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Las lágrimas de Honda o por qué la vida no es la misma que en McLaren
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Primera victoria desde su vuelta

Las lágrimas de Honda o por qué la vida no es la misma que en McLaren

12 años, 10 meses y 24 días. Ese es el tiempo que ha tardado Honda en celebrar una victoria en la Fórmula 1. Desde su vuelta en 2015 junto a McLaren habían sufrido un calvario

Foto: Dos jefes en un abrazo. (@HondaRacingF1)
Dos jefes en un abrazo. (@HondaRacingF1)

12 años, 10 meses y 24 días. Ese es el tiempo que ha tardado Honda en volver a celebrar una victoria en la Fórmula 1. Desde su vuelta en 2015 junto a McLaren, el fabricante japonés ha sufrido un calvario por la falta de resultados, por presentar un motor con una potencia irrisoria durante tres años y las grandes presiones de un piloto de la talla de Fernando Alonso y de un equipo campeón. En el Gran Premio de Austria los japoneses pudieron soltarlo todo, hasta lágrimas, para celebrar un triunfo que puede ser clave en su futuro en el gran circo.

Masashi Yamamoto, director general de Honda en Fórmula 1, explicó la importancia de la victoria de Verstappen en el Red Bull Ring. "Es lo más importante para Honda para seguir en Fórmula 1 en el futuro. Obviamente, va ayudar a la motivación y a Honda porque ha sido una victoria preciosa. Creo que este rendimiento va a ser genial para Japón y para los aficionados".

Toyoharu Tanabe, el hombre que sustituyó a Arai y Hasegawa después de los tres años de fracasos con McLaren y el jefe del proyecto en la F1, fue uno de los más emocionados con la victoria. "Gracias a los esfuerzos de Honda F1 en Japón y Reino Unido, que han trabajado sin descanso por el desarrollo de nuestra unidad de potencia. Por fin lo conseguimos, nuestra primera victoria en la era híbrida. Gracias a Max y a Red Bull por un coche tan fantástico, y gracias a la escudería Toro Rosso por ayudarnos a ir por el buen camino el año pasado. Honda no ha hecho esto sola. Volvimos a este deporte en 2015, pero esto parece un nuevo comienzo". Fue precisamente él quien subió a recoger el trofeo de constructores, un gesto que tuvo Red Bull para su suministrador de motores, con quien se están volcando y apoyando desde el primer día.

El apoyo total de Red Bull

La gran diferencia entre McLaren y Red Bull, aparte de la experiencia de ya cinco años en el gran circo, es la relación que hay dentro del equipo. Honda se encontraba más atada de pies y manos con los de Woking. En la escudería austríaca sienten mucha más libertad en su trabajo y eso se traduce en el ambiente y en el rendimiento. Tanto Red Bull como Honda reman en dos direcciones con un mismo punto final.

La mejor imagen de la unión que hay en el equipo es la escena en el podio. Red Bull le dio la oportunidad a Toyoharu Tanabe, el líder del proyecto de Honda, de estar en el podio. El japonés lo agredeció con lagrimas en los ojos. Una manera de soltar todo lo oscuro que habían vivido desde su vuelta. Y la muestra de apoyo total también se tradujo en el gesto de Max Verstappen. El holandés dio unos pasos hacia delante en el podio y, mirando a su equipo, se señaló el logotipo de Honda.

placeholder Verstappen señalando el logotipo de Honda. (EFE)
Verstappen señalando el logotipo de Honda. (EFE)

La victoria llega en un momento justo y cuando más se ponía en entredicho a Honda. Una buena forma para lavar una imagen que se encontraba por los suelos. Las comparaciones con la temporada 2018 pasaban factura al fabricante japonés. Red Bull a estas alturas sumaba tres victorias y, antes de la prueba en el Red Bull Ring de este 2019 sumaban tan solo dos podios. Un 2018 en el que Honda tuvo la oportunidad de usar a Toro Rosso como banco de pruebas para llegar suficientemente preparado.

Aún así, todo es muy diferente a lo vivido con McLaren. Quien sí demuestra cada año que tiene un pepino de monoplaza es Red Bull. La escudería austríaca es capaz de conseguir una máquina aerodinámica prácticamente perfecta que se traduce en éxitos seguros. Ahora con la llegada de Honda y en un trazado como el de Austria quedó patente el gran nivel del RB15.

Aún así no hay que engañarse. La dupla Red Bull – Honda de momento no es ganadora. La victoria es un soplo de aire fresco, pero todavía les queda mucho camino por recorrer. La buena noticia es ver que Honda empieza a dar resultado y, sobre todo, que la escudería tenga un piloto de un nivel estratosférico como Verstappen. Una estrella que encuentra resultados hasta debajo de las piedras.

El sufrimiento en McLaren

Ahora en McLaren tienen que agachar las orejas. Cuando Ron Dennis vendió la unión McLaren-Honda como una dupla ganadora. Inyectó una presión desmedida a unos motoristas que llevaban siete años sin estar en la competición. En todos esos años la Fórmula 1 evolucionó enormemente y los japoneses no estuvieron a la altura con los nuevos motores híbridos. Las carreras se contaban por abandonos, motores imposibles de adaptar al monoplaza, vibraciones, pérdida de patrocinadores por los resultados y un Fernando Alonso que acabó harto y sumando más abandonos en tres años que en toda su carrera. Los tres años de Honda no tienen disculpa, pero la realidad es que McLaren tampoco, por mucho que se llenaran la boca diciendo que tenían el mejor chasis de la escudería. Una realidad que quedó al descubierto el año pasado. No todo era culpa de Honda. Era cuestión de dos partes que nunca llegaron a entenderse.

A pesar de salir de la peor manera, la deportividad ante todo. El director ejecutivo de McLaren, Zak Brown, felicitó a Honda por su victoria en Austria. El estadounidense destacó el gran logro de la empresa y la importancia de este resultado para el deporte. "Felicidades a Honda por su éxito en el Gran Premio de Austria de hoy, positivo para la compañía y para la Fórmula 1".

El director general de McLaren, Andreas Seidl, también ha dado su enhorabuena a Honda, pero no quiso mojarse sobre si McLaren hizo bien al desprenderse de Honda. "La victoria fue genial. Es estupendo ver a un nuevo ganador en la Fórmula 1, no sólo por Honda sino por la Fórmula 1 en general", comentó Seidl. "Para ser sincero, rompieron el contrato antes de que estuviera yo, así que no me preocupa".

12 años, 10 meses y 24 días. Ese es el tiempo que ha tardado Honda en volver a celebrar una victoria en la Fórmula 1. Desde su vuelta en 2015 junto a McLaren, el fabricante japonés ha sufrido un calvario por la falta de resultados, por presentar un motor con una potencia irrisoria durante tres años y las grandes presiones de un piloto de la talla de Fernando Alonso y de un equipo campeón. En el Gran Premio de Austria los japoneses pudieron soltarlo todo, hasta lágrimas, para celebrar un triunfo que puede ser clave en su futuro en el gran circo.

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