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El gran reto de Alpine: "Si no estás preparado para Alonso, tampoco para la F1"
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EL IMPACTO E INFLUENCIA EN EL EQUIPO FRANCÉS

El gran reto de Alpine: "Si no estás preparado para Alonso, tampoco para la F1"

Alain Prost reafirma el impacto de Alonso en Alpine. Solo pilotos de rango especial pueden influir en una gran organización, pero se requieren condiciones singulares, aunque sin garantía de éxito

Foto: Fernando Alonso está tensando a todo el equipo Alpine con la intensidad de su dedicación
Fernando Alonso está tensando a todo el equipo Alpine con la intensidad de su dedicación

¿Qué margen de maniobra e influencia puede tener un piloto en una Fórmula 1 de ingenieros, sensores y sofisticados sistemas técnicos? Lejos quedan aquellos tiempos donde el trasero del protagonista al volante ejercía de telemetría principal, y su criterio marcaba el norte de la puesta a punto y desarrollo de un monoplaza. Pero aún así algunas figuras alcanzan un singular y determinante peso específico en el seno de un equipo. Aunque a condición de reunir varios factores al alcance de unos pocos elegidos.

“Es exigente y un perfeccionista. Un piloto con tal personalidad trae algo más. Fernando pide mucho (del equipo). Es asunto nuestro asumirlo”. Que Alain Prost así hable en Le Figaro dice del impacto de Alonso en Alpine. Cuatro veces campeón del mundo y uno de los pilotos más meticulosos de la historia, Prost se enfrentó al epítome de la obsesión infinita, Ayrton Senna. Otros miembros de Alpine hablan en términos semejantes del asturiano, pero la singular referencia de Prost sirve como ninguna otra para contextualizar su peso específico. Sin embargo, será en estos dos próximos años cuando se teste verdaderamente su capacidad para transformar al equipo francés por excepcional que sea su talento. En el Gp de Baréin se vió un botón de muestra sobre el asfalto, pero es de puertas para adentro donde el desafío alcanza otra dimensión superior.

Trabajar el 1 de enero

A finales del pasado año Marcin Budskowki, director técnico de Alpine, contaba la ilustrativa anécdota del estado mental y disposicón de Fernando Alonso en su retorno. “Pregunta acerca de todo. Estábamos en el túnel de viento y dijo que si no podíamos probar el coche del 2022, y le respondí que no por el reglamento. Preguntó cuando podíamos empezar, y le contesté que el primero de enero. “¿Y estáis trabajando el 1 de enero?”, preguntó el español. “Normalmente no, pero quizás este año”. “Tenemos que empezar el 1 de enero. Vendré, puedo ayudaros el 1 de enero”. Este es el nivel de motivación”.

Cabe imaginar el impacto en cascada para una organización cuando el líder, de vuelta a la Fórmula 1 con casi 40 años, derrocha semejante actitud. En un mundo ya repleto de individuos ultramotivados, Alonso confirma esa personalidad absolutamente obsesiva y focalizada en cuerpo y alma a su misión, intensificada esa desaforada pasión por pilotar durante estos dos años de distanciamiento. En busca de ese Grial último que mueve al español: ganar, a costa de cualquier esfuerzo necesario.

Las palabras de Prost refuerzan esa imagen cimentada por los testimonios y referencias desde su equipo. La de un piloto exigente y de tiempo y energías ilimitadas que tensa las cuadernas de una organización con más de ochocientas personas. No siempre es posible el éxito (aquellos tiempos de Ferrari, “no dejes que te engañen…”), no siempre el piloto es escuchado o tiene capacidad para transformar la dinámica de la organización. Pero solo a través de un singular perfil cabe lograrlo.

Poner a prueba a los ingenieros

Para empezar, el éxito concede una singular aureola. Como Schumacher o Alonso al llegar a Ferrari, o Senna a Williams. Sus títulos con Renault, su capacidad para buscar otros retos fuera de la F1 y volver con más éxitos, además de su singular carisma en la Fórmula 1... Alonso llega a Alpine con una potencia diferente a un Daniel Ricciardo o un Esteban Ocon. Pero a semejante carisma debe acompañarle la autoridad moral y técnica de una larga experiencia capaz de desafiar a un equipo técnico. Primero, con la capacidad de diagnóstico. Segundo, exprimiendo la última décima del material entre manos que, a su vez, forzará a elevar el listón a los ingenieros.

“Fue tremendamente rápido desde el principio en todo. Esto no era un test privado, no perdió un minuto o un segundo con el programa que había que hacer cada día, y en cuanto volvió de las primeras vueltas empezó a dar un tremendo 'feedback' a todos, y la sensación que dejaba era la de 'este tío sabe de lo que está hablando y lo que está haciendo, no perdamos el tiempo", como reconocía en Marca el máximo responsable de Alpine, Laurent Rossi. "Para nosotros es no tener un momento en el que te puedas relajar, porque las prestaciones nunca son suficientes, y nos va a ayudar a pasar al siguiente nivel. Es genial para todos, para el equipo al completo y también para Esteban, porque va a aprender e ir más rápido en diferentes condiciones".

Hacer todo lo necesario

Cuando los ingenieros tanto condicionan a los pilotos por el peso de los datos y lo empírico, aquellos son desafiados con un peso pesado con capacidad técnica al diseccionar el rendimiento de un monoplaza. Con una estajanovista ética de trabajo, el cóctel es disruptivo para una organización. Sin embargo, para agitar el cóctel y lograr la combinación final se requiere un último ingrediente: una personalidad tremendamente asertiva, de enorme confianza interior para mantener, defender e impulsar criterios propios en el seno de una organización. Cada uno a su manera, como Alain Prost, Ayrton Senna, Michael Schumacher o Lewis Hamilton en el seno de Mercedes. Cada uno con su particular inteligencia emocional y una confianza que nace de un privilegiado talento, la experiencia técnica, la legitimidad de los triunfos, pero también de una particular contextura personal capaz de movilizar grupos humanos.

Tanto Davide Brivio como Marcin Budkoski han debido responder estas fechas a la misma pregunta sobre esa exigente personalidad de Alonso: “Si no estás preparado para alguien así, no estás preparado para la Fórmula 1”, reconocían los responsables de Alpine en Shakir. Ya desde la presentación del equipo, Brivio dejaba las primeras pinceladas. “Es una de las personalidades más determinadas que me he encontrado”, reconocía el italiano al poco de conocer a Alonso, “sabe lo que es necesario para poner a un equipo en la misma dirección. Va a estar muy concentrado en lo que hace falta para tener éxito". Preguntando si esperaba tiempos difíciles para gestionar a Alonso, el italiano contestaba: “No lo creo, en nuestra primera conversación vi que era alguien normal, aunque extremadamente motivado, dispuesto a hacer todo lo necesario para sacar lo mejor del coche, y del equipo”.

Hoy, Alpine es un equipo de media tabla. Solo a finales de 2022 se conocerá la capacidad de Fernando Alonso para transformar al equipo francés, como reconocía Alain Prost. De momento, "si no estás preparado para alguien así..."

¿Qué margen de maniobra e influencia puede tener un piloto en una Fórmula 1 de ingenieros, sensores y sofisticados sistemas técnicos? Lejos quedan aquellos tiempos donde el trasero del protagonista al volante ejercía de telemetría principal, y su criterio marcaba el norte de la puesta a punto y desarrollo de un monoplaza. Pero aún así algunas figuras alcanzan un singular y determinante peso específico en el seno de un equipo. Aunque a condición de reunir varios factores al alcance de unos pocos elegidos.

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