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"Son unos niños caprichosos": Italia no perdona el desastre de Vettel y Leclerc
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Ferrari se fue de vacío en el GP de Brasil

"Son unos niños caprichosos": Italia no perdona el desastre de Vettel y Leclerc

El final de 2019 era la ocasión para que Ferrari demostrara su potencial y refinara todos los mecanismos con vistas a 2020. Pero el GP de Brasil dio un buen bofetón a los italianos

Foto: La prensa italiana sitúa como culpable, una vez más, a Sebastian Vettel. (Reuters)
La prensa italiana sitúa como culpable, una vez más, a Sebastian Vettel. (Reuters)

“Se veía venir”. “Vettel se comporta como un niño a quien le quitan el juguete”. “Unos niños caprichosos”. Se suponía que el final de 2019 sería la ocasión para que Ferrari creciera, demostrara su potencial y refinara todos los mecanismos con vistas a 2020. Pero en el Gran Premio de Brasil de Fórmula 1, un nuevo duelo fratricida entre Sebastian Vettel y Charles Leclerc, terminó con ambos monoplazas fuera carrera a falta de seis vueltas. Un nuevo bochorno de la Scuderia que en Italia no perdonan y culpan sin piedad al piloto alemán.

"Era de esperar que tarde o temprano el incidente hubiera ocurrido”, sentencia La Gazzetta. El medio italiano hizo repaso de los incidentes previos que anunciaban el desastre. “Brasil es la consecuencia lógica de lo que se vio el sábado en la clasificación, en Monza en la carrera, en Rusia y en la tensión que se vio al principio en Suzuka”.

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"Una buena relación"

Mattia Binotto salió al paso de las críticas para defender el potencial de su escudería y la relación que existe actualmente entre sus pilotos. "Es verdad que Monza no fue la situación más fácil de gestionar. Tuvieron que aclarar el asunto, hablaron cara a cara, de manera abierta. Pasó lo mismo tras Rusia. Ahora tienen una relación buena y se llevan bien", comentó Binotto en declaraciones para el portal Motorsport.com. "Es verdad que lo que pasó hoy no ayuda, pero no creo que haya drama en absoluto. Lo veo más como una oportunidad de cara a aclarar las cosas para el año que viene si es necesario".

Ambos pilotos salieron ante los medios y expusieron una misma idea que parece que llegó por orden del suizo. "La principal razón por la que les fui a ver es para decirles que iban a atender a los medios de comunicación y que la única que me contentaría escuchar es que lo sienten por el equipo", añadió Binotto.

Vettel carga con las culpas

El suicidio de Ferrari provocó un aluvión de críticas en Italia. Vettel fue uno de los más perjudicados, pero Leclerc tampoco se fue de rositas de un duelo que puede traer cola en un 2020 que aspiran a ser campeones del mundo. "Más que una samba, el triste Carnaval de Ferrari se convierte en un nefasto baile de los chicos rojos uno contra el otro. Chispas. El neumático del monegasco casi se descuelga y el del alemán quedó despeinado como un pelo al viento. Brazos levantados en los coches y coros de palabras entre los pitidos, fácilmente interpretables. Ambos están fuera, Vettel se queda mucho tiempo cerca del cadáver de su Cavallino, patea a la tierra, luego apoya los brazos sobre las caderas y baja la cabeza. Leclerc desaparece de los disparos de las cámaras. Segundo coche de seguridad, los Ferrari salen debajo de una sábana. Última fotografía emblemática y plástica de una pareja que estalla”, describe con detalle la Repubblica.

“En el incidente que sacó a ambos Ferrari de la pista, desafortunadamente hay algo que ya hemos visto”, remarca Il Corriere della Sera, quien sí ve un culpable claro. “Sebastian Vettel desencadena un accidente tras una reacción incomprensible después de un revés sufrido. Específicamente, el adelantamiento llevado por Leclerc en las S de Senna. Vettel, por alguna razón, de repente se comporta como un niño a quien le quitan el juguete. Gestos en la pista similares a gritos de furia. Nada que tenga que ver con un dominio que también se manifiesta cuando lo que está en sus manos y a su alrededor no implica un trastorno repentino. Son los límites de los personajes de Vettel. Los que, creemos, limitarán su libertad cuando haya mucho más que ganar".

Charles era más rápido que Seb, que mientras tanto se veía por detrás de un inspirado Albon. Si bien Vettel no puede recuperar su posición ante el inglés de 23 años que está al frente, Leclerc no aguanta más. Ataca. El resto es historia”, vuelve a destacar otra fuente de la Repubblica.

Daniele Sparisci, de Il Corriere della Sera, va mucho más allá y ataca con dureza a los dos pilotos. “Son niños caprichosos que reflexionan sobre quién tiene la culpa, los neumáticos explotan como globos demasiado hinchados. Sebastian Vettel y Charles Leclerc, absueltos por los comisionados, pero juzgados por el pueblo de Ferrari. Ferrari está literalmente destruido con la sospecha de que el que tiene el número 5 tiene más responsabilidad. Ni siquiera una sombra roja en ese podio: doble cero, pero este es el último de los problemas. El suicidio deportivo en la vuelta 66, a cinco del final, es el despertar del sueño y provocar la erupción del volcán. Un doble KO. en un partido de solo perdedores".

La mano blanda de Binotto

En Brasil también se deslizaba la idea de un tercer culpable en el accidente entre Vettel y Leclerc. La mano blanda de Mattia Binotto con sus pilotos y la falta de órdenes de equipo en momentos puntuales ha favorecido la llegada de esta tensa situación. Un Binotto que, según los medios italianos, acabó furioso y canceló la tradicional sesión informativa tras la carrera para tratar todo en Maranello con la cabeza fría”.

Aun así en Italia parece que libran de culpa al jefe suizo. “Centrarse en la política con la que Ferrari administra a los dos pilotos sería poco generoso e injusto. Aunque tales incidentes deben tenerse en cuenta para el futuro", comenta La Gazzetta. “Es muy fácil esperar una gestión total de Mattia Binotto con sus pilotos. Pero también es muy difícil manejar un fenómeno como este que a veces se vuelve loco. Sobre todo porque Seb sigue siendo un campeón de primer orden”, finaliza Il Corriere della Sera. Horas bajas en Maranello donde, Binotto a la cabeza, deben encontrar una rápida solución a un problema que podría repercutir de la peor manera en 2020.

“Se veía venir”. “Vettel se comporta como un niño a quien le quitan el juguete”. “Unos niños caprichosos”. Se suponía que el final de 2019 sería la ocasión para que Ferrari creciera, demostrara su potencial y refinara todos los mecanismos con vistas a 2020. Pero en el Gran Premio de Brasil de Fórmula 1, un nuevo duelo fratricida entre Sebastian Vettel y Charles Leclerc, terminó con ambos monoplazas fuera carrera a falta de seis vueltas. Un nuevo bochorno de la Scuderia que en Italia no perdonan y culpan sin piedad al piloto alemán.

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