Cómo la 'carbonilla' pasará factura a los pilotos de F1 cuando vuelvan a 300km/h
Los pilotos afrontarán diferentes desafíos para volver a directamente a un Gran Premio tras más casi cuatro meses alejados de sus monoplazas y el funcionamiento de la Fórmula 1
“Obviamente, estás un poco ‘magulladillo’, pero estoy bien. No hace tanto que competimos en Abu Dabi, hace un par de meses y medio, quizás ha sido el parón de invierno más corto. Los músculos del cuello tienen menos tiempo para descansar y desaclimatarse de un Fórmula 1, así que ha costado menos volver a aclimatarse. De todos modos, por mucho que entrenes el cuello, el primer día te acaba doliendo, te acabas apoyando en el lateral del coche. Porque un F1 es un F1 por mucho que te prepares con una pesa o cuerdas”. Si un par de meses de parón tiene sus efectos en los pilotos a pesar de la intensa preparación invernal, ¿qué 'carbonilla' tendrán los pilotos encima cuando compitan en el Gran Premio de Austria tras un parón de cuatro meses?
Nunca una generación de Fórmula 1 ha estado tanto tiempo alejada de sus monoplazas. El confinamiento por el coronavirus presenta un desafío desconocido en el primer gran premio de 2020. “Si empezamos en julio estarán oxidados del carajo y habrá bastantes incidentes”, comentaba estos días Christian Horner. “Habrá algo de caos, pero esperemos que sea controlado, no creo que haya coches por todas parte, pero va a haber bastante óxido, una combinación de emoción, excitación y de ganas. Habrá gente que rinda a ese nivel de adrenalina y otros que no. Así que veremos algunas maniobras audaces y otras equivocadas. Estoy seguro de que vamos a ver un poco de todo”, apunta Daniel Ricciardo. Las exigencias físicas de los monoplazas más rápidos de la historia (como reconocieron varios pilotos en Montmeló) se afrontarán con escaso tiempo de aclimatación en 2020. No se trata ya solo de la condición física, sino también de su rendimiento mental.
El gran estrés de un gran premio
Sainz anticipaba algunos de los problemas para los pilotos al volver a la acción: “El parón te afecta especialmente al cuello, no importa lo mucho que entrenes en casa, es imposible replicar las fuerzas G que soportas en un Fórmula 1. El circuito que elijan para la primera carrera tendrá una gran influencia en cómo sufran los pilotos después de todos estos meses sin pilotar o entrenar el cuello. Va a ser un gran desafío”. Que el trazado austríaco abra con dos carreras seguidas amortiguará el golpe. “No es uno de los circuitos más duros, pero vamos a sufrir en las curvas rápidas. Si la primera carrera fuera en Singapur, puedo asegurar que muchos pilotos acabarían la prueba al borde del colapso. La gente no se imagina el estrés que el cuerpo sufre durante un gran premio. La única manera de estar en forma para pilotar un Fórmula 1 es pilotando un Fórmula 1”, cuenta el madrileño.
La pretemporada es la etapa para el trabajar el acondicionamiento base de toda la temporada, con planes específicos en espacios acondicionados o al aire libre y actividades muy diversas (ciclismo, carrera, natación, ski de fondo, boxeo...) acompañados por sus preparadores y fisioterapeutas. Incluso con sesiones de karting para mantener reflejos y cuerpo activados para la velocidad. Sin embargo, estos meses cada uno habrá debido organizarse y prepararse en solitario. ¿Hasta qué punto los pilotos perderán el punto tras tantos meses en el dique seco?
La experiencia de los años
“Físicamente, no creo que vaya a ser un problema” explicaba el doctor italiano Riccardo Ceccarelli, uno de los grandes expertos en preparación de pilotos tras dos décadas de experiencia con un nutrido plantel. En una reciente entrevista en el medio especializado 'The Race' hablaba sobre los desafíos del confinamiento: “Carlos Sainz decía que el cuello sería un problema, pero creo que con el entrenamiento correcto y las cintas elásticas con peso es posible fortalecer el cuello lo suficiente”.
En principio, no parece que el tema físico obsesione a algunos pilotos. “Si fuera mi primer año de Fórmula 1, si no estuviera adaptado, sí estaría preocupado. Pero los entrenamientos de invierno son un buen punto de referencia. En los primeros años de mi carrera el primer día era como un shock general, pero según avanzaba la temporada, era cada vez menor”. Kevin Magnussen se expresa en la misma línea. “Hemos estado mucho tiempo parados, pero no te olvidas, no te oxidas tanto”. El danés toma como referencia personal su experiencia en 2015, cuando no rodó en absoluto con un Fórmula 1. “Cuando volví, parecía que había estado alejado del coche solo un invierno. Te recuperas rápidamente y es igual para todos".
La claridad y agudeza mentales
Sin embargo, para el doctor Ceccarelli no solo se trata del aspecto físico. También es el terreno mental, con el desafío de procesar información a alta velocidad durante todo un fin de semana y economizando el uso del cerebro. El parón también ha podido tener sus efectos en este apartado. “Ha sido un gran cambio de vida, sin la adrenalina, el pilotaje del coche, sin trabajar estrechamente con la gente. Podría tener sus efectos en la claridad y agudeza mentales”, explica el doctor italiano, quien considera que los pilotos han necesitado estímulos que sustituyan esa rutina habitual: “En vez de estar con la bici en el rodillo, pueden buscar tiempos a batir o usar simuladores para competir con otros. No es la única solución: busca objetivos, compite contra ti mismo, intenta mejorar y analiza la información. Todo esto es necesario para mantener el cerebro en un eficiente funcionamiento”.
Pero ante la respuesta del retorno, Ceccarelli considera que “hay muchos parámetros involucrados en un piloto que determinará su rendimiento, además del talento. Lo veremos más claramente en cómo algunos se verán más afectados que otros por este parón”. El transalpino amplía la base de rendimiento de un piloto más allá de la meramente física: “La flexibilidad mental es muy importante. Y la economía mental, cuánto puede hacer el piloto en el coche de forma limpia, pura, automática”. En definitiva, ahora al tratar con el entorno, la prensa, un jefe de equipo difícil, explica. “Y además, necesitan autoconciencia, poder ver su propio rendimiento de manera clara, ser analíticos y honestos, sin poner excusas, sin concentrarse en lo externo, buscando su punto débil”.
Como explicaba Bottas y Hamilton estos días, este parón también ha supuesto una recarga de baterías para los pilotos, con el mayor tiempo de sus vidas alejados de su coche y del equipo. Pero habrá que comprobar la respuesta de cada uno ante esta situación desconocida. Por primera vez en su historia, la Fórmula 1, en el mayor paréntesis de su historia. Excepto seis días de pretemporada, son casi siete meses en el dique seco. En 2020, el Gran Premio de Austria será algo más que una primera carrera para algunos.
“Obviamente, estás un poco ‘magulladillo’, pero estoy bien. No hace tanto que competimos en Abu Dabi, hace un par de meses y medio, quizás ha sido el parón de invierno más corto. Los músculos del cuello tienen menos tiempo para descansar y desaclimatarse de un Fórmula 1, así que ha costado menos volver a aclimatarse. De todos modos, por mucho que entrenes el cuello, el primer día te acaba doliendo, te acabas apoyando en el lateral del coche. Porque un F1 es un F1 por mucho que te prepares con una pesa o cuerdas”. Si un par de meses de parón tiene sus efectos en los pilotos a pesar de la intensa preparación invernal, ¿qué 'carbonilla' tendrán los pilotos encima cuando compitan en el Gran Premio de Austria tras un parón de cuatro meses?