El dilema de McLaren con su coche del año que viene
Andreas Seidl y James Key deben decidir en estas fechas cómo repartir las fuerzas en el equipo McLaren de cara a evolucionar el coche de 2020 sin dejar cojo al de la presente campaña
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“En cuanto a los objetivos para 2020… creo que es importante dar el siguiente paso como equipo -junto a nuestros pilotos- y también en cuanto a rendimiento del coche. El próximo año tendremos el primer coche bajo el liderazgo total de James Key”, comentaba el pasado fin de semana un Andreas Seidl -responsable deportivo del devenir de McLaren- que en esta época veraniega debe decidir qué porcentaje de esfuerzos van para el proyecto de Key del año que viene y cuánto continúa para este, en el que -a diferencia del pasado curso- no les conviene tirar la toalla porque el objetivo (y premio económico) de quedar cuartos es una posibilidad real si no dejan de pisar el acelerador.
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“A mitad de temporada, siempre tienes que decidir cuándo te vuelcas en el coche de 2020. Depende, por ejemplo, de la situación en el campeonato. Nosotros aún estamos trabajando en el coche de este año en cuanto al desarrollo y seguirá habiendo más pequeñas evoluciones en las próximas carreras, pero obviamente miramos ya al coche de 2020. Normalmente habría una transición en julio”, reconocía en Hungría el protagonista, el ingeniero James Key, quien seguramente tenga mucho que decir en esa decisión de cuántos huevos poner en una cesta u otra. Bendito problema viniendo de la época anterior, en la que (normalmente) ya tenían claro que era mejor apostar por el año siguiente...
Como señalaba Key, en 2019 no han terminado todavía el trabajo y llevarán “más actualizaciones tras el verano. Quiero dar la enhorabuena al equipo de ingenieros aerodinámicos por el gran trabajo que han hecho. Con estas mejoras, la lucha por la cuarta posición en esta segunda mitad pinta muy bien”, relataba Seidl tras la prueba de Budapest, circuito al que llevaron un alerón trasero nuevo y otras piezas pequeñas.
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Las dos primeras carreras a la vuelta de estas vacaciones obligatorias, Bélgica e Italia, darán más pistas a los de Woking (al igual que al resto de los equipos) para resolver esa duda que James Key comentaba sobre cuánta carne poner en el asador de 2020. Lo normal es que proporcionalmente se vayan mandando 'soldados' de 2019 a 2020 hasta que esté todo el pescado vendido en el presente curso y se quede un equipo mínimo de personal concentrado exclusivamente en este campeonato. Además, no habrá un cambio radical de normas con lo que muchos conceptos de esta temporada servirán para la venidera.
La 'suerte' del batallón de Ferrari
Este es uno de los puntos en los que se nota el poder económico de cada factoría ya que en escuderías como Ferrari, el batallón de trabajadores es tan grande que aún dividiendo al personal tienen más gente trabajando en cada uno de los dos años que un equipo que estuviera centrado sólo en uno. Mercedes, en este sentido, es el que le puede hacer sombra.
Para comprender esta situación, a continuación está la lista de los trabajadores con los que contaban los equipos en la temporada pasada, 2018:
Ferrari: 960 (entre ellos, 440 para desarrollar el motor)
Mercedes: 860 (entre ellos, 450 para desarrollar el motor)
Red Bull: 740
McLaren: 690
Renault: 620 (entre ellos, 450 para desarrollar el motor)
Williams: 575
Force India: 405
Toro Rosso: 400
Sauber: 360
Haas: 225
Cuanto menos personal en la factoría, más delicado es ajuste en la proporción de un año y el siguiente. Después de observar estas cantidades es más comprensible que los 'peces gordos' siempre estén por delante y cada podio de alguien ajeno a estos equipos sean pequeños 'milagros'.
“En cuanto a los objetivos para 2020… creo que es importante dar el siguiente paso como equipo -junto a nuestros pilotos- y también en cuanto a rendimiento del coche. El próximo año tendremos el primer coche bajo el liderazgo total de James Key”, comentaba el pasado fin de semana un Andreas Seidl -responsable deportivo del devenir de McLaren- que en esta época veraniega debe decidir qué porcentaje de esfuerzos van para el proyecto de Key del año que viene y cuánto continúa para este, en el que -a diferencia del pasado curso- no les conviene tirar la toalla porque el objetivo (y premio económico) de quedar cuartos es una posibilidad real si no dejan de pisar el acelerador.