La hecatombe de Ferrari o cómo pegarse un tiro en el pie cuando tienes todo en tu mano

"Es una pena, necesitamos a Ferrari en el campeonato", dijo Toto Wolff al finalizar la clasificación del Gran Premio de Alemania de Fórmula 1. Cuando tu máximo rival te da una palmadita en la espalda y te anima a mejorar es que estás haciendo mal las cosas. En Hockenheim, Ferrari volvía a sentirse superior a Mercedes dominando cada una de las sesiones de entrenamientos libres, pero en la clasificación sufrió una hecatombe imperdonable. Charles Leclerc saldrá décimo y Sebastian Vettel partirá último. Ambos monoplazas sufrieron problemas mecánicos, lo que permitió a Lewis Hamilton pasearse y seguir la fiesta que su equipo lleva celebrando desde el comienzo del fin de semana. "Estamos decepcionados y enfadados con nosotros mismos, estas cosas no deberían suceder, y están sucediendo demasiadas veces", dijo un enfadado Mattia Binotto.

"Me hubiera gustado divertirme en el coche. El coche estaba muy fuerte y es una auténtica lástima, pero ahora no podemos hacer nada. Hay que intentar luchar mañana", reconoció un Vettel hundido tras la clasificación. Ferrari no tiene solución, los de Maranello se han encargado de tirar a la basura cada momento en el que han sido ligeramente superiores. Lo ocurrido en clasificación es tan difícil de ver que hacen saltar las alarmas. La Scuderia parece no aguantar la presión de no contar con victorias en todo el año, cuando lo han tenido en su mano más de una vez esta temporada. "Necesitamos entender los problemas para que no se repitan. Lo siento mucho para el equipo. En un coche es difícil que ocurra, pero en dos es extremadamente improbable", aseguró Leclerc.

"En primer lugar, asumo la responsabilidad", declaró Mattia Binotto tras la clasificación. "Ha sido una gran decepción para el equipo y para los tifosi, sobre todo porque la primera fila estaba hoy al alcance. Debemos reaccionar, estos problemas nunca han ocurrido antes. Son nuevos y debemos analizarlos. Necesitamos entender y evaluar qué mejorar de forma interna. El kilometraje no es el problema".

Del doblete al 10º y al 20º

Sebastian Vettel llegaba a su país con unas ganas tremendas de hacer olvidar su error de 2018 que le lleva persiguiendo todo un año. Las sensaciones eran buenas en el equipo al liderar todas las sesiones de entrenamientos. Sin embargo, todo salió mal desde el primer momento en clasificación. En plena vuelta lanzada reportó por radio problemas de potencia en su SF90. "No tengo potencia, he escuchado como si algo hubiera explotado", dijo el piloto. "Reduce velocidad, reduce", le respondieron desde el box. Vettel explicó que sufrió problemas de motor en cuanto pasó a la cuarta marcha. Tuvo que volver al box y ya no salió.

A pesar de las apresuradas comprobaciones realizadas por sus mecánicos, el problema no se resolvió a tiempo y acabó la Q1 como el único piloto que no marcó tiempo, teniendo que bajarse del coche antes de acabar incluso la ronda. La cara del alemán hablaba por sí sola. Ferrari confirmó más tarde que el problema estaba relacionado con el turbo de su SF90. Es la primera vez que Vettel cae en la Q1 desde el Gran Premio de Malasia 2017, cuando también sufrió problemas con la unidad de potencia.

Para aumentar el desastre en la Scuderia, Leclerc también sufrió un fallo de su coche al final de la Q2 y no pudo ni disputar una Q3 en la que partía como claro favorito. "No tengo ni idea de qué ha pasado. No he sentido nada. He parado para el pesaje y después he notado algo raro. Mañana será un día difícil, pero lo daremos todo en la salida. Éramos muy rápidos, lo cual lo hace aún más decepcionante. Esto forma parte del juego y del deporte. Es cierto que hemos tenido dos veces problemas como este, pero yo también he cometido muchos errores, así que se compensa", apuntó Leclerc. El problema en el monoplaza del monegasco fue un fallo en el sistema de combustible.

Otro problema cuando son superiores

Ferrari no tiene respuesta. Siempre que han estado en condiciones de llevarse el triunfo en esta temporada ha fallado algo. Una vez puede pasar, pero cuando sumas tantos problemas, ya no es casualidad. En Baréin, un problema eléctrico impidió que Leclerc sumara su primer triunfo en la Fórmula 1. En Mónaco un error en la estrategia del equipo provocó que Leclerc cayese en la Q1. En Canadá fueron los comisarios quienes intercedieron y sancionaron a Sebastian Vettel en los últimos giros de la prueba después de que el alemán cometiese un error de novato. Y en Austria un error de cálculo con las gomas permitió la remontada de un Max Verstappen que pasó por encima al monegasco.

Todo el mundo juega con Ferrari esta temporada y Mercedes es quien más está disfrutando. El jefe de Mercedes, Toto Wolff, actuó con cierta condescendencia al referirse a la Scuderia tras la clasificación. "Es una pena para Ferrari y una pena para Sebastian (Vettel) en su gran premio de casa. Ferrari realmente tiene una enfermedad y necesitan curarla. Es una pena, los necesitamos para el campeonato". Todo ello expresado con una sonrisa en la boca porque el propio Wolff sabe que tiene el mundial en el bolsillo y que su máximo rival solo da pasos hacia atrás.

Las diferencias entre ambos equipos se reflejan en el ambiente de trabajo. En un box celebran los 125 años de Mercedes en el 'motorsport' y realizan un show disfrazándose mecánicos, pilotos y directivos sin ninguna preocupación, mientras en el garaje de al lado sufren cada semana, la presión aumenta y todo son caras largas tras ver que pueden sumar un nuevo gran premio sin victoria.