La sombra alargada del fracaso de McLaren con Honda llega a Toro Rosso
Honda, en su cuarto año desde su vuelta a la Fórmula 1, sigue sin demostrar un salto de calidad en cuanto a fiabilidad y potencia y los italianos ya culpan a los japoneses
Si la imagen que se nos viene a la cabeza de Honda con McLaren era la de un coche más tiempo metido en el box que en la pista y con una potencia ridícula en recta, con Toro Rosso todo parecía que iba a cambiar y no ha sido así. En términos de fiabilidad, Honda no ha demostrado un salto de calidad y en potencia más de lo mismo. "Sinceramente, no esperamos mucho de Honda, su motor va a ser prácticamente el mismo que rompían con McLaren en 2017. Pero van a avanzar". Ese era el vaticinio a El Confidencial en enero de algunos miembros de la prensa japonesa buenos conocedores de la intrahistoria de Honda.
Según especifica la normativa, únicamente pueden utilizarse tres unidades del motor de combustión, del turbo y del MGU-H. En cambio, en lo referente al MGU-K, el sistema de baterías y la centralita electrónica, son sólo dos las unidades permitidas sin penalización. En el caso de Toro Rosso, sus dos pilotos son los únicos que han superado con creces estos números en todos sus apartados lo que demuestra que Honda sigue dando muchos problemas.
Los mismos problemas de otros años
El equipo italiano y el fabricante japonés desprendían un aroma de felicidad, de conexión en los inicios de su relación. Sin embargo, en la primera prueba, desde Honda ya comenzaron a aparecer los fantasmas del pasado con el inventario de piezas a sustituir tras los problemas en Australia. A pesar de las buenas sensaciones con el sorprendente cuarto puesto de Pierre Gasly en Bahréin en el que se permitieron el lujo de 'vacilar' a Fernando Alonso con la famosa frase “ahora podemos luchar”, la realidad es que Honda aún tiene camino por delante para ser un motor competitivo, a pesar de los continuos mensajes que aseguraban que McLaren se había equivocado al separarse del motorista japonés parece que el transcurso de la temporada ha dado la razón a los de Woking.
Desde esa carrera solo han podido celebrar un séptimo puesto en Mónaco. Está claro que el motor este año ha dado más problemas que alegrías. ¿Cuál hubiera sido el impacto de haber ocurrido con McLaren en un hipotético cuarto año de colaboración? “Confío, soy un firme creyente, en que ganaremos carreras el próximo año”, proclamaba el primer responsable de Honda, Yahushisa Arai, antes del retorno de Honda a la Fórmula 1 con McLaren. Cuatro años después el avance ha sido nefasto. Los de Woking se cansaron de esperar y terminaron su relación y ahora Toro Rosso está sufriendo todo lo que en su día martirizó a Alonso. De hecho dentro del equipo ya empiezan a culpar directamente a los japoneses.
“No tenemos ritmo, y no es por el coche”
Los pilotos de Toro Rosso siempre ha salido en defensa de Honda desde que se cerró el acuerdo incluso cuando sabían que el problema estaba en los japoneses. Pero tras el Gran Premio de Gran Bretaña, han aparecido las primeras críticas al rendimiento de Honda. “Objetivamente no tenemos ritmo, pero no por el coche, sin por el motor. Perdíamos nueve décimas en comparación con Force India y Sauber, así que así es muy difícil luchar. Con los datos del GPS, en las curvas somos más rápidos y vamos muy bien, pero en las rectas en estos momentos somos realmente lentos”. Posiblemente a todo el mundo le haya venido a la cabeza estas declaraciones en boca de otra gente la temporada pasada. La historia se repite.
Los avances del motor no han sido muy esperanzadores y la idea de Honda de ganar el Mundial sigue en su mente y pasa, principalmente, por Red Bull. Los austriacos pueden presumir de tener el mejor chasis pero no el mejor motor. Esta temporada está empezando a haber quejas dentro del equipo en referencia a la potencia de su unidad Renault. Max Verstappen se quejó en Silverstone de perder tres décimas en recta respecto a sus máximos rivales pero solo imaginarse al holandés perdiendo nueve con Honda… eso podría saltar por los aires.
Ahora mismo es difícil de imaginar a Honda ni siquiera luchando por victorias por las sensaciones que están dejando estos cuatro años. Mientras los motores Mercedes y sobre todo Ferrari avanzan a pasos de gigante, los japoneses tienen muy complicado llegar a ese nível. Pero lo primero es llegar a Renault que también tiene cierta ventaja.
Si la imagen que se nos viene a la cabeza de Honda con McLaren era la de un coche más tiempo metido en el box que en la pista y con una potencia ridícula en recta, con Toro Rosso todo parecía que iba a cambiar y no ha sido así. En términos de fiabilidad, Honda no ha demostrado un salto de calidad y en potencia más de lo mismo. "Sinceramente, no esperamos mucho de Honda, su motor va a ser prácticamente el mismo que rompían con McLaren en 2017. Pero van a avanzar". Ese era el vaticinio a El Confidencial en enero de algunos miembros de la prensa japonesa buenos conocedores de la intrahistoria de Honda.