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Carlos Sainz mantiene un año más su romance con las calles de Mónaco
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NOVENO Y EN EL Q3 POR QUINTA VEZ CONSECUTIVA

Carlos Sainz mantiene un año más su romance con las calles de Mónaco

Todo apuntaba en contra de Sainz y McLaren, pero a la hora de la verdad el piloto español logró recuperar las sensaciones que siempre le han permitido brillar en Mónaco

Foto: Carlos Sainz ha entrado siempre en el Q3 desde que llegó a la Fórmula 1, con tres monoplazas diferentes. (Foto: McLaren)
Carlos Sainz ha entrado siempre en el Q3 desde que llegó a la Fórmula 1, con tres monoplazas diferentes. (Foto: McLaren)

Que Carlos Sainz tiene con Mónaco una querencia especial no es nuevo. Es así desde los tiempos de las World Series. En la Fórmula 1 ha mantenido la química con esta singular pista: cinco participaciones en el gran premio, cinco clasificaciones dentro para la Q3; con tres coches diferentes (Toro Rosso, Renault y McLaren); y siempre por delante de sus compañeros de equipo (Verstappen, Kvyat, Hulkenberg y Norris). Pero pocas veces en anteriores ediciones la clasificación tuvo el mérito de la presente edición. Porque todo jugaba en contra.

"Las cosas en Mónaco son como la bola de nieve, de repente empiezan a mejorar y…". Hasta la llegada de los entrenamientos oficiales, a Sainz y a McLaren la bola de nieve les estaba enterrando. Todo lo que podía empeorar para el piloto español, empeoraba en una espiral que suele resultar letal en semejante trazado. Hasta que, inesperadamente, la bola de nieve empezó a rodar. En el momento crucial. "Hay que estar orgullosos, porque es un circuito difícil, de piloto, y este fin de semana ha sido el más difícil de conseguir (la Q3)”. Ahora se plantea otro desafío, aunque ya en mejores condiciones: puntuar en todos las ediciones del Gran Premio de Mónaco.

Foto: Ferrari arruinó las posibilidades de Leclerc. (EFE)

Contra las rocas

Todo empezó con el viento de cara con los primeros libres del jueves. Sainz solo tuvo unos minutos para dar una vuelta de instalación tras pasar toda la sesión fuera de su monoplaza, viendo a sus mecánicos cambiar la batería de su MCL34. Para la segunda, los ingenieros de McLaren llevaron a cabo cambios en sus monoplazas que no permitieron a Sainz lograr el necesario pulso en una pista que exigen vueltas y comodidad con el monoplaza para ganar la imprescindible confianza. "Me faltaba un poco de velocidad, tenía que ir cogiendo el tranquillo a esto de Mónaco". Lo peor aún estaba por llegar.

Del viernes al sábado, McLaren decidió girar el rumbo con su puesta a punto, pero encalló contra las rocas. "Nos equivocamos totalmente", explicó luego Sainz. Tanto, que sus ingenieros tuvieron que recoger velas con urgencia para afrontar los entrenamientos clasificatorios. Los Toro Rosso ya ni siquiera eran rivales por la superioridad mostrada en la última sesión de libres. "Con los cambios que hicimos de la segunda a la tercera sesión perdimos terreno con nuestros rivales. Los dos pilotos sufrieron con la tracción y el 'grip' y no estaban contentos con el equilibrio del monoplaza. Los ingenieros hicieron un buen trabajo manteniéndose tranquilos y volviendo a los reglajes del jueves y ajustando el coche a las diferentes condiciones de la pista para la clasificación. El coche dio a nuestros pilotos mucha más confianza y les permitió atacar”, explicó después Andreas Seidl, el máximo responsable de McLaren. Unos reglajes con los que Sainz había rodado poco tiempo en pista el jueves. Pero ese romance que el piloto español mantiene con la pista de Mónaco floreció en el momento más necesario.

placeholder Carlos Sainz saldrá noveno en Mónaco. (Reuters)
Carlos Sainz saldrá noveno en Mónaco. (Reuters)

Dos vueltas sensacionales

"De repente me empecé a encontrar más cómodo y a partir de ahí recobré las sensaciones de años anteriores en estas calles", explicó Sainz, que logro echar a rodar la bola de nieve con una magnífica vuelta en la Q1 ("una vuelta muy buena") que le dio confianza. La primera de la Q2 también fue extraordinaria, con un crono que otros monoplazas (los Alfa Romeo o Nico Hulkenberg con el Renault) no pudieron superar incluso con su segundo intento a pesar de rodar minutos más tarde. Sainz se había garantizado una Q3 que no habría firmado al terminar esos libres en los que el MCL34 había perdido el norte con la puesta a punto. "Poco a poco he ido mejorando hasta partir a los Toro Rosso, que hace dos horas estaban inalcanzables", dijo satisfecho el piloto madrileño, que había dejado por detrás en la Q3 a Alexander Albon. Por su parte, Lando Norris terminó 12º. "Cometí un pequeño error en mi vuelta final que me costó entrar en la Q3. No lo logré a la hora de la verdad y fue error mío", explicó.

La clasificación para la Q3 puede ayudar a Carlos Sainz en el siguiente desafío que afronta en la carrera: puntuar también en todas las ediciones del Gran Premio de Mónaco en las que ha participado, con un sexto como Toro Rosso como mejor resultado en 2017. "Se pueden ganar puestos con una estrategia bien ejecutada", avanzó un optimista Sainz, quien apuntó que intentará aprovechar la zona limpia de pista desde la que arranca. "Unas buenas paradas en boxes y ver qué hacen en Haas con las suyas", dijo dejando entrever la esperanza de errores ajenos en una carrera que se espera a una sola parada, y donde, salvo incidentes o coches de seguridad, resulta difícil ganar posiciones una vez estabilizada la carrera. De momento, sigue el romance con las calles de Mónaco.

Que Carlos Sainz tiene con Mónaco una querencia especial no es nuevo. Es así desde los tiempos de las World Series. En la Fórmula 1 ha mantenido la química con esta singular pista: cinco participaciones en el gran premio, cinco clasificaciones dentro para la Q3; con tres coches diferentes (Toro Rosso, Renault y McLaren); y siempre por delante de sus compañeros de equipo (Verstappen, Kvyat, Hulkenberg y Norris). Pero pocas veces en anteriores ediciones la clasificación tuvo el mérito de la presente edición. Porque todo jugaba en contra.

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