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La votación de los equipos y la llamada que cambió el destino de la F1
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Toto Wolff cambió su decisión

La votación de los equipos y la llamada que cambió el destino de la F1

Mercedes tenía claro que quería seguir con el fin de semana, pero en el último momento cambió su votación por una llamada telefónica nocturna del CEO de Daimler, Ola Kallenius

Foto: Una llamada a Toto Wolff, jefe de Mercedes, cambió el resultado final de la votación. (Reuters)
Una llamada a Toto Wolff, jefe de Mercedes, cambió el resultado final de la votación. (Reuters)

Una llamada telefónica nocturna entre el CEO de Daimler, Ola Kallenius, y el jefe de Mercedes de Fórmula 1, Toto Wolff, cambió el destino del Gran Premio de Australia. Mercedes tenía claro que quería seguir con el fin de semana, pero en el último momento cambió su votación para poder cancelarse. Con su voto a favor hubiera podido disputarse el gran premio.

La realidad es que todo estaba listo para disputarse, pero la infección por coronavirus de un miembro del equipo McLaren cambió todo. El equipo de Woking se retiró justo antes de la apertura de la temporada de F1 y fue el detonante para que las máximas organizaciones actaran y vieran la verdadera gravedad de la situación. Por el momento ya son cuatro los grandes premios suspendidos (Australia, Baréin, Vietnam y China) y se espera que Holanda y España también tengan que aplazarse.

Foto: Mientras que Red Bull siempre quiso correr el GP de Australia, Wolff cambió de opinón, y Ferrari se negó desde el principio (REUTERS)

La reunión de los equipos

El positivo por coronavirus en McLaren y su retirada desencadenó una reunión entre los otros equipos para conversar con el director deportivo de la F1, Ross Brawn, en el Crown Hotel en Melbourne con el objetivo de discutir qué debería suceder a continuación, según explica 'Austosport'.

Con el presidente de la FIA, Jean Todt, estando presente en la reunión por teléfono, se acordó que el destino de la apertura de la temporada de F1 dependería de lo que la mayoría de los equipos quisieran hacer. Las únicas circunstancias bajo las cuales la carrera podría ser cancelada por el cuerpo directivo y la F1 sería si otros cuatro equipos se retiraran de la carrera.

Esto se debe a que el Artículo 5.7 del Reglamento Deportivo de la F1 establece: "Un evento puede cancelarse si hay menos de 12 monoplazas disponibles". Las opciones que estaban en la mesa eran: la cancelación o que los equipos continuaran con los entrenamientos del viernes, con o sin espectadores.

La votación

Se entiende que en la votación, Ferrari ya había tomado una decisión firme. No continuaría durante el fin de semana de Melbourne, pasara lo que pasara, por lo que Sebastian Vettel ya estaba reservado un vuelo temprano para salir del país. La alarmante situación en Italia dejó claro a Mattia Binotto, jefe de Ferrari, que no debían continuar.

Aun así la votación inicial sobre la idea de continuar cayó del lado favorable. Haas y Williams aclararon que estaban conformes de ir con la mayoría, por lo que abstenían. Por otro lado cuatro equipos estaban a favor de correr (Mercedes, Red Bull, AlphaTauri y Racing Point), con cuatro claros que no lo harían: Ferrari, Alfa Romeo, Renault y McLaren.

Con un empate, se decidió que Ross Brawn tendría el voto decisivo para decidir en qué dirección irían las cosas, y estaba a favor de, por lo menos, disputar los entrenamientos del viernes antes de evaluar más la situación. Esa moción se aprobó oficialmente y los equipos abandonaron la reunión creyendo que el evento iba a seguir.

La llamada

Cuando todos estaban mentalizados de que el gran premio seguía en pie, Wolff recibió una llamada telefónica de su jefe Kallenius, que quería discutir el impacto de la situación del coronavirus y lo que Mercedes debería hacer con su equipo de F1. Kallenius explicó y expresó su preocupación sobre la situación que está atravesando Europa y, aunque parece que dejó la decisión final sobre los asuntos a Wolff, esa conversación cambió la forma de pensar del austriaco.

Tras deliberarlo, Wolff telefoneó a Brawn y dijo que ahora estaba votando en contra de continuar con el fin de semana de Melbourne. Eso significaba que había cinco equipos listos para retirarse de la carrera, por lo tanto solo 10 monoplazas estarían disponibles.

Así fue suficiente para que los jefes de F1 informaran a los organizadores del gran premio el viernes por la mañana que todo estaba en marcha para cancelar la carrera. Las cartas de retirada de los equipos que no querían competir fueron enviadas a la FIA. “Compartimos la decepción de los aficionados. Sin embargo, la salud física y mental y el bienestar de los miembros de nuestro equipo y de la comunidad más amplia de F1 son nuestra prioridad", rezaba el comunicado de los de Brackley.

Los promotores aun así mantenían las esperanzas de disputarse, pero a las 9 de la mañana del viernes, ya se informó oficialmente que la F1 tenía la intención de cancelar todo. Por otro lado, el consejo médico del gobierno victoriano, por el crecimiento del brote de coronavirus, comunicó que no se permitiría la entrada de espectadores a la pista. Un punto más que terminó de decantar la balanza para cancelar el evento.

Una llamada telefónica nocturna entre el CEO de Daimler, Ola Kallenius, y el jefe de Mercedes de Fórmula 1, Toto Wolff, cambió el destino del Gran Premio de Australia. Mercedes tenía claro que quería seguir con el fin de semana, pero en el último momento cambió su votación para poder cancelarse. Con su voto a favor hubiera podido disputarse el gran premio.

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