiempo para descansar, la próxima semana llega Monza, 'a priori' el circuito donde Ferrari va a sufrir más de toda la temporada a causa de sus largas rectas. Sin embargo, en Maranello ya han anunciado que incorporarán mejoras relevantes en su unidad de potencia.

Igual que en Zandvoort se vivió una espectacular ‘marea naranja’ en honor del ganador Max Verstappen, Monza es la patria de los ‘tifosi’. Para Carlos Sainz, llegará un momento muy especial, por primera vez vestido de rojo en el Autódromo. "Será sin duda un fin de semana muy especial que recordaré toda la vida. Quiero divertirme y saborear todo al máximo porque me gustaría preservar la alegría de cada recuerdo. De todos modos, quiero analizar bien lo que sucedió aquí para evitar que vuelva a suceder en Monza y dar así una alegría a los 'tifosi". Se percibía abatimiento en las palabras finales del madrileño, pero nada que un buen resultado frente a los enfervorecidos ferraristas no pueda curar. En Monza, seguro que habrá mucho menos retrovisor y mucha más vista hacia adelante.

Ferrari esperaba sin duda mucho más de este Gran Premio de Holanda. Asumiendo que sería difícil plantar cara a Mercedes y RedBull, tampoco esperaban los de Maranello ser superados ampliamente por Pierre Gasly y su Alpha Tauri o acabar siendo doblados por los líderes.

Mattia Binotto
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