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Los tirones de oreja de Red Bull a Verstappen por radio: entre la osadía y la inconsciencia
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Los tirones de oreja de Red Bull a Verstappen por radio: entre la osadía y la inconsciencia

A Max Verstappen le gusta pilotar en el filo de la navaja. Su valentía en la pista levanta pasiones, pero en el Gran Premio de Australia sufrió las consecuencias, y Red Bull lo sabe

Foto: Max Verstappen estrenó 2018 con una carrera para olvidar. (Reuters)
Max Verstappen estrenó 2018 con una carrera para olvidar. (Reuters)

Pilotar siempre al límite tiene sus riesgos. El arrojo de Max Verstappen nos ha regalado momentos en pista como su adelantamiento a Nico Rosberg bajo la lluvia en Brasil de 2016. Una de esas maniobras mágicas que hacen enamorarte del la Fórmula 1.

Sin embargo, una fina línea separa esa osadía de la inconsistencia que el holandés mostró en la cita inaugural en Australia. Tras una semana de pausa, el piloto de Red Bull tendrá que demostrar a sus jefes en Baréin que ha aprendido la lección. Muchos aficionados agradecen la falta de frialdad que el joven piloto suele mostrar sobre el asfalto, ya que de ahí nacen las batallas de las que luego hablan los libros de historia. No obstante, la falta de templanza de Verstappen no parece alegrar tanto a los de Milton Keynes, cuyos mensajes por radio en la pasada carrera dejaron claro que la actitud del holandés no les satisface.

Foto: ¿Se habitual la exhibición de Lewis Hamilton en la clasificación del Gran Premio de Australia. (EFE) Opinión

Max Verstappen arrancaba cuarto con un monoplaza que, como mínimo, podría haberle permitido disputar el podio a Kimi Raikkonen. Sin embargo, Kevin Magnussen y su velocísimo Haas le iban a complicar la carrera más de lo que se imaginaba. El danés tomó la delantera y Verstappen sufrió más que nadie lo difícil que es adelantar con los monoplazas actuales en una pista como Albert Park. La imposibilidad de llevar a cabo el adelantamiento le incomodaba. Sabía que cada vuelta detrás de Magnussen le alejaba más del podio. La orden del equipo era clara: adelántale cuanto antes. Más presión. ¿La consecuencia? Todos la vimos. Un error que resultó en trompo y complicó su carrera todavía más.

placeholder Este trompo condenó la carrera del holandés, que cruzó la meta sexto incapaz de adelantar a Fernando Alonso. (EFE)
Este trompo condenó la carrera del holandés, que cruzó la meta sexto incapaz de adelantar a Fernando Alonso. (EFE)

La calma de Ricciardo

El mensaje posterior que le dio su ingeniero a través de la radio no dejaba lugar a la confusión. Una vez cometido el error, calmarse y concentrarse ya no era un consejo, era una orden. En Red Bull saben que esa es su batalla pendiente con Max, ayudarle a entender que el talento y la velocidad no están reñidos con la templanza y la paciencia. Esas dos cualidades son, en cambio, las que permitieron a Daniel Ricciardo dar la vuelta a su posición de salida. El australiano arrancaba sexto y acabó cuarto. Max partía cuarto y acabó sexto. No fue casual. La cita australiana requería más estrategia que bravura, una lección en la que Ricciardo va dos pasos por delante de su compañero.

Varias voces han expresado esta misma preocupación. Una de ellas, curiosamente, la de un guerrero como pocos: Valentino Rossi. La leyenda del motociclismo ha declarado recientemente que Verstappen debe entender que “no debería ir en contra de todos”. Algo de razón debe mover cuando Fernando Alonso no se fiaba de que el holandés estuviera siendo honesto cuando le indicaba con la mano que le estaba dejando pasar. El holandés había adelantado por los pelos a Alonso cuando salía de 'boxes' mientras ondeaba la bandera amarilla y la FIA concluyó que debía devolver la posición al de McLaren. “Max tiene sus truquitos”, bromeó posteriormente el español, que hasta tres veces pidió confirmación de si realmente le estaba dejando pasar.

El Gran Premio de Australia fue una muestra clara de que, pese a su indiscutible talento, a Max Verstappen todavía le quedan lecciones que aprender. Mantener la mente fría en los momentos de tensión, planificar la jugada y atacar en el momento exacto serían las cualidades que catapultarían al holandés a otra liga, las que le permitirían, cuando llegue su momento, que el título de campeón no se le escurra entre los dedos.

placeholder La templanza de Ricciardo ganó de nuevo a Verstappen en Albert Park. (EFE)
La templanza de Ricciardo ganó de nuevo a Verstappen en Albert Park. (EFE)

Pilotar siempre al límite tiene sus riesgos. El arrojo de Max Verstappen nos ha regalado momentos en pista como su adelantamiento a Nico Rosberg bajo la lluvia en Brasil de 2016. Una de esas maniobras mágicas que hacen enamorarte del la Fórmula 1.

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