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Los dardos de Mattia Binotto a Leclerc y Sainz que confirman la metamorfosis de Ferrari
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YA ES TERCERO EN CONSTRUCTORES

Los dardos de Mattia Binotto a Leclerc y Sainz que confirman la metamorfosis de Ferrari

Mattia Binotto lamentaba la oportunidad perdida en el GP de Azerbaiyán y, aunque reafirmaba la progresión de Ferrari, señalaba indirectamente a sus pilotos por el resultado final

Foto: Mattia Binotto se felicitaba de la progresión de Ferrari, pero lamentaba la oportunidad perdida en Baku por los errores de sus pilotos
Mattia Binotto se felicitaba de la progresión de Ferrari, pero lamentaba la oportunidad perdida en Baku por los errores de sus pilotos

Cada declaración de Mattia Binotto en 2020 era un paso más en la travesía del desierto que Ferrari intentaba superar. Neutralizada su unidad de potencia y con un chasis mostrenco, la escuadra italiana se arrastraba sedienta con la vista puesta en 2021 para escapar de una de las peores temporadas de su historia y, seguro, la peor en cuatro décadas. Fue tan dramática la caída que solo cabía mejorar.

Tras el GP de Azerbaiyán el equipo italiano es tercero en Constructores. La borrasca ha dejado atrás Maranello, como el propio Binotto escenificaba al término de las dos últimas carreras. La satisfacción de Mónaco y la actitud contraria en Bakú retrataban la nueva ambición del equipo italiano. Progresivamente y sin pausa, Binotto aprieta las tuercas de su equipo con guante de terciopelo. En Bakú le tocó el turno a sus pilotos. Porque señalaba a Leclerc y Sainz con una velada carga de profundidad como partes activas del resultado final.

"Los pilotos se la complicaron"

“En términos generales, hay muchas cosas positivas en el fin de semana. El coche ha funcionado muy bien, todas las sesiones, y ha sido todo muy positivo considerando dónde estábamos en el pasado, el coche y el equipo, vamos en la dirección adecuada". La rueda de prensa final de Mónaco servía de mojón para marcar simbólicamente la resurrección de Ferrari. Y cuando en Bakú el equipo italiano descubrió sorprendido un inesperado potencial, Binotto ofrecía un discurso opuesto al de Mónaco. "No fue nuestra mejor carrera, esperábamos algo más después de la calificación, pero fue una carrera difícil en la que no fuimos perfectos en varias áreas".

Binotto estaba escocido. De una primera y quinta posición el sábado, a un cuarto y un octavo. En parte, por los caprichos del SF21 en determinadas condiciones pero, también, por sus dos pilotos. "Con el blando sabíamos que teníamos un poco más de dificultad en el primer relevo, luego nos complicamos la carrera. Los propios pilotos se la complicaron”, insinuaba el italiano sin disparar a dar. “Ha sido una carrera difícil, por debajo de las expectativas a la luz del resultado de la calificación de ayer. Sabemos bien que para lograr nuestros objetivos no solo debemos mejorar nuestro coche, sino también ser perfectos en todos los ámbitos, y hoy no lo fuimos". ¿Por qué se complicaron la vida sus pilotos?

La ingenuidad de Leclerc

El más gráfico fue Carlos Sainz por su salida de pista y sus blocajes de frenada. Pero Charles Leclerc pecó de ingenuidad cuando lideraba la prueba. El SF21 mostraba dos problemas inherentes a esta pista. Por un lado, el rendimiento con el neumático blando. El segundo, rodar en aire sucio tras otro monoplaza. Pero el monegasco acentuó este último cuando facilitó la tarea a Lewis Hamilton. “Había parte de un árbol en medio de la curva 15”, explicaría tras la carrera, "perdí mucho tiempo porque corté la pista”. Leclerc había tomado una escapatoria, a diferencia de Hamilton. “Estaba preocupado de ganar tiempo sobre Lewis, porque él no había cortado. Así que levanté el pie, y me adelantó”.

¿Había consultado con el equipo si debía ralentizar o no? Todo indica que fue decisión suya sin esperar la confirmación. Al perder la primera posición rápidamente cayó en aire sucio, el SF21 empezó a cojear, perdía el DRS de Hamilton, y entró en lo que él mismo definía como "un círculo vicioso". Fue engullido por sus perseguidores más inmediatos (Verstapen, Pérez, Gasly). Cabía imaginar el enfado de Binotto. Y allí se acabaron las opciones de Leclerc, ni siquiera subido al podio -desde la pole- ante la magnífica defensa de Gasly en las dos últimas vueltas.

La tendencia de Sainz

En la rueda de prensa final los dos pilotos hicieron acto de contricción delante del jefe. Sainz, incluso quizás con más dureza consigo mismo. Durante viernes y sábado, Sainz se mostró al mismo nivel que Leclerc, y solo el rebufo de Hamilton le permitió superar a Leclerc superarle en la primera vuelta del Q3. Pero el error en la curva 8 remataba sus problemas con el monoplaza que arruinaron la carrera y el fin de semana. “He debido perder un poco la concentración en la curva 8, ha sido un error demasiado grande como para ser por el 'feeling' del neumático”, resumía Sainz, apuntándo en su demérito esa salida de pista a pesar del problema que debe superar en próximas carreras, "uno de los únicos puntos débiles que tengo con este coche ahora mismo. Cada vez que tengo el neumático frío, es en esas resalidas, ese ‘feeling’ con el neumático delantero, con el freno, cuando está el neumático un poco frío”.

A pesar de su buen ritmo con aire límpio, el SF21 le recordaba nuevamente que su piloto aún tiene que trabajar para exprimirlo. Para Sainz, un buen resultado en Baku hubiera apuntalado el crédito ganado en Mónaco. En la Fórmula 1, la percepción sobre un piloto se consolida a base de mantener la tendencia. La semana anterior el español recibía las bendiciones de varios importantes medios por el nivel de rendimiento recién aterrizado en Ferrari. El último gran premio no ha hecho perder terreno, pero tampoco ganarlo tal y como iba encaminado hasta los clasificatorios del sábado.

Ya se juega al ataque

Binotto no ocultó su decepción, prueba de las nuevas ambiciones de Ferrari, cuyos responsables y pilotos esperaban que McLaren les “arrancara la cabeza” en esta pista. Verstappen y Sainz habían bromeado con Lando Norris al respecto en la rueda de prensa oficial monegasca ante el ‘rocket’ que el británico iba a tener en las manos. Sin embargo, el SF21 fue inesperadamente superior al MCL35M. De aquí la medida exasperación de Binotto. “Fue fantástico conseguir la pole position tanto en Mónaco como aquí en Bakú, pero no creo que estos resultados reflejen nuestro potencial general real” resumía el domingo por la tarde. Quién hubiera imaginado semejantes palabras a mitad de semana.

Se confirma así la transmutación de Ferrari, tanto en discurso como en expectativas. Ya no se juega al 'catenaccio', sino al ataque. “Sabemos que hay dos equipos en pista que son más rápidos que nosotros, pero vamos progresando, estamos usando nuestro coche mejor que al principio de temporada y habrá novedades en el futuro. Somos terceros en el campeonato de Constructores, no había sucedido desde el inicio de la temporada". Pero Binotto pensaba más en lo perdido que en lo ganado. "Tenemos un margen de solo dos puntos, aunque este paso adelante confirma que estamos avanzando. Sin embargo, se mantienen las dos poles consecutivas y, desde hoy, el tercer puesto de Constructores, aunque la ventaja es mínima y, sobre todo, menor de lo que podría haber sido”. Un discurso radicalmente diferente al de hace un año por estas fechas, en plena y dura travesía del desierto.

Cada declaración de Mattia Binotto en 2020 era un paso más en la travesía del desierto que Ferrari intentaba superar. Neutralizada su unidad de potencia y con un chasis mostrenco, la escuadra italiana se arrastraba sedienta con la vista puesta en 2021 para escapar de una de las peores temporadas de su historia y, seguro, la peor en cuatro décadas. Fue tan dramática la caída que solo cabía mejorar.

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