Por qué Flavio Briatore tuiteó la última victoria de Ferrari (y Alonso) en Monza

“De alguna manera, va a ser una liberación, una bendición, no solo para él, sino para nosotros, no hay ningún placer en ver a un piloto tan grande como él perdiendo el tiempo”. La pasada semana, el periodista británico Nigel Roebuck recogía en su columna de 'Autosport' la conversación con Martin Brundle, expiloto de Fórmula 1 y con más de dos décadas de experiencia televisiva en Gran Bretaña. El primer comentarista del canal Sky lamentaba los últimos tiempos de Fernando Alonso. El Gran Premio de Italia ahondó más si cabe en esa sensación.

No era monoplaza de puntos al empezar el fin de semana, pero Alonso abandonó una vez más cuando rodaba en ellos. Una enésima avería mecánica acentuaba esta lenta agonía en la que está degenerando su retirada de la Fórmula 1. McLaren debería intentar buscar cura, si puede, a su creciente arterioesclerosis deportiva para aliviar esta decepcionante cuenta atrás en que está convirtiendo la recta final de Fernando Alonso en la Fórmula 1. Brundle acierta, y como nunca en estas fechas.

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No hay mecha ni para la llama

El desenlace del Gran Premio de Italia también avanza más carreras de cola de pelotón. “Planeábamos cambiar el motor en Spa o aquí y penalizar en una pista que iba a ser dura para nosotros, pero sorprendentemente íbamos bien, así que elegimos no hacerlo aquí (en Monza)”, explicó el español al final de la carrera. "Pero al final no pudimos lograr puntos, así que el dolor es doble, ya que tendremos que penalizar más tarde en la temporada”.

Desgraciadamente, McLaren se ha atragantado en un marasmo deportivo que ya ni siquiera permite a Alonso luchar por esas "pequeñas victorias", en expresión tan querida para Gilles Villeneuve y que el periodista británico recuperaba para comparar al español con el canadiense. “Cuando tienes un coche lento tienes que buscar pequeños desafíos y objetivos, y aunque no luches por el mayor trofeo, encuentras motivaciones aquí o allí, ese combustible que mantiene el fuego ardiendo”, coincidió Alonso con el periodista. Ya ni siquiera hay mecha para la llama.

“Nunca conocí a Villeneuve” —también respondía el piloto español a Roebuck— pero cuando estaba en Ferrari todo el mundo hablaba aún de él, y entendía por qué: era un competidor nato, un luchador, y para mí esto es más importante que nada”. En el contexto del anuncio de su retirada, la recepción de los 'tifosi' este pasado fin de semana en Monza sugiere que Alonso tampoco ha sido olvidado en Italia. La reacción de las tribunas a sus primeros metros en la primera sesión del viernes fue otro síntoma, pesar de esa etiqueta que le distingue como uno de los escasos pilotos de la historia (Niki Lauda, otro) que osó pedir marcharse de Maranello.

Briatore, con el dedo en el ojo

Esta semana podrá constatarse semejante aseveración con la reacción de las redes sociales y prensa italiana ante otro crucial error de Sebastian Vettel delante de 90.000 'tifosi', con una primera línea de parrilla y el mejor monoplaza en una década. De aquí un Flavio Briatore zorro y al quite para meter dedo en ojo con su tuit tras el repaso de Lewis Hamilton. “Ulttima vittoria della Ferrari in Italia”, con foto del ganador del Gran Premio de Italia de 2010. Barriendo para casa.

Con siete carreras el título sigue abierto, pero un sublime Hamilton —con su impecable equipo detrás— se cepilló a todo un Ferrari más necesitado que nunca del oxígeno victorioso de su piloto número uno. El alemán repite ese patrón que tanto agrieta a la Scuderia, esa inconsistencia para rendir al altísimo nivel exigido ante un majestuoso Hamilton y un eficaz Mercedes. Cualquier aficionado habría disfrutado con un triunfante Vettel en ese apoteósico escenario de Monza que hubiera puesto el campeonato al rojo vivo. Ni por esas.

"No es su equipo"

En recientes entrevistas, tanto Alonso como Hamilton se han elegido mutua y respectivamente como su rival más duro. Ninguno de ellos ha distinguido nunca a Vettel como némesis, quizás porque solo entre pares se puede reconocer el talento similar, como fue el caso de Prost y Senna en McLaren. Al respecto, y en la misma columna antes citada, Roebuck también recogía una reciente conversación con el mismísimo Bernie Ecclestone donde el 'boss' apuntaba que Ferrari necesitaba a Alonso de vuelta. “No estoy seguro de que Vettel estuviera a favor”, contestaba el periodista. “Pues no le preguntes, no es su equipo”, respondía Ecclestone.

“La cuestión es que esta gente no afronta los hechos", continuaba el británico. "(Ron) Dennis pensaba que dirigía McLaren, pero no, era Senna, y Prost antes, igual que Piquet dirigía Brabham cuando era mío, y estos días Vettel dirige Ferrari y Alonso McLaren. Con pilotos de este calibre siempre ha sido así, y nunca va a cambiar”. Pero Alonso ya no volverá a Ferrari (su próxima autobiografía nos dará más datos, esperemos), mientras Vettel aún debe darle ese elusivo título al equipo italiano. De momento, en Maranello no se han hecho oficialmente eco de la retirada de Alonso. Habrá que esperar hasta la última carrera. Pero no parece que los 'tifosi' hayan apuntado con el pulgar hacia abajo al paso del español en Monza este fin de semana. Briatore no daba puntada sin hilo con su tuit.

Mientras tanto, McLaren podría evitar una desesperante agonía que un piloto de su nivel no merece en su despedida de la Fórmula 1. Aunque se trate solo de poder aspirar a esas pequeñas victorias por las que tanto se partía el pecho y destrozaba la mecánica el mítico Gilles Villeneuve.