Fernando Alonso, furia, decepción y un gran susto en el cuerpo: "La carrera, arruinada"

Pocas veces se le ha visto así a Fernando Alonso dentro de su monoplaza. El español iba dando puñetazos al aire, totalmente enfurecido. Durante toda la recta, y también en camino de la tercera curva. Sebastian Vettel se pasó más de un centenar de metros rodando a su lado, pidiéndole disculpas con la mano. Alonso gesticulaba con mayor vehemencia todavía. La furia le iba a durar incluso cuando se había bajado de su monoplaza, camino de su box. No era para menos.

El Alpine había salido escupido del segundo sector con el mejor parcial de Alonso hasta el momento. El ritmo de Alonso sorprendía, pero se confirmaba. Se había colado tercero en el Q1. Iba camino de otra vuelta extraordinaria en su último intento del Q2. Catapultado por esa velocidad extra hacia las dos últimas curvas, iba a entrar como una exhalación en la meta. De repente, esa imagen frontal espeluznante por el diferencial de velocidad entre un Fernando Alonso que salía de la curva nueve como un cohete, al límite y en pleno apoyo en la curva, y un Aston Martin prácticamente parado, preparando para el lanzamiento de su vuelta lanzada.

A Vettel le daba un latigazo su montura No sabía dónde meterser ¿Entrar por dentro, o no entrar? Parecía dudar Alonso. En cuestión de milisegundos, el español supo que intentarlo por dentro era receta segura para el desastre. O embestir al alemán, o perder la trazada y una salida de pista como para llevarle hasta Viena. Alonso frenó, salió por fuera, adelantó a Vettel, y se desató un huracán dentro de su casco. Escucharle después permitía comprender las razones de esa furia pocas veces vista, pero también de la frustración. “Era nuestro mejor coche en clasificación de toda la temporada”.

"Hubiera sido quinto o sexto"

Sorprendía la facilidad y el tiempo de Alonso en el Q1. Quizás dependiera de terceros jugando sus bazas, una vez garantizada una buena primera vuelta. Pero ese giro frustrado confirmaba que podía haber saltado la sorpresa con Alpine, como luego refrendaría el español. “Creo que da igual ahora todo, lo que pase con ellos, les penalizarán”, explicaba un frustrado Alonso a continuación, ahora con el lenguaje de la decepción, y hasta la resignación “¿Y? Nosotros, de salir quintos o sextos mañana en la carrera, porque ha sido nuestro mejor coche de clasificación de largo de toda la temporada…, Tercero en la Q1, creo que hubiera hecho tercero o cuarto en la Q2 y seguramente quinto o sexto en la Q3”, explicaba para confirmar que no era un espejismo su velocidad en los clasificatorios. Y de salir aquí a salir el catorce es sumar muchos puntos, o no sumar ninguno. Porque no se puede remontar tan fácil aquí”.

Tal era la decepción, que Alonso parecía arrojar la toalla ya desde el sábado, una actitud no muy frecuente en el pasado ante los imponderables. “Supongo que el fin de semana se ha acabado para nosotros ya. Lo que pase a los demás no importa, las consecuencias más graves son para nosotros”, anticipaba para la carrera. Escuchando al español, daba la sensación de que Alpine había apostado por priorizar y mejorar la posición de salida de la pasada semana para que Alonso se mantuviera una mejor posición para puntuar en un trazado complicado para ganar posiciones con los adelantamientos en pista. “Aunque le penalizan y salga el veinte… Pero es que nosotros, de sumar de diez a doce puntos a sumar cero y en un fin de semana que íbamos bien… Porque si pasa en otro fin de semana igual no te importa. Y luego habíamos hecho la selección de los neumáticos para los entrenamientos, teníamos dos juegos en la Q3 y nunca nos ha pasado. Hemos hecho la selección de neumáticos muy basada en el sábado, y menos en el domingo… Y tenemos este tipo de sábados, así que, como digo, va a ser una carrera para olvidar por una curva. Es muy frustrante”.

No solo Vettel

Para Alpine ya había sido un duro golpe perder a Esteban Ocón nuevamente en el Q1 lo que, salvo sorpresa, ya deja a un monoplaza francés fuera de los puntos. El precedente de la carrera anterior también fundamentaba el pesimismo del español. “Aquí a una décima separados todos.. Ya vimos a Esteban la semana pasada, no tenemos esa velocidad extra en las rectas, y sales el catorce y acabas el doce, el once. Como digo, de salir el quinto o sexto hay una gran diferencia, y creo que nos lo merecíamos porque el coche iba fantástico”.

El incidente con Sebastian Vettel trajo cola, pero no fue solo el alemán llamado a declarar ante los comisarios. Porque varios monoplazas rodaban a ritmo lento delante del Aston Martin, entre ellos Carlos Sainz y Valtteri Bottas. “No creo que pudiera haber hecho mucho, quedaba poco tiempo y acordamos bajar el ritmo todo el mundo entre las curvas 8 y 9, y todo el mundo me estaba pasando, y deceleraban entre la nueve y la diez, no creo que fuera correcto, era el último de la cola, y Fernando el primero en llegar. Miré los retrovisores como medida de precaución, pero el ángulo era ciego”, explicaba el piloto alemán, “vi a Fernando venir en el último segundo y hasta cancelé mi vuelta para quitarme de medio, porque ya tenía una mala aceleración. Lo siento, pero no había mucho que hubiera podido hacer".

Una vez visualizada la jugada a posteriori, el español se mostró más comprensivo. “A veces tienes que hacerlo, porque el coche que está delante de ti tiene que hacerlo. No creo que Seb hiciera nada mal, porque había dos coches delante de él que estaban ralentizando”. Pero todavía está por ver que Fernando Alonso tire la toalla un sábado, antes de un gran premio.