El drama de Glock, al que amenazaron con disparar en el primer mundial de Hamilton

"Llegaron cartas a mi familia, a la casa de mi papá y de mi madre sobre cómo había hecho esto y cómo la gente tendría que dispararme. Que ya no debería estar en el deporte. No podía creer lo mala que podía ser la gente. Fue bastante extremo". Diez años después del momento más duro de su carrera, Timo Glock todavía está tratando de deshacerse de la carga de ese Gran Premio de Brasil de Fórmula 1 de 2008. Interlagos fue el final de la temporada y fue sede de una carrera decisiva por el título entre Lewis Hamilton y Felipe Massa. El alemán estaba cerrando su campaña de novato con Toyota, pero se convirtió en un protagonista inesperado en los últimos instantes de carrera por desgracia para él.

En declaraciones a ESPN, Glock dijo que tuvo varios percances tras acabar el gran premio. "Hubo un par de periodistas muy agresivos, especialmente del lado italiano, que me señalaron con el dedo y me dijeron que lo había hecho a propósito que 'cuánto te pagaron Mercedes (el proveedor de motores de McLaren) y Lewis'. Era una situación en la que nunca pensé que estaría. No podía creer que la gente realmente siguiera ese estúpido pensamiento de que había planeado esto con Lewis antes de la carrera. ¿Cómo sabíamos que el clima sería así antes de la carrera?"

La última curva convirtió al nombre del teutón en un recuerdo imborrable para todo un país que estaba viendo como un carioca podía volver a reinar en el gran circo. Massa se quedó con el molde, Hamilton se convertía en el campeón más joven de la historia en ese momento y Glock quedaría marcado por la afición brasileña al igual que el de Stevenage. Ambos considerados enemigos públicos tras una carrera que pasó a la historia.

Opinión

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Una carrera de película

Massa estaba en la pole position. Hamilton había clasificado cuarto por delante de su compañero de equipo en McLaren, Heikki Kovalainen. McLaren confíaba en que tenía el ritmo para mantenerse entre los cinco primeros, pero el cielo gris sobre el circuito prometía un día impredecible. Mientras el brasileño la afrontaba tranquilo y seguro de sí mismo, Hamilton notaba la presión de volver a fallar al igual que ocurrió en 2007. "El ruido, el ambiente, era una locura. Tal vez tenía el dos por ciento de los fanáticos queriendo que ganara, mientras que el resto eran para Felipe. Fue tan intenso".

La carrera transcurrió con normalidad. Massa lideraba y Hamilton rodaba en la posición que le daba el mundial pero todo cambió en la vuelta 63. Una ligera lluvia comenzó a caer. Hamilton, que ocupaba el cuarto lugar, entró a boxes dos vueltas más tarde para poner el neumático intermedio, al igual que el hombre que tenía directamente detrás de él: Sebastian Vettel con su Toro Rosso. Massa hizo lo mismo en la siguiente vuelta. Si bien la mayoría optó por la misma opción, dos monoplazas apostaron por ir con una estrategia diferente al resto.

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Apareció Timo Glock

Toyota había dejado a Timo Glock y Jarno Trulli con el neumático seco. Confiaban en que la lluvia fuera lo suficientemente liviana para que pudieran llegar a la meta sin el tiempo perdido en una parada en boxes. La decisión situó a Glock en la cuarta plaza, lo que significaba que Hamilton estaba ahora en el quinto lugar, con Vettel presionando justo detrás de él. La batalla por esa plaza se había convertido en una lucha que podía decidir el campeonato. El piloto de McLaren necesitaba terminar quinto o más alto para ganar el título.

En las últimas tres vueltas, la lluvia creció y Hamilton vio como era superado por Vettel dejándolo en una sexta plaza que no le valía. “Cuando Sebastian pasó a Lewis, comenzamos algunas celebraciones en el garaje de Ferrari. Pero me acuerdo de que mi padre y yo le pedimos a la gente que se calmara, mi madre estaba empezando a llorar y mi padre le dijo 'no, no, espera, no hasta que termine'. Le decíamos a la gente que esperara porque aún no había terminado”, confesó el hermano de Massa. “Fue horrible. Solo recuerdo que Sebastian estaba justo ahí, pero no podía llegar a él. Era como si mi madre esuviera en el borde de un acantilado y no poder hacer nada para agarrarla”, contó a ESPN el británico.

Por delante de ellos se encontraba Glock. El alemán comenzó a luchar por mantener su monoplaza en la pista con las gomas de seco. Finalmente fue atrapado por ambos pilotos en la última curva. Mientras Massa cruzaba la línea como ganador de la carrera y temporalmente como campeón mundial, Hamilton adelantaba a un Glock que tenía que rodar extremendamente lento por las condiciones. El título se iba para Gran Bretaña y dejaba helados los corazones de todo Brasil. A partir de aquí, todo el mundo miró hacia un culpable que lo único que intentaba era mantenerse en pista.

Un video calmó la situación

Todos los fanáticos brasileños y de Ferrari defendieron la teoría de que el alemán se dejó adelantar hasta que la Fórmula 1 difundió un video de la última vuelta de Glock el año pasado. "Cada año, cada noviembre me preguntan sobre eso. Ahora recibo menos acoso desde el video donde se puede ver cuánto luché en la última vuelta. Esto calmó la situación totalmente. No tengo idea de por qué les tomó tanto tiempo, pero ha ayudado para demostrar a la gente que no había ninguna táctica detrás de eso y que era solo una batalla para mantener el coche en la pista".

Glock se quedó con Toyota el año siguiente, finalizando tercero en Malasia y segundo en Singapur, sus únicas visitas al podio de F1. Toyota se retiró del gran circo al final de esa temporada y Glock se fue a Virgin Racing. Más tarde se convirtió en Marussia en 2011 y 2012, pero no pudo encontrar un asiento en 2013. Desde entonces se ha convertido en ganador de varias carreras en el campeonato alemán de turismos DTM, pero todavía mantiene el recuerdo de lo sufrido en Brasil hace ya diez años.