El día que una leyenda retirada casi pierde la vida a 350 km/h en Indianápolis
Mario Andretti, leyenda del automovilismo mundial, sufrió hace 23 años un accidente del que salió ileso de forma milagrosa. Las imágenes quitan el hipo. Sólo se hizo un pequeño arañazo
23 de april de 2003. Ovalo de Indianápolis. Entrenamientos previos a las 500 Millas. Mario Andretti era y es una de las mayores leyendas del automovilismo mundial. Llevaba por aquel entonces diez años retirado. Tenía 63 primaveras. Volvió al mítico óvalo para probar el monoplaza del equipo de su hijo, Michael. Esta es la historia de uno de los accidentes más espeluznantes y 'afortunados' en la pista de Indianápolis y, por sus singulares circunstancias, en la historia de las carreras.
Cuando Fernando Alonso vuelva al óvalo americano este año, las imágenes del accidente ocurrido hace exactamente 17 años de uno de sus mentores servirán para recordar nuevamente los increíbles peligros que encierra la pista americana y las carreras en los óvalos. Pero el caso de Mario Andretti fue realmente excepcional. Aquel día, jubilado tras cuatro décadas compitiendo en todos los circuitos del mundo sin sufrir menor rasguño, la leyenda tentó a la suerte. En esta ocasión, milagrosamente sufrió solo uno, entre el cuello y la barbilla, tras su espeluznante accidente por los aires a 350km/h.
April 23, 2003 - With less than five minutes to go in a private test for @followandretti... @marioandretti hit debris and flipped. Flipped a lot.
— Champweb (@champwebdotnet) April 23, 2020
And then...walked away. pic.twitter.com/HdsZv2wMEh
"La (mala) suerte Andretti"
Mario Andretti tomó parte en veintinueve ediciones en las 500 Millas de Indianápolis. Solo ganó una vez, en 1969, y no volvió a repetir. Varios miembros de la saga familiar también participaron en la carrera, nada menos que en 73 ocasiones. Entre ellos, su hijo Michael, el propietario del equipo de Alonso en 2017. Ninguno de ellos volvió a ganar. Tanto fue así, que en Estados Unidos se creó en torno a la familia y las 500 Millas la leyenda urbana conocida como ‘Andretti Luck’ (Suerte Andretti).
Campeón del Mundo de Fórmula 1, del Indycar ganador en Daytona, Indianápolis… Mario Andretti es uno de las más grandes ‘racers’ de la historia, raza de pilotos de pura cepa capaz de competir con éxito en cualquier disciplina. Ganó su última carrera con 54 años. Cuando Fernando Alonso llegó a Indianápolis, Mario Andretti se convirtió en uno de sus consejeros más cercanos. Aquel 23 de abril de 2003, Michael pidió a su padre (o quizás fue al revés) que sustituyera a Tony Kanaan tras el accidente del brasileño en Japón una semana antes, en el que se había partido un brazo. Por si Kanaan no hubiera podido clasificar el coche para las 500 Millas de aquel año. Andretti tomó su puesto... con 63 años.
"Dios mío, ¡allá voy!"
Mostró su personalidad 'killer' nada más salir a la pista. “Empecé con el coche muy bien, poco a poco, ganando velocidad. Alcance los 360 km/h. Quería dejar una buena cifra en lo alto para sentirme bien. Yo era así. En cada sesión alguien tenía que estar arriba, y tenía que ser yo”, recordaría entre risas tiempo después al rememorar aquella jornada. “Volví locos a mis ingenieros”, añadió.
“Salí con una puesta a punto nueva, neumáticos nuevos, ligero de combustible. Faltaban diez minutos para terminar. Recuerdo que había logrado un rebufo perfecto a Kenny Brack, pero al entrar en la curva uno explotó su motor y se estrelló. Saltó algo al medio de la pista y luego llegaba yo, mi telemetría indicaba 352 km/h a la salida de la curva. Sin aviso, golpeé esa cosa blanca que estaba en medio (un resto de las protecciones), aquello descolocó el coche y despegué: me dije: 'Dios Mío, allá voy". El monoplaza salió volando a 350 km/h en una sucesión de vueltas en el aire increíbles. “Golpeé dos veces las vallas y, afortunadamente, aterricé sobre las ruedas. Fue terrible acabar así el día”, contaba Andretti, con el tono de quien había sufrido un accidente laboral después de haber dejado a todos boquiabiertos con su ritmo. “Cuando volaba, pensaba, 'espero que el señor ahí arriba no se olvide de ti". No se olvidó y Andretti bajó por su propio pie del coche destrozado. “Hubiera vuelto al coche al día siguiente, no fue culpa mía, si lo hubiera sido porque no estaba en mi elemento… pero me sentía como si no me hubiera retirado”, explicó.
"[Michael] asked if i wanted to. So I said sure. and so he's the boss. Make sure the teams OK with it." -@marioandretti on his test in 2003 at Indy. pic.twitter.com/tACcDylHbM
— Champweb (@champwebdotnet) April 23, 2020
Como el niño travieso
Hubiera resultado fatalmente increíble que Mario Andretti terminará allí sus días tras cuatro décadas compitiendo y ganando en todo tipo de disciplinas, y diez años retirado de las pistas. No fue así. De hecho, ha seguido pilotando monoplazas año tras año en el óvalo de Indianápolis. Cuando Fernando Alonso debutó en 1917, Mario Andretti pasaba la semana previa rodando sin parar en la pista con el biplaza utilizado para invitados. Es todavía su responsable.
“Son esas cosas que pasan. Así que bueno, no siempre hay mala suerte aquí para mí (en referencia a la ‘Suerte Andretti’)" concluía al recordar aquella singular, dramática, pero afortunada jornada. Cuando padre e hijo se encontraron después del accidente, Michael le preguntó a su padre: “¿Qué has hecho? ¿Qué ha ocurrido?”. “No se lo digas a mamá..”, respondió el padre, como el niño travieso que ha hecho una barrabasada.
23 de april de 2003. Ovalo de Indianápolis. Entrenamientos previos a las 500 Millas. Mario Andretti era y es una de las mayores leyendas del automovilismo mundial. Llevaba por aquel entonces diez años retirado. Tenía 63 primaveras. Volvió al mítico óvalo para probar el monoplaza del equipo de su hijo, Michael. Esta es la historia de uno de los accidentes más espeluznantes y 'afortunados' en la pista de Indianápolis y, por sus singulares circunstancias, en la historia de las carreras.