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El día que Fernando Alonso acabó con el reinado de Michael Schumacher y Ferrari
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15 años del espectacular GP de San Marino

El día que Fernando Alonso acabó con el reinado de Michael Schumacher y Ferrari

El trono de la F1 dejó de pertenecer a Michael Schumacher y su equipo, Ferrari, para asentarse en las espaldas de un joven español de 23 años con hambre, manos y talento

Foto: Fernando Alonso celebra su victoria en el GP de San Marino de 2005. (Reuters)
Fernando Alonso celebra su victoria en el GP de San Marino de 2005. (Reuters)

15 años han pasado. Un cambio de poder se producía en el viejo circuito de Ímola. Ese día el gran negocio de la Fórmula 1 adquirió un nuevo jefe. Dejó de pertenecer casi en exclusiva a Michael Schumacher y su equipo, Ferrari, para asentarse en las espaldas de un joven español de 23 años que llegaba con un hambre de victoria y un talento descomunal, Fernando Alonso.

Michael Schumacher venía de conquistar cinco títulos consecutivos con la Scuderia e Ímola era como su casa. Había vencido siete veces en esa pista, casi su récord personal. Sólo en Francia (Magny-Cours) había triunfado más veces (ocho). El alemán buscaba la remontada después de un mal inicio ese 2005 en busca de su octavo Mundial. Pero se encontró con un hueso muy duro de roer en una de las batallas que será siempre recordada y sus imágenes están guardadas en la memoria de todo aficionado a las carreras.

“Para mí, había una carrera, Imola. Ganamos la carrera y Michael terminó segundo. Se vio que eran dos campeones básicamente similares", dijo Flavio Briatore. “Durante 15 o 20 vueltas, Michael estuvo en la caja de cambios de Fernando. Fernando tuvo cero errores; Michael tuvo cero errores. Asombroso, asombroso, asombroso. Siempre he tenido esta carrera en mi mente”, confesaba el antiguo jefe de ambos pilotos.

Foto: Zak Brown se ha erigido en el líder de los equipos dispuestos a sacar una más ambiciosa tijera para competir en Fórmula 1 (REUTERS)

Aguantó con todo en contra

Pero el fin de semana no fue todo un camino de rosas para el asturiano. Entró en el fin de semana con una enorme desventaja: su motor ya había sufrido el calor despiadado de Baréin. Para sobrevivir el fin de semana en Ímola sin penalización, tuvo que dividir el kilometraje y conducir con configuraciones que eran de todo menos óptimas. "No hicimos muchas vueltas en el entrenamiento", dijo el director de tecnología de Renault por aquel entonces, Pat Symonds. "El motor de Fernando fue muy castigado en Baréin. No pudimos ir a toda velocidad este fin de semana. Tuvo su efecto en los tiempos".

La realidad fue que uno de los pistones del propulsor RS25 estaba seriamente dañado en su cabeza desde el pasado GP. Para que aguantara la carrera de Ímola, decidieron inutilizar casi en su totalidad el funcionamiento del cilindro afectado. Es decir, Alonso ganaría a Schumacher con un cilindro menos de los diez de su coche y un altísimo riesgo de rotura.

Esto supuso una pérdida de 30 CV de potencia. Fernando era por esta razón medio segundo más lento por vuelta. Datos que aumentan la gesta del español en San Marino. Además, en el funcionamiento de la mecánica, este cilindro era uno de los más importantes. Para que las piezas sanas no sucumbieran por el exceso de trabajo se limitó el régimen motor. "La vuelta de Fernando en la clasificación fue solo su undécima vuelta cronometrada de todo el fin de semana. Así que no diría que estábamos tan bien preparados como siempre", decía Pat Symonds.

La angustia y la tensión que se vivió en Renault por el miedo a un fallo mecánico durante todo el fin de semana fue tremenda. Al término de la jornada del viernes, y con el propulsor renqueante, se plantearon la posibilidad de cambiarlo y perder diez puestos en parrilla. "Al final decidimos que no porque en Ímola es muy difícil adelantar y era mejor tomar el riesgo y optar a puntuar o, como mucho, al podio. Sin embargo las cosas en calificación nos fueron muy bien. Los ingenieros decidieron tirar para delante haciendo trabajar menos la zona afectada", explicó Alonso. Ese cilindro al final no provocó la esperada rotura. Milagrosamente, Renault estaba a punto de convertirse en el primer equipo en la historia que gana dos carreras seguidas con el mismo motor.

placeholder Fernando Alonso celebra junto a Flavio Briatore una de sus victorias ese año. (EFE)
Fernando Alonso celebra junto a Flavio Briatore una de sus victorias ese año. (EFE)

Schumacher estaba volando

Fernando Alonso logró firmar el segundo mejor crono con el coche tocado para sorpresa de Renault. Schumacher, por su parte, solo pudo ser 14º y nadie tenía en cuenta al alemán para la lucha por la victoria. Kimi Raikkonen fue el hombre de la pole, pero el finlandés, cuando rodaba en cabeza, a la novena vuelta sufrió daños en el eje de transmisión. Alonso se ponía en cabeza. Por detrás Schumacher pasó del décimo puesto al tercero después de las primeras paradas en boxes y también gracias a la ayuda de un Jarno Trulli que frenó al grupo. Ya solo tenía delante a Jenson Button y al propio Alonso.

Para deleite de los tifosi, Schumacher estaba volando en pista, y pronto ganó la plaza a Button. Después de un último paso por boxes en la vuelta 49, el káiser salió a solo 1.5 segundos de Alonso. Una vez más, Schumacher tenía mucha más velocidad que Alonso, ya que Alonso estaba haciendo funcionar su motor Renault a revoluciones reducidas después de que se descubriera el problema en los entrenamientos.

Ahora era una pelea de 12 vueltas hasta la bandera de cuadros. Durante doce vueltas apasionantes, Schumacher persiguió a Alonso sin miramientos. Lo intentaba de Piratella a Acque Minerali, pero no tenía espacio para pasar. Aunque Schumacher lo intentó, se encontró con un muro indestructible. Alonso contuvo a Schumacher con una resistencia admirable que rara vez se había visto en los rivales de Schumacher, sobre todo después de sus problemas mecánicos durante todo el fin de semana. "Tuvimos que establecer límites más bajos, y no pudimos cambiarlos", dijo Symonds sobre las restricciones del motor.

"Hubiéramos tenido un poco más en la mano con el coche en plenas condiciones, pero no nos equivoquemos, no teníamos suficiente para igualar el ritmo de Michael". Las gomas del Renault tampoco daban el mejor ritmo, pero Alonso jugó brillantemente sus cartas, sin dejar nunca la puerta abierta, con una tracción superior en curvas lentas que le dio un impulso clave. Schumacher no pudo encontrar el camino y Alonso logró la victoria. Cruzaron la línea con solo 0.215 segundos de diferencia: el final de carrera real más cercano que se vio en años. Pero esta carrera fue más que una bonita lucha. Fernando Alonso enseñó al mundo de la F1 su nivel y muchos sintieron que el relevo generacional había llegado.

El fin de un legado

Schumacher no pudo hacer nada más que elogiar al español al término de la temporada. "En primer lugar, fue una gran carrera de Fernando", dijo. “Al igual que el resto de la temporada, fue mentalmente muy fuerte. Una vez que estaba detrás de él, solo podía empujar y esperar que cometiera un pequeño error. Pero no me hizo el favor. No tiene debilidad, pero fue muy divertido".

Alonso ganó cuatro carreras más ese año para un total de siete. Schumacher sólo venció en Estados Unidos en aquel Gran Premio de Indianápolis de los líos con los neumáticos en el que sólo participaron seis coches. El español consiguió su primer título con 133 puntos, por delante de Raikkonen (112) y de Schumacher (62).

Después de la temporada, Alonso también recordó la victoria en Ímola: "Creo que las condiciones especiales en San Marino funcionaron perfectamente para Ferrari", dijo. “Ímola fue una de las mejores carreras de esta temporada. Un final apretado entre dos monoplazas. Tuve algunos problemas con los neumáticos y el motor, así que terminé siendo bastante lento. Pero Michael no me adelantó, y eso fue algo grande para mí. Me hizo muy feliz”.

“Todos esperábamos que Ferrari fuera dominante como en años anteriores. Pero ganamos las primeras cuatro carreras y estaba seguro de que la temporada 2005 sería mi gran oportunidad. Pero nunca se supo hasta el final porque McLaren apretó hasta el final”. Por supuesto, fue Alonso en 2005 quien puso fin a la era de dominio de Schumacher en Ferrari y, aquel piloto de 23 años se convertía para el mundo de la Fórmula 1 como el gran futuro de la categoría proclamándose como el campeón más joven de la historia en ese instante

15 años han pasado. Un cambio de poder se producía en el viejo circuito de Ímola. Ese día el gran negocio de la Fórmula 1 adquirió un nuevo jefe. Dejó de pertenecer casi en exclusiva a Michael Schumacher y su equipo, Ferrari, para asentarse en las espaldas de un joven español de 23 años que llegaba con un hambre de victoria y un talento descomunal, Fernando Alonso.

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