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El día que Gilles Villeneuve pilotó a ciegas para marcar un hito en la F1
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canadá 1981: una carrera para el recuerdo

El día que Gilles Villeneuve pilotó a ciegas para marcar un hito en la F1

El 27 de septiembre de 1981 tuvo lugar uno de los mejores grandes premios de Canadá que ha habido. Gilles Villeneuve protagonizó uno de los momentos más recordados en el mundo del motor.

Foto: Gilles Villeneuve con su Ferrari en 1981. (Imago)
Gilles Villeneuve con su Ferrari en 1981. (Imago)

La llegada de la Fórmula 1 a Canadá este fin de semana, hace que te venga a la mente uno de los momentos más inolvidables de este Gran Premio. Tuvo lugar el 27 de septiembre de 1981. En esa fecha, y bajo una lluvia torrencial, Gilles Villeneuve protagonizó uno de los momentos más recordados en el mundo del motor.

El morro de su Ferrari quedó dañado tras un toque con otro monoplaza tapándole totalmente el campo visual. Ante esto y unas condiciones meteorológicas muy complicadas, el canadiense continuó rodando a ciegas hasta firmar un espectacular tercer lugar.

Foto: Vandoorne seguido de Hulkenberg. (EFE)

Una carrera loca

El GP de Canadá de 1981 celebró lo que sería la sexta y última victoria de Jacques Laffite en la Fórmula 1. Ese año, Nelson Piquet y Carlos Reutemann demostraron que eran los principales candidatos al título y ocuparon las dos primeras posiciones en parrilla. Había que bajar hasta las posiciones novena, décima y undécima para encontrar a John Watson, Jacques Laffite y Gilles Villeneuve.

El domingo amaneció con una lluvia torrencial sobre el circuito de Montreal y la salida fue algo caótica. Un toque entre los compañeros Alan Jones y Reutemann, ambos con una no muy buena relación ese año, provocaba la pérdida de varias posiciones al argentino. Apenas siete vueltas le duró la alegría a Jones, que en unas condiciones tan delicadas acabó trompeando y provocando la salida de pista de Nelson Piquet que rodaba justo por delante. Ambos pilotos perdieron varias posiciones y la cabeza de carrera fue a parar a manos de Alain Prost, con un sorprendente Jacques Laffite segundo. En la vuelta 13, Laffite estaba rodando mucho más rápido que el francés y lo adelantó, situándose en una primera posición que ya no perdería.

Villeneuve, entre la valentía y la inconsciencia

Aún así, el gran protagonista de la carrera fue Gilles Villeneuve. En la vuelta 40, Villeneuve intentó pasar a Elio de Angelis, que estaba doblado. Sin embargo, los dos monoplazas chocaron, rompiendo el alerón delantero del Ferrari del canadiense, que permaneció enganchado al coche. El alerón siguió moviéndose y de repente, comenzó a doblarse sobre la cabina del Ferrari. Acabó por el efecto del viento, levantándose y quedando, de algún modo, delante de la visión del piloto.

Villeneuve tenía que sacar la cabeza del cockpit para poder seguir pilotando. El canadiense reconoció que se guió por los marcadores de frenada del circuito para poder saber en qué momento tenía que frenar en cada curva, casi sin visión, en un acto que muchos han catalogado de valiente y otros de inconsciente.

Finalmente, cuando faltaban ocho vueltas, las fuertes rachas de viento provocaron que el alerón roto se fuera volando. Villeneuve se las arregló para seguir corriendo hasta la línea de meta, sufriendo en una pista inundada y con un coche inconducible que había perdido toda la carga aerodinámica frontal. A pesar de ello, el número 27 logró terminar la carrera en una espectacular tercera posición final.

Foto: Zak Brown no ve con opciones a McLaren de luchar por el título en un futuro cercano.

Su última carrera en Canadá

Laffite cruzó la línea en primer lugar, 6.2 segundos por delante de Watson y casi dos minutos de ventaja con Villeneuve. Laffite celebró su victoria, pero el hombre del día fue, sin duda, el canadiense. Fue también la última vez que Villeneuve compitió en Canadá. El 8 de mayo de 1982, el piloto de 32 años perdió la vida en el circuito de Zolder. Su Ferrari chocó contra el monoplaza de Jochen Mass que rodaba demasiado despacio y el canadiense salió disparado del monoplaza atado a su asiento, cayendo a más de 50 metros de los restos del coche. Villeneuve tenía el cuello roto y los médicos no pudieron mantenerlo con vida.

Gilles no necesitó ser campeón del mundo para ser recordado como uno de los mejores pilotos de la historia, y en el día de hoy, es considerado una leyenda de la Fórmula 1.

Foto: Rafa Nadal, este lunes, celebrando su victoria número 900. (EFE)

La llegada de la Fórmula 1 a Canadá este fin de semana, hace que te venga a la mente uno de los momentos más inolvidables de este Gran Premio. Tuvo lugar el 27 de septiembre de 1981. En esa fecha, y bajo una lluvia torrencial, Gilles Villeneuve protagonizó uno de los momentos más recordados en el mundo del motor.

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