Lo que pudo ser y no fue para Carlos Sainz y McLaren en el Gran Premio de China

McLaren tuvo otro fin de semana aciago esta temporada. En la primera vuelta vio cómo las opciones de cualquier resultado positivo acabaron en la basura por culpa, esta vez, de un tercero. Carlos Sainz pudo terminar 14º el Gran Premio de China de Fórmula 1, el número 1.000. Un día especial que no entrará precisamente en la historia de los de Woking.

Sainz no había terminado insatisfecho el sábado con su 14º puesto en la clasificación. Apostaban todo a la carrera y puntuar a toda costa era el objetivo prioritario. "Hemos hecho unos cambios para mejorar el ritmo de carrera, quizás esto nos ha hecho un poco más lentos hoy y más fuertes mañana", había dicho Sainz. Después de ver el ritmo del piloto español tras el incidente, todo podría haber sido completamente diferente si el Toro Rosso no hubiera aparecido.

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Jonathan Llata

Un Toro Rosso destrozó la carrera a McLaren

El madrileño acabó en la misma posición en la que empezó tras haber sido golpeado por un descontrolado Daniil Kvyat en la salida de la carrera. El Toro Rosso del ruso entró pasado en uno de los vértices, perdió el control de su monoplaza y tuvo que contravolantear para enderezarlo. Pero ya era demasiado tarde. Kvyat salió muy largo de la curva y Sainz no pudo evitar el contacto de su alerón delantero con la rueda izquierda trasera del ruso. Ese toque propició que el coche de Faenza saliera ligeramente catapultado y se llevara por delante a Lando Norris, que iba por el exterior. El MCL34 del británico estuvo a punto de volcar. El daño ya estaba hecho.

"He salido bien, pero me he encontrado un embudo en la curva 1. No quería remontar mucho, porque la salida no daba para nada espectacular. Sabía que sería una carrera larga y quería tener paciencia. En la curva 6, Kvyat ha abierto el volante y, estando tan juntos, se ha desencadenado un accidente múltiple donde por desgracia lo hemos sufrido los dos McLaren", explicó Sainz. El accidente provocó que ambos monoplazas tuvieran que pasar por boxes. Sainz tuvo que cambiar el alerón delantero y el monoplaza de Norris acabó con el fondo plano muy tocado. El piloto británico tuvo que abandonar a falta de tres vueltas para el final.

Gran ritmo de carrera

Sainz reconoció que no es agradable sufrir esta racha de malos resultados y mala suerte con la que han arrancado esta temporada, pero confía en el trabajo que están haciendo en Woking para poder revertir la falta de puntos. El piloto madrileño ya suma tres ceros en su casillero.

En Australia no pudo disfrutar ni once vueltas. El motor Renault dijo basta y el MCL34 acabó en llamas. Lo que debía ser el inicio de su sueño se convirtió en una pesadilla. Y en Baréin, un circuito donde McLaren estaba casi a la altura de todo un Red Bull, vio cómo un toque con un agresivo Max Verstappen hizo que perdiera el alerón delantero, tuviera un pinchazo y llegara a boxes en la última plaza. Finalmente tuvo que abandonar por un problema con la caja de cambios. Ahora en China, un nuevo contratiempo... pero con brotes verdes.

"Ya llegará, paciencia"

"De momento nos siguen pasando cosas fuera de nuestro control, pero ya vendrá. Esto son rachas y así es el mundo del motor, que cuando pasan tantas cosas fuera de tu control lo único que tienes que hacer es tener paciencia y confiar en tí mismo. Hasta ahora las cosas, dentro del equipo, está saliendo todo como yo quiero. Pero en carrera nos pasan cosas. Una faena, pero ya llegará, paciencia".

El MCL34 del español demostró un ritmo espectacular durante toda la carrera. Fue de los más rápidos de la zona media en el vuelta a vuelta, lo que hace pensar que esta vez sí podía haber firmado sus primeros puntos de la temporada. Algo que al madrileño le duele, pero también le motiva. Sainz insiste en que McLaren está en la dirección adecuada y confía en invertir esta racha de mala suerte en Azerbaiyán. "Debemos seguir trabajando así de bien porque el momento ya llegará. Confío en el equipo", dijo.