Cómo Lewis Hamilton fue capaz de llevarse al huerto a sus ingenieros y salvó a Mercedes
Wolf y Hamilton mantenían una larga charla con Martin Brundle en la que compartían las claves de su relación y cómo Mercedes es capaz de responder a los malos momentos
No siempre se percibe, pero el equipo Mercedes dominador en la Fórmula 1 desde 2014 no siempre es la máquina letal que se refleja al exterior. Y no siempre un piloto es un simple robot a merced de un sofisticado equipo de ingenieros, como Lewis Hamilton demostró el pasado año.
Toto Wolff y Hamilton mantenían en febrero una larga conversación con el comentarista y ex piloto, Martin Brundle, revelada ahora en un contexto diferente al originalmente previsto. Tratan sobre su relación personal, de la dinámica interna del equipo y diferentes temas comunes. Una conversación que evidencia las claves de su éxito y ayuda a entender que bajo la piel de un equipo triunfador laten dinámicas desconocidas para aficionados y medios de comunicación. Por ejemplo, cuando Mercedes empezó la pasada temporada totalmente desconcertado con aquel monoplaza que finalmente ganó todos los títulos, y cómo Lewis Hamilton contribuyó a enderezar el rumbo.
"Cambio mi estilo de pilotaje"
Martin Brundle preguntaba a ambos cómo Mercedes era capaz de mejorar mejorar año a año, siempre desde el éxito logrado el anterior, pero Hamilton le sorprendía al comentarista de Sky cuando le narraba las peripecias de comienzo de 2019. “No damos todo por hecho, y creo que por eso es porque seguimos ganando, por esta personalidad. La gente no se da cuenta por qué seguimos ganando, hay que romper el molde cada año, incluso la visión que tenia Toto hace tres años es diferente ahora, estamos rompiendo estas barreras cada año”. Hamilton descolocaba a Brundle con sus apreciaciones personales como piloto. “Cada año cambio mi forma de pilotar el coche, que también cambia durante la temporada, como el coche, vas utilizando técnicas sutiles para adaptarte. Tienes que ser adaptativo. Este año tenemos los mismos neumáticos, pero el año pasado fue un gran problema”. El británico volvió así a esos primeros días del pasado año.
“El el coche no era nada bueno de pilotar, la gente pensaba que estábamos ocultando cosas, pero el coche no hacía lo que queríamos, no era nada fácil de manejar, y lo pasamos mal. Pero al final conseguimos desbloquear una enorme cantidad potencial, fue el ultimo día cuando sacamos potencial del coche, encontramos un punto dulce ese ultimo día. Pero hubo un enorme trabajo por detrás. Los chicos tuvieron que volver a rediseñar cosas, se hizo un trabajo enorme que la gente no veía. Cuando ahora miras atrás, aquel viaje fue muy especial”.
"Lewis nos llevó por otro lado"
El propio Wolff ampliaba lo ocurrido, y cómo Mercedes fue capaz de superar su desconcierto inicial, "sorprende todo lo que ocurre a pesar de todos los medios y todos los datos", apuntaba Martin Brundle, un proceso en el que Hamilton jugó un importante papel. “Fue una dinámica muy interesante. Sabíamos que entre el primer y el segundo test había muchas novedades, y que entre el primer coche y el segundo habría casi un segundo de diferencia. Pero cuando hicimos el segundo test, la primera tanda no fue más rápida, era igual que la semana antes, los datos decían que había más carga, pero el coche no era más rápido”. Es aquí donde Hamilton fue capaz de dar la vuelta a la situación al llevar al equipo hacia su terreno.
“Lewis era quien buscaba una dirección de puesta a punto en una zona la que no teníamos confianza. Había resistencia en el equipo. Pero nos conocemos bien, había confianza entre nosotros. Así que cambiamos el coche, y desbloqueamos ese potencial al final. Solo fue el último día cuando pudimos sacar ese potencial. Cuando los ingenieros vieron los datos dijeron “Ok, tenemos que volver a rediseñar”. Así que volvieron a los tableros de diseño, porque el coche se mostraba cómodo de otra forma en donde no pensábamos que podría estar. Fue muy difícil”.
"No hay broncas ni gritos"
Wolff y Hamilton también reflexionaban en la entrevista sobre cómo se inició su relación, y la base de su dinámica personal en medio del estrés y tensión enormes que acompañan a la Fórmula 1. “Somos como imanes, nos atrajimos el uno al otro. Somos muy parecidos en nuestra personalidad. Mi objetivo en la vida es que quería ganar, y ví la gente que tenía que tener alrededor si quería conseguirlo. Y es lo que Toto hace, nos necesitamos mutuamente, le necesito por lo que hace en el equipo, y él a mí por lo que yo hago en el coche”, explica el Hamilton. Tanto Wolff como el británico reconocen que son “un poco amigos, colegas, un poco de todo”. Según Wolff “llegamos juntos al equipo y no sabías que esperar de las relaciones, pero cuando tienes los fuertes vínculos de los objetivos, la mayor parte del tiempo están alineados. No ha sido fácil, pero con el tiempo se ha desarrollado un valor muy importante para tener, que es el respeto”.
“Por supuesto, puede haber desacuerdos, es natural”, confirma Wolff, “pero nunca hemos tenido una pelea ni nada por el estilo. Siempre hemos sido muy transparentes el uno con el otro, nos guste o no. Creo que por eso la relación es tan saludable". “No está en nuestra naturaleza tener broncas”, confirma Hamilton. Ambos reconocen rasgos en común en sus respectivas personalidades "tercos y determinados", y una forma común también de resolver los desacuerdos importantes. “Yo me tengo que apartar un par de días y luego volver, y creo que él es igual”, explica el británico. “Tenemos un comportamiento sincronizado”, confirma el propio Wolff. “Durante diez meses viajamos juntos y nos vemos cada fin de semana, y cuando cerramos antes de Navidad todos necesitamos nuestro propio espacio y lo respetamos. A veces nos mandamos algún mensaje al comienzo de febrero, y empezamos con el arranque de temporada”.
"Dejar que las cosas se enfríen"
Wolff utiliza también su matrimonio como herramienta para explicar los desencuentros. “Cuando tenía discusiones con Susie siempre era sin poner en duda la relación, no me quería divorciar. Estamos en este camino común, necesito a Lewis, el equipo necesita a Lewis”. El austríaco explica su método con el británico “No es bueno discutir cuando las emociones están desbordadas. Tú puedes ser racional y él puede que no, entonces puede desencadenar mi parte irracional y todo empeora. Es importante respetar la distancia y dejar que las cosas se enfríen. Luego ponemos el dedo en la llaga, y hablamos de las cosas con una perspectiva diferente. Pero lleva un tiempo hasta que las aguas se tranquilizan”. Hamilton también explica cómo han aprendido a que “tan pronto como hay un problema, levantamos el teléfono y lo resolvemos de inmediato” en referencia a los polémicas provocadas por sus respectivas declaraciones en entrevistas de uno y otro, que crean fricciones entre ellos.
¿Confian el uno en el otro? “Sí, así debe ser, porque si no confiáramos… Durante la temporada hay muchos momentos donde las cosas no se alinean entre nosotros, pero podemos hablarlo abiertamente. Cada uno tiene sus objetivos, pero fundamentalmente tenemos confianza entre nosotros, porque estamos en esto juntos". Todo indica que seguirán asi durante un tiempo. Si estos tiempos del coronavirus no cambian el futuro de la Fórmula 1.
No siempre se percibe, pero el equipo Mercedes dominador en la Fórmula 1 desde 2014 no siempre es la máquina letal que se refleja al exterior. Y no siempre un piloto es un simple robot a merced de un sofisticado equipo de ingenieros, como Lewis Hamilton demostró el pasado año.