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Por qué es difícil que Fernando Alonso se traicione a sí mismo: "Di todo lo que tenía"
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CUARTA CARRERA EN LOS PUNTOS

Por qué es difícil que Fernando Alonso se traicione a sí mismo: "Di todo lo que tenía"

A pesar de su frustración el día anterior, Alonso salvaba una difícil carrera para lograr puntuar por cuarta vez tras caer en la clasificación y un magnífico duelo final con George Russell

Foto: Duelo entre Alonso (Alpine) y Russell (Williams).
Duelo entre Alonso (Alpine) y Russell (Williams).
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“¡No me lo puedo creer! ¡Hoy éramos 'top 3' o 'top 4'!”. Fernando Alonso gritaba bajo su casco tras ver destrozada su vuelta rápida final del Q2. El español consideraba que podría haber dado la campanada. Pero el GP de Austria quedó condicionado por el incidente con Sebastian Vettel, como efectivamente así fue, en lo que acabó como otra exhibición más de Verstappen para dar un golpe al campeonato.

Fernando Alonso ha entrado en calor en todas las áreas de un fin de semana. Con el Alpine ya en modo congelación hasta su jubilación, el resto de la temporada solo ofrece el aliciente de la sorpresa de un resultado por encima del nivel de su A521. Pudo ser en el gran premio austríaco, porque Bakú fue una excepción. ¿Lo mejor? Ese fantástico duelo con George Russell y el abrazo final entre los dos pilotos como la mayor señal de respeto. Ah, y un punto que ni el propio Alonso parecía firmar el día anterior. "Di todo lo que tenía", tuiteaba al final de la jornada.

Lo que podía empeorar, lo hacía

“Supongo que el fin de semana se ha acabado para nosotros ya”, afirmaba el español al terminar los clasificatorios. Una actitud desconocida en su larga trayectoria, tirar ya el sábado por tierra una carrera nunca ha estado en sus códigos de ‘samurái’ que tanto le inspiran. "Tercero en la Q1, creo que hubiera hecho tercero o cuarto en la Q2 y seguramente quinto o sexto en la Q3", explicaba para confirmar su velocidad en los clasificatorios, "y de salir aquí a salir el 14 es sumar muchos puntos, o no sumar ninguno. Porque no se puede remontar tan fácil aquí".

Pero si el taponazo de Vettel había condicionado su carrera, la primera vuelta parecía rematarla. “Creo que la FIA debería vigilar más los límites de pista y la curva uno. Fui el único en intentar una maniobra en la primera curva en la salida, y los dos coches a los que adelanté la habían perdido, y salieron por delante de mí. No hubo un aviso para ello, así que hay cosas que podemos mejorar desde el punto de vista de los pilotos”. Eran palabras del pasado jueves sobre el GP de Estiria, pero que repitió este domingo por válidas otra vez. Porque a Fernando Alonso volvió a sucederle lo mismo una semana después.

“Estoy sorprendido y frustrado por la primera curva. Adelanté a Ricciardo y Leclerc en la salida, se pasan por fuera la primera curva, y acaban séptimo y octavo. Está muy bien salir fuera de la pista porque, claro, te ahorras un mogollón de tráfico en la primera parte de carrera, en vez de ir en el grupo del 15 o el 14, vas en el grupo del 10… Interesante, dejémoslo ahí. Para siguientes carreras, sé por dónde se puede salir y por dónde no... Así que aprendemos cosas…”. El monegasco, no tanto, pero el australiano aprovechó sin reparos la tolerancia del director de carrera en la primera curva. Y como taza doble, en la curva tres, el español se quedó atascado tras Sainz y Russell por el interior. Todo lo que podía empeorar, empeoraba. Hasta Raikkonen le adelantaba por fuera. Era el propio Alonso quien se quedaba en el 'grupo del 14 o el 15'. Y la carrera sólo acababa de empezar.

"Lo siento por George"

“Hemos tenido que luchar…”, reconocía Alonso al terminar la carrera. Era necesario gestionar la estrategia a una parada como objetivo principal. Casilla tachada impecablemente. Y en los compases finales, ese piloto resignado que el día anterior daba los puntos como una utopía volvió a oler sangre. Pero esta vez con un piloto al que admira, y con el que mantuvo un duelo duro y limpio hasta el final, George Russell. “You rock! Futuro campeón del mundo”, le escribía el español al británico en el casco que le entregaba como intercambio hace pocas fechas. Tras su duelo en la pista, el español bien podía haber lanzado el mismo mensaje admirativo de Lewis Hamilton hacia Lando Norris cuando le adelantaba en el primer tercio de carrera.

“Lo siento por George, porque ha tenido un fin de semana increíble”, declaraba el español tras la carrera, “cuando vi que era el décimo puesto y era él, pensé, "cualquier piloto, menos George…". Solo quien domina a su máquina y no es dominado por ella podía defenderse con la habilidad de Russell, cerrando huecos con absoluta precisión y sin acudir a otras maniobras que se vieron también en carrera. Porque llevar a un Fernando Alonso por detrás no es plato agradable. Vuelta sí, vuelta no Russell era consciente de la que se venía encima. Finalmente, en la tercera curva, Alonso le rompió la cintura y, una vez más, el pobre Russell se quedó sin puntos. Pero quizás el lance con Fernando Alonso no pasó desapercibido para Toto Wolff.

Como el pase o el taconazo

“Cada domingo seguimos sumando puntos, pero una buena regularidad en Q3, y 'top 10' en carrera…”. Esteban Ocon ha entrado en crisis, coincidiendo con el crecimiento de un Fernando Alonso que ya no parece alguien con dos años a cuestas fuera de la Fórmula 1 ¿Qué sería de Alpine sin su contribución? Del español cabe esperar algún resultado sorprendente este año por el calibre de su talento, y cada fin de semana esos gestos puntuales, como los pases mágicos del torero o el taconazo del futbolista. Esa vuelta en un Q2, ese adelantamiento por aquí o por allá como en Bakú, o frases como las del pasado GP de Estiria. Ese “Beautiful! No me importa la posición en la que haya quedado”, decía al equipo por la radio en los entrenamientos del GP de Estiria. "Le dije que no lo subestimase, porque el mensaje de la radio se transmitiría, y todos en Enstone y en Viry estarían escuchándolo. Eso hace que sus semanas de trabajo y su trabajo duro valgan la pena", recordaba el director deportivo de Alpine, Alan Permane. Momentos como estos.

Mientras tanto, seguir con la rutina en la que se ha instalado, como él mismo recordaba: entrar en el Q3 y puntuar carrera sí, carrera también con el quinto o sexto monoplaza de la parrilla, según el circuito. Incluso cuando el propio piloto pensaba el día interior que fuera imposible. Porque es difícil que Fernando Alonso se traicione a sí mismo.

“¡No me lo puedo creer! ¡Hoy éramos 'top 3' o 'top 4'!”. Fernando Alonso gritaba bajo su casco tras ver destrozada su vuelta rápida final del Q2. El español consideraba que podría haber dado la campanada. Pero el GP de Austria quedó condicionado por el incidente con Sebastian Vettel, como efectivamente así fue, en lo que acabó como otra exhibición más de Verstappen para dar un golpe al campeonato.

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