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Los 'marrones' que Esteban Ocon ha tenido que comerse para ganar en la Fórmula 1
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LA DURA TRAYECTORIA DEL PILOTO FRANCÉS

Los 'marrones' que Esteban Ocon ha tenido que comerse para ganar en la Fórmula 1

Con sangre española en sus venas, Esteban Ocon ha superado momentos muy complicados para llegar al triunfo de Hungaroring, abriéndose camino siempre a base de su propio talento

Foto: Esteban Ocon hizo historia con su triunfo para los pilotos franceses en la F1 y Alpine
Esteban Ocon hizo historia con su triunfo para los pilotos franceses en la F1 y Alpine

Ganar en la Fórmula 1 actual es privilegio al alcance de pocos sin un Mercedes o un Red Bull en las manos. Lograrlo con un monoplaza de cuarta o quinta línea ya seria caso de estudio en la física cuántica. Francés, y a bordo de un monoplaza de un equipo galo con motor también francés, el privilegio es único cuando se consigue, como también ofrecer la primera victoria a Alpine. Después de te auguraran que un doble campeón del mundo de vuelta a la Fórmula 1 destruiría tu carrera. Y por el camino, sufriendo las miserias políticas de este mundo tan descarnado. Posiblemente todo lo anterior se paseó por la cabeza de Esteban Ocon en esa vuelta de la victoria en el pasado Gran Premio de Hungría.

“Qué viaje, qué viaje tan difícil para llegar aquí. Muchos sacrificios desde los primeros días. No fue fácil llegar a la Fórmula 1, y tuve que parar el año pasado, así que tampoco ha sido fácil volver”. Entre lágrimas, Ocon celebraba el primer podio de su carrera el pasado GP de Bahrein, a finales de 2020. Pero en ningún guión podía preverse una victoria como la de Hungaroring. De origen humilde y sin recursos para las carreras, el francés no faltaba a la verdad. Ha sido un duro camino y ocupa su posición en la Fórmula 1 gracias a su talento. No en vano fue quien derrotó a Max Verstappen cuando ambos lucharon por el título de la Fórmula 3. La victoria en Hungría de Esteban Ocon fue, entre otras alegrías, un acto de justicia.

placeholder Esteban Ocon batió a Verstappen en la Fórmula 3 en 2014, aunque han seguido caminos muy diferentes
Esteban Ocon batió a Verstappen en la Fórmula 3 en 2014, aunque han seguido caminos muy diferentes

A palos

Las trayectorias de Esteban Ocon y Max Verstappen ofrecen una disparidad total pero también un nexo común. Ante la espectacular llegada de Verstappen a los monoplazas, tanto Mercedes como Red Bull se lanzaron como halcones a por el holandés. Ganó Helmut Marko cuando le prometió un monoplaza de Fórmula 1 de forma inmediata. El pobre Ocon se quedó colgado de la brocha. Sin recursos familiares ni contactos de alto nivel, su única opción para seguir en las carreras era ganar. Lo hizo al año siguiente en GP3. Si no fue uno, me quedo con el otro. Wolff acogió a Ocon en su regazo cuando también ganó en 2015 GP3 y gestionó su carrera desde entonces. Pero mientras Verstappen reinaba en Red Bull desde 2015, Esteban Ocon sufrió para llegar y luego conoció todos los ‘marrones’ que la Fórmula 1 puede deparar a un joven piloto.

En 2016 Wolff colocó a Ocon en Force India. Durante dos años se peleó a brazo partido con su compañero, Sergio Pérez. El mexicano no soportó bien que un chaval de veinte años le pusiera contra las cuerdas, y se liaron a palo limpio entre ellos, carrera sí, carrera también. El francés mostraba una extraordinaria velocidad y agresividad. No en vano, se las tuvo lindas con Verstappen en la Fórmula 3, un duelo que muchos aficionados disfrutarían si fuera recuperado en el presente. Pero más cercano está en el tiempo aquel encontronazo en el Gran Premio de Brasil de 2018, cuando Ocon intentó desdoblarse de Max Vestappen y ambos acabaron fuera de la pista. El holandés le empujó luego en la báscula de pesaje. Sin duda, ambos rememorando otros tiempos. “Estoy acostumbrado a las peleas con Max, siempre ha sido el mismo, esto se remonta a años atrás”, diría luego el francés.

Cuando te bajan de la noria

Ocon incluso terminó octavo en 2017 con Force India. Pero a finales de la temporada siguiente llegó el primer golpe. Sin anestesia. Lance Stroll compró Racing Point (Force India). Claro, su hijo sería titular indiscutible. Pérez había contribuido a salvar el equipo con sus acciones legales y con contrato en vigor, siguió. Aunque luego le harían la misma jugada para la llegada de Sebastian Vettel. Nada personal, solo son negocios. Precisamente fue Ocon quien negaba la victoria a Vettel y Aston Martin (la siguiente reencarnación del equipo) en Hungaroring…

Pero cuando en la Fórmula 1 te bajas de la noria, puede resultar imposible volver a subirte a ella, como Nico Hulkenberg puede atestiguar también. Ni siquiera con la ayuda del mismísimo Toto Wolff, a quien Cyril Abiteboul metió un buen gol después de un apretón de manos y un acuerdo inicial para subir al francés a Renault, con quien ya tuvo relación como piloto de pruebas en 2016. Una historia rocambolesca. "Una cosa es segura, me agrada Cyril, pero necesita restaurar su imagen de caballero, cuyo apretón de manos puede considerarse de confianza", explicaría después un Toto Wolff al que le quedó cara de tonto.

Porque a Abiteboul se le puso a tiro Daniel Ricciardo, qué gran oportunidad para resarcirse de Christian Horner y los desprecios de Red Bull con los motores híbridos En la Fórmula 1 todos se usan mutuamente para conseguir sus fines. "En julio, tenía dos ofertas sobre la mesa con contratos preparados y solo era cuestión de elegir cuál era la correcta. Al final se quedó sin nada, solo porque la gente no tiene las pelotas para atenerse a lo que dicen”, se lamentaría Wolff. Las opciones eran McLaren y Renault. El francés apostó por esta última, pero se quedó sin ambas por la jugada de Ricciardo. Y como el austríaco seguía renovando año tras año a Bottas, la decepción anual de que ni siquiera Mercedes resultara una opción para Ocon.

Imprimir, firmar, enviar

Aquella jugada le hizo comprender que, aunque con buenos apoyos, tendría que tomar las riendas de su futuro personalmente. “Me involucré totalmente en comparación al año anterior” explicaba el francés sobre su vuelta en 2020 tras un 2019 en blanco, “no quería cometer el mismo error. Hable con Alain (Prost) y Cyril. Y me dije: ahora hay que tener mejor comunicación que en 2018, porque si esto no sale, se ha terminado para mí”. Finalmente, Abiteboul le anunciaba que sería piloto del equipo junto a Daniel Ricciardo. “No me lo creía hasta que tuviera el contrato delante de mis ojos. Fueron dos semanas agónicas para recibirlo”. Fue a través de un email. Buscó rápidamente una impresora para conectar su móvil y, según lo imprimió, lo firmó y se lo mando de vuelta a Abiteboul. Ni foto pública, ni leches. Ocon no estaba para ceremonias.

Tras un año duro para ponerse a tono con el espectacular Daniel Ricciardo, con numerosos abandonos por falta de fiabilidad, aquel podio a final de 2020 compensaba tantos sacrificios. Pero luego llegaba el hueso duro de Fernando Alonso. Más madera. Sin embargo, el francés le batía en la primea parte de la temporada. Alpine le ponía en la mesa un contrato de tres años, nunca en su vida se había visto en otra semejante. Llegó una pájara en algunas carreras, el chasis nuevo de Silverstone…Y, finalmente, la increíble victoria de Hungaroring. Nadie podrá negar que Esteban Ocon la merecía. Se la ha ganado a pulso.

Ganar en la Fórmula 1 actual es privilegio al alcance de pocos sin un Mercedes o un Red Bull en las manos. Lograrlo con un monoplaza de cuarta o quinta línea ya seria caso de estudio en la física cuántica. Francés, y a bordo de un monoplaza de un equipo galo con motor también francés, el privilegio es único cuando se consigue, como también ofrecer la primera victoria a Alpine. Después de te auguraran que un doble campeón del mundo de vuelta a la Fórmula 1 destruiría tu carrera. Y por el camino, sufriendo las miserias políticas de este mundo tan descarnado. Posiblemente todo lo anterior se paseó por la cabeza de Esteban Ocon en esa vuelta de la victoria en el pasado Gran Premio de Hungría.

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