Carlos Sainz y el chute de confianza que provoca batir a tu compañero de equipo

"¡No está mal, poco a poco vamos llegando chicos!". Así de contento se comunicaba Carlos Sainz con su equipo por la radio al término de la sesión clasificatoria. Después de no haber podido entrar en la Q3 de la sesión definitiva de hace dos semanas en Imola, el piloto español ha respondido a las dudas al firmar su mejor clasificación de la temporada y colocar a su Ferrari como el mejor del resto, detrás de los de momento inalcanzables Mercedes y Red Bull.

Aunque sea cierto, que lo importante siempre se juega el domingo en la carrera, psicológicamente siempre es muy importante para un piloto colocar su coche por delante del de su compañero de equipo. La clasificación a fin de cuentas, siempre es el test definitivo de la máxima capacidad de un piloto para llevar rápido un Fórmula 1 y por ello, es algo que todos los jefes de equipo y analistas miran con lupa haciendo comparativas carrera tras carrera.

De carrerista a especialista a una vuelta rápida

Pocas dudas quedan respecto a la capacidad de Carlos Sainz como carrerista, pues además de ser algo en lo que siempre ha demostrado ser muy fuerte en su trayectoria en la Fórmula 1, las dos carreras realizadas con el equipo italiano hasta la fecha han confirmado sobradamente esta esa capacidad. Sin embargo, sobre el madrileño, siempre ha habido un sector del paddock que ha mostrados dudas respecto a la quintaesencia del pilotaje que supone la vuelta de clasificación. Este es un aspecto, donde Charles Leclerc, el compañero de equipo de Sainz, siempre ha demostrado ser uno de los mejores del mundo, capaz de ensombrecer nada menos a todo un tetracampeón del mundo como Sebastian Vettel, poseedor a su vez de un incontable número de ‘pole positions’, que acredita su condición de ‘velocista’.

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En el encuentro con los medios de comunicación al término de la jornada, el propio Sainz desgranó algunas claves de la mejora en este apartado: “Me siento muy bien, sobre todo porque he sentido progresos y los tiempos por vuelta confirman esas sensaciones. Desde Imola, he cambiado un par de cosas en mi estilo de conducción, sobre todo en la frenada y entrada en las curvas". En esta línea, el español añadió: "Hemos hecho también algún cambio también en los reglajes y bueno, es un poco el método de prueba-error, pruebas algo, ves si funciona, vuelves a empezar, pruebas en otra dirección, etc. Probamos un montón de cosas y al final logramos una buena vuelta que nos permitió estar entre los cinco primeros”.

En general, el resultado de la clasificación ha confirmado la tónica del fin de semana, donde Sainz regularmente ha sido casi siempre más rápido y consistente que su compañero de equipo Leclerc. Sin embargo, en la Q2, la segunda eliminatoria de la clasificación, Leclerc fue más rápido que Sainz con los neumáticos de compuesto medio y esto obligó al español a gastar un juego de blandos en esa sesión. Esta circunstancia le obligará en carrera a salir a la defensiva, pues todas las estrategias coinciden en que la mejor opción es partir con neumáticos de compuesto medio y Sainz tendrá que hacerlo con los blandos.

“Los cuatro pilotos que parten delante de mí, -recalcaba Sainz-, saldrán con neumáticos de compuesto medio, igual que lo hará mi compañero Leclerc, pero no quería jugármela y quedarme fuera de la Q3 como ocurrió en Imola y por eso quisimos asegurar. De todos modos, veremos cómo va todo mañana y trataremos de sacar adelante una buena carrera”, cerró Sainz. Portugal volverá a poner a prueba el talento del madrileño.