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Cómo 'reírse' de quien se gasta una pasta en un simulador y ganarle en silla de 'camping'
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La sorprendente victoria de Pirro

Cómo 'reírse' de quien se gasta una pasta en un simulador y ganarle en silla de 'camping'

Emanuele Pirro se convirtió en el quinto ganador de la carrera en el Trofeo Legends en Sebring y dejó en la estocada al resto de competidores que llegaban más preparados a este tipo de carreras

Foto: Así era el 'set up' de Emanuele Pirro. (The Race)
Así era el 'set up' de Emanuele Pirro. (The Race)

Sentado en una silla de camping -más propia de un domingo de comida en el parque con la familia-, conduciendo con un viejo volante G27, un ratón con cable y un televisor sobre una caja de zapatos. Así, el cinco veces ganador de las 24 Horas de Le Mans, Emanuele Pirro, se convirtió en el quinto ganador de la carrera en el Trofeo Legends en Sebring y dejó en la estacada al resto de competidores que llegaban más preparados para este tipo de carreras en aumento durante esta pandemia del coronavirus.

Durante el brote del Covid-19 que está afectando al mundo y ha parado todos los deportes, han tenido especial auge los eSports esta época. En las últimas semanas, la Fórmula 1, MotoGP y la IndyCar han creado diferentes tipos de eventos para tratar de suplir la falta de acción real. Muchas plataformas han apostado por los torneos entre pilotos reales, en este caso, de forma virtual. Para los más jóvenes ya saben lo que es crecer con un simulador bajo el brazo, pero para otros de más avanzada edad se ha convertido en un reto. Eso sí las manos son de campeones y no necesitan una gran adaptación para dar su mejor nivel. Quien tiene, retiene y así lo demostró Pirro.

Foto: Stirling Moss firmó cuatro subcampeonatos en el mundial de Fórmula 1. (EFE)

Líder de principio a fin

Pirro comenzó desde la pole y nunca perdió el liderato, ayudado por el caos que se desarrolló en la primera vuelta. El tres veces ganador de Indy 500, Helio Castroneves, emergió rápidamente como su rival más cercano, pero no pudo ser un desafío final para Pirro, terminando alrededor de dos segundos por detrás en el segundo lugar. El podio fue completado por el cuatro veces campeón de IndyCar, Dario Franchitti, quien luchó contra la leyenda del World Touring Car Andy Priaulx para mantenerse en el lugar.

Para acabar el piloto italiano compartió una imagen de su 'set up' para la carrera donde dejó a las claras que no practicaba demasiado en este terreno. La imagen fue una sorpresa para muchos seguidores por lo básico de su emplazamiento. El piloto sentado en una especie de tumbona, con un volante G27, que no es precisamente lo más innovador del mercado, y para rematar una pequeña televisión situada encima de una caja de zapatos. Nada en comparación con la gran mayoría de sus rivales quienes se presentaban con caros simuladores. Las bromas de los seguidores tampoco faltaron. “Eso me inspira gastar menos en un simulador”, decía un usuario por la victoria del italiano. “La única configuración de simulador buena y adecuada”, añadía otro.

El gran hándicap de Villeneuve

El único que tuvo un ‘set up’ peor que Pirro fue Jacques Villeneuve. Al canadiense le valió con el mando de la Xbox para poder competir. Aún así, Villeneuve firmó dos meritorios sextos puestos. "¿Alguien honestamente esperaba que Villeneuve hiciera las cosas de la misma manera que todos los demás?", decía un seguidor en referencia al carácter polémico del canadiense. Ambos dieron la nota llamativa de la competición y demostraron su nivel frente a pilotos más preparados para estos eventos con simuladores más realistas y profesionales. La duda es... ¿Necesitas los mejores zapatos, traje o casco para ser el más rápido? Aunque esto haya sido un caso excepcional, la respuesta es sí.

Controlar la dirección de coches tan rápidos con un joystick que tiene demasiada sensibilidad y poco margen de maniobra, medir su potentísima aceleración con un gatillo que al más mínimo soplido estás pisando a fondo -y, por tanto, perdiendo el control con mayor facilidad- y finalmente tratar de frenar con otro gatillo, con el cual no bloquear las ruedas es casi misión imposible es lo realmente difícil.

Y es que para disfrutar realmente al máximo de un juego de coches con un mando, éste tiene que ser completamente arcade. Que casi se conduzca solo. En el momento que nos ponemos con un simulador la cosa cambia. “El realismo del juego es muy grande. Yo me he comprado dos componentes fundamentales, el motor del volante, que permite exactamente la misma dirección asistida que tenía en mi coche de carreras, y la puedo programar igual y me da exactamente el mismo comportamiento”, contaba Andy Soucek a El Confidencial. “El coche iba igual que en Monza. Era surrealista”. Y es que un simulador de coches no es más que eso, la tecnología que hace posible que sintamos como real una 'imitación' del vehículo y del terreno, y del comportamiento del coche en determinadas circunstancias.

Lando Norris es otro de los grandes conocedores del gran nivel de realismo de estas competiciones y ya remarcó que es un lugar del que se puede aprender. "Definitivamente hay cosas que puedes aprender en cuanto a estrategia", dijo Norris. “Pasamos horas y horas de preparación tratando la configuración y, por ese lado, aprendes mucho sobre diferentes coches. Mucho de eso está muy relacionado con un monoplaza de F1. Así que pruebas diferentes alturas, alas, presión de los neumáticos, etc. Te mantienes involucrado en todo y aprendes lo que afectan las diferentes combinaciones. Por ejemplo, si vas con un alerón, puedes salir con un poco más de altura trasera y cosas así. A veces la gente no sabe esos detalles".

La buena noticia que se puede rescatar de toda esta situación es que el crecimiento de los eSports en este duro momento está dejando dos lados positivos para los aficionados. El primero, el crecimiento de un 'nuevo deporte'. Todo el mundo se agarra a los videojuegos tanto para entretener como para solidarse con la situación o hacer más llevadera la cuarentena. Y por otro lado el punto de vista humano de los mejores deportistas del mundo. Los seguidores pueden conocer más de cerca a sus ídolos y gente como Thibaut Courtois, por ejemplo, ha sido un descubrimiento para muchos.

Sentado en una silla de camping -más propia de un domingo de comida en el parque con la familia-, conduciendo con un viejo volante G27, un ratón con cable y un televisor sobre una caja de zapatos. Así, el cinco veces ganador de las 24 Horas de Le Mans, Emanuele Pirro, se convirtió en el quinto ganador de la carrera en el Trofeo Legends en Sebring y dejó en la estacada al resto de competidores que llegaban más preparados para este tipo de carreras en aumento durante esta pandemia del coronavirus.

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