Es noticia
Por qué la Fórmula 1 le está haciendo perder a Daniel Ricciardo su inimitable sonrisa
  1. Deportes
  2. Fórmula 1
QUISO RENUNCIAR A CORRER TRAS EL GP DE MÉXICO

Por qué la Fórmula 1 le está haciendo perder a Daniel Ricciardo su inimitable sonrisa

La desesperación de Daniel Ricciardo ante su octavo abandono de la temporada en México ponía en evidencia cómo ha alcanzado su mayor punto de ebullición desde que llegó a la F1

Foto: Daniel Ricciardo junto a Lewis Hamilton. (EFE)
Daniel Ricciardo junto a Lewis Hamilton. (EFE)

Las escenas de Daniel Ricciardo en Austin y el Hermanos Rodriguez resultaban demoledoras. En la primera, andando solo, la cabeza para atrás, todavía con el casco puesto, la viva personificación de la decepción. La siguiente, en el corralito después de abandonar a diez vueltas del final del GP de México de Fórmula 1 con el segundo puesto en la mano: “Sinceramente, viendo no veo el sentido de correr los domingos, no veo la razón para hacer las dos últimas carreras, le dejará el coche a Gasly… No he tenido una carrera o un fin de semana limpio en mucho tiempo. No soy supersticioso o cualquier de estas tonterías, pero el coche está maldito. Ya no tengo palabras”.

“Está en un momento de su carrera donde todo son ‘sectores púrpura’ explicaba Christian Horner a principio de año para destacar la madurez y excelencia de un piloto que en Mónaco sumaba ya dos victorias en 2018. Un Ricciardo que tras su segundo triunfo mantenía esperanzas de aspirar al título a final de año. Doce carreras después, quería bajarse de su monoplaza antes de terminar la temporada.

Que un piloto insinúe renunciar por su estado anímico es absolutamente inusual en este ultracompetitivo mundo ¿Cómo se ha borrado la sonrisa por excelencia en la F1? ¿Cómo ha llegado a semejante punto? ¿Está Daniel Ricciardo siendo boicoteado, solo padece una insual racha de mala fortuna mecánica, o son un conjunto de factores que le han llevado a su peor temporada en la Fórmula 1?

Ni perspectiva ni nada

“Creo que mi secreto es la perspectiva. Perspectiva, mucha gente olvida las cosas importantes. ¿Qué es un mal día? Para mí puede ser terminar en quinto lugar; pero un mal día para alguien más podría ser despedido, o podría recibir un disparo en la guerra o en la calle”, explicaba recientemente en una entrevista en el diario As. “Es la perspectiva. Un mal día para mí es el mejor día para otra persona. Creo que esto es muy importante para entender la perspectiva”.

Foto: Valentino Rossi se fue al suelo cuando iba en cabeza y fue superado por Marc Márquez. (MotoGP)

Quién hubiera imaginado la reacción del Hermanos Rodríguez en alguien con semejante visión. Ricciardo había llegado al punto máximo de ebullición en su trayectoria deportiva. No solo Verstappen le adelantaba en la salida y ganaba la carrera. Por sexta vez en las últimas once, la mecánica le traicionaba. Desde Mónaco su temporada se ha venido abajo. “La palabra adecuada ya no es frustración, es que no hay esperanza”. Más sereno, hace pocos días más tarde publicaba un vídeo en Istagram anunciando que, efectivamente, correrá en Brasil y Abu Dabi, y que su reacción emocional fue producto de la frustración de una temporada con “muchos altos y bajos, más de los últimos desafortunadamente”.

El peso de Verstappen

Con semejante racha mecánica, habría quien malévolamente pudiera pensar en posibles sabotajes desde su propio equipo tras el anuncio de su marcha a Renault. Pero semejante hipótesis carece de toda lógica ante el descalabro económico que supone perder un monoplaza en los puntos en tantas carreras. ¿Qué ganaría Red Bull frustrando su propio doblete en el Hermanos Rodríguez o perjudicando a su piloto en otras carreras anteriores? Sin embargo, analizando su temporada, en torno a Daniel Ricciardo parecen haberse conjugado a la vez dos factores cruciales. Por un lado, la curva ascendente de Max Verstappen desde su error en Mónaco. Por otro, la necesidad de tomar una decisión sobre su futuro durante esta temporada, con la dispersión que podría suponer en su rendimiento y estado de ánimo. Y quizás, ambos factores estaban relacionados entre sí.

Foto: Momento de la discusión entre Sam Sumyk y Garbiñe Muguruza.

El holandés le ha batido en trece ocasiones hasta el momento en 2018, sin olvidar que no participó en la tanda final en Mónaco. Es cierto que Ricciardo se vió condicionado por las penalizaciones y la fiabilidad en Alemania, Italia, Rusia y Japón. Pocos dudan de que Max Verstappen es el gran proyecto de Red Bull y la apuesta de Helmut Marko para convertirlo en el campeón del mundo más joven de la historia ¿Decidió abandonar Red Bull al sentir que el equipo austríaco considera a Verstappen su gran baza de futuro? Solo el australiano conoce la verdadera realidad. Desde fuera, se aprecián al menos algunas pistas.

Cuando se le preguntaba si no se sentía “querido” en Red Bull, contestaba: “Nunca dije que no me sintiera querido. No era ese el caso. No había otra cosa aparte que la rutina, creo que después de años acudiendo a la misma fábrica -esa rutina- sentí que estaba decayendo mi amor por este deporte. Y creo que la culpa era en parte por esa rutina”. En todo caso, y de ser la razón, habría sido un gran error reconocer públicamente que el peso específico de Verstappen fuera la causa. Y con un monoplaza ganador, quizás tampoco hubiera sentido la rutina.

Sin Ferrari y Mercedes

Pero puede que también pesara en el australiano la decisión de Ferrari y Mercedes de no considerar su candidatura. El equipo italiano optó por el joven Charles Leclerc, y el alemán por un segundo espada que nunca podrá rivalizar con Lewis Hamilton. Perdía también con ello dos importantes bazas negociadoras. Y la restante era la del fabricante cuya mecánica tanto le está traicionando en el presente, y cuyo equipo oficial solo ve a hoy Red Bull con prismáticos en la pista. “Era el momento de afrontar un nuevo desafío”, justificaba para una decisión “que le había llevado muchas noches sin dormir”.

Mala racha mecánica y su impacto anímico, un entorno pivotando hacia un Verstappen, una única opción de Renault como alternativa para dejar Red Bull, la decepción ante determinados aspectos de una Fórmula 1… que no puede perder la sonrisa de un Daniel Ricciardo en lo alto del podio bebiendo el champán con su único e inimitable 'Shoey'.

Las escenas de Daniel Ricciardo en Austin y el Hermanos Rodriguez resultaban demoledoras. En la primera, andando solo, la cabeza para atrás, todavía con el casco puesto, la viva personificación de la decepción. La siguiente, en el corralito después de abandonar a diez vueltas del final del GP de México de Fórmula 1 con el segundo puesto en la mano: “Sinceramente, viendo no veo el sentido de correr los domingos, no veo la razón para hacer las dos últimas carreras, le dejará el coche a Gasly… No he tenido una carrera o un fin de semana limpio en mucho tiempo. No soy supersticioso o cualquier de estas tonterías, pero el coche está maldito. Ya no tengo palabras”.

Fórmula 1 Max Verstappen Red Bull
El redactor recomienda