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Cómo puede sentirse un ingeniero (Newey) cuando el piloto muere (Senna) en su coche
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ADRIAN NEWEY ANTE LA MUERTE DE SENNA

Cómo puede sentirse un ingeniero (Newey) cuando el piloto muere (Senna) en su coche

Adrian Newey recuerda en su reciente autobiografía el impacto emocional y profesional ante la muerte de Ayrton Senna a bordo de un difícil monoplaza diseñado por él mismo

Foto: Ayrton Senna falleció el 1 de mayo de 1994 tras un accidente en el Circuito de Imola. (Reuters)
Ayrton Senna falleció el 1 de mayo de 1994 tras un accidente en el Circuito de Imola. (Reuters)

“Nunca había pensado en esa pregunta. Si alguien se hiciera daño o, peor aún, fallece en un coche del que fuera responsable, ¿cómo me sentiría? Y, de repente, ocurre”. Adrian Newey es uno de los ingenieros más brillantes y famosos de la historia de la Fórmula 1. Williams, McLaren, Red Bull… sus monoplazas han logrado títulos y sus creaciones le han dotado de una singular aureola de genio. Pero en uno de sus monoplazas falleció la mayor leyenda de este deporte: Ayrton Senna. ¿Qué puede llegar a sentir un ingeniero ante una tragedia semejante?

Newey ha hablado en numerosas ocasiones sobre tan delicado tema y los difíciles momentos que tuvo que vivir a partir de entonces. Porque además del terrible impacto emocional que supuso perder a Senna al poco de llegar al equipo, luego seguiría un largo procedimiento judicial de varios años. La famosa columna de la dirección —responsabilidad directa de Newey— fue señalada como una las posibles causas del accidente, por lo que tanto el ingeniero y el equipo fueron puestos en el punto de mira de la opinión pública.

placeholder Portada del libro de Adrian Newey 'How To Build a Car' (Cómo construir un coche).
Portada del libro de Adrian Newey 'How To Build a Car' (Cómo construir un coche).

El examen de conciencia

Estos días, el técnico británico ha vuelto a recordar todo aquel duro episodio con la publicación de su autobiografía 'How To Build a Car' (Cómo construir un coche), en la que aborda la muerte del astro brasileño. "Todo el fin de semana fue horrible, y 23 años más tarde aún está en carne viva. Fue un momento extremadamente difícil”, explicaba estos días en una entrevista con el canal Sky al rememorar toda la dramática historia.

“Ayrton fue un hombre extraordinario, la gente hablaba de alguien con una especie de aura en torno a él, y es muy difícil cuantificar por qué podrías llegar a sentirla. ¿Es por lo que han conseguido o por su personalidad? Cualquier cosa que fuera, si estabas con él o hablabas con él, su entusiasmo, su curiosidad y energía eran contagiosos. El poco tiempo que pasé con Ayrton fue memorable”, explica Newey sobre el impacto que causó la llegada del brasileño a Williams y en el propio ingeniero británico. “Aún creo que si aquello no hubiera ocurrido, quizás hoy fuera presidente de Brasil”.

“Si estás en esa situación y no te cuestiones tu involucración —si ocurre una vez puede ocurrir de nuevo— estás loco. Tanto Patrick (Head) como yo, por separado, atravesamos por esta lucha interior después", dice. "¿Es esto lo que de verdad quiero hacer?”, se preguntaba el propio Newey, quien reconoce que a pesar de que tenía la suerte de trabajar en lo que quería, en ese momento tuvo que hacer "una especie de examen de conciencia".

"Estábamos atrapados por un mal coche"

Sobre el accidente ya se ha contado todo, pero el propio Newey hace alusión al tema que le pudo señalar como responsable directo: la modificación de la columna de la dirección. “Antes del Gran Premio de San Marino, el equipo intentó solucionar un problema con la postura de Senna al volante, ya que sufría calambres y sus rodillas rozaban demasiado con el interior del habitáculo”, explica en su libro. Newey no sabía por qué sucedía eso, quizás por la posición de las manos del piloto, distinta a otros. Senna quería que le bajaran ligeramente la posición del volante. Sin embargo, por problemas reglamentarios, se bajó 2 milímetros, pero a base reducir el diámetro de la columna de la dirección en 4 milímetros.

Paralelamente, el equipo se volvía loco para buscar los reglajes que ayudaran a reducir la diferencia con el Benetton de Michael Schumacher, que había ganado las dos primeras carreras de la temporada y, se sospechaba, equipaba un sistema de control de tracción ilegal. El Williams FW16 de Senna no era fácil de pilotar. “Todavía tenía pelo entonces”, cuenta el propio Newey en su libro. “Estábamos atrapados por un mal coche, y nada que hiciéramos con los amortiguadores, muelles y barras iba a poder superar su inestabilidad aerodinámica”.

placeholder Ayrton Senna habla con sus ingenieros el mismo día de su accidente. (Imago)
Ayrton Senna habla con sus ingenieros el mismo día de su accidente. (Imago)

"Eramos como zombies, no puedo describirlo"

El accidente fue devastador en todos los sentidos. Tanto para el equipo como para el piloto. De vuelta a casa, al día siguiente, y tras beber las varias cervezas que su mujer le había comprado para relajarse, se vino abajo. “En la cama sentía una increíble sensación de pérdida, mucho más que eso, de algo desperdiciado ¿Valía la pena ver un puñado de coches dando vueltas a una pista un domingo por la tarde? Incluso hoy, veintitantos años después, aún lucho por poder hablar sobre ello sin que me tiemble la voz”, explica en su libro. “Después de su muerte, en Williams éramos como zombies. No puede describirlo. Te sientes como si tus labios se movieran y las piernas te llevaran a algún sitio, pero no eras consciente de las palabras que salen de tu boca, o por qué has ido de A a B. Es como si la vida se viera a través de una pantalla”.

“El poco pelo que me quedaba se caería después”, en una entrevista hace unos años. "Me cambió físicamente. Fue mortífero". Comenzaba entonces un largo proceso técnico y legal para averiguar las causas del accidente. Como la columna de la dirección se había desplazado de su posición, una de las primeras conclusiones es que esa pieza podría haber sido la causante del accidente. “Si hubiera sido la causa habría sido culpa nuestra, porque hubiéramos sido responsables de articular los sistemas que evitaran que algo así ocurriera”. Pero las imágenes del coche de Schumacher, que rodaba por detrás del brasileño, confirmaban que era la parte trasera del FW16 la que se desplazó inicialmente, un movimiento contrario a lo que hubiera ocurrido si la columna hubiera fallado. Un largo proceso de simulación posterior sobre el funcionamiento de la columna descartó que hubiera podido ceder por fatiga de materiales.

placeholder Adrian Newey (3º por la izquierda) aún con pelo, habla con Damon Hill semanas después de la muerte de Ayrton Senna. (Imago)
Adrian Newey (3º por la izquierda) aún con pelo, habla con Damon Hill semanas después de la muerte de Ayrton Senna. (Imago)

"Intentó cosas que el coche no podía hacer"

En todo caso, de su examen de conciencia Newey se reprocharía dos temas. “No había dudas de que el diseño (de la columna de la dirección) era pobre. Pero todas las evidencias sugerían que el coche no se salió de la pista como resultado de un fallo de la columna de la dirección”. Más doloroso si cabe fue para el ingeniero su reproche de no haber dado a Senna un coche competitivo. “Por lo que me siento más culpable, sin embargo, no es por esa posibilidad (el fallo de la columna), sino por el hecho de que me equivoqué con la aerodinámica del coche. Erré en la transición desde la suspensión activa (prohibida para 1994) a la pasiva y diseñé un coche que era aerodinámicamente inestable, con el cual Ayrton intentó hacer cosas que el coche no podía hacer”.

Sin embargo, lo que más atormenta a Newey es que había comprendido en las semanas previas algunas de las causas de semejante inestabilidad aerodinámica y ya había empezado a trabajar sobre ellas. "Ahora pienso: si hubiéramos tenido más tiempo". Solo necesitaba tiempo para desarrollar en el túnel de viento el módelo, y las partes se hubieran montado en el coche de Ayrton para darle el coche que se merecía. El tiempo nos negó esa oportunidad". Adria Newey logró solucionar los problemas del FW16 durante la temporada y Williams ganó el título de constructores aquel año. "Si hubiéramos tenido más tiempo...".

“Nunca había pensado en esa pregunta. Si alguien se hiciera daño o, peor aún, fallece en un coche del que fuera responsable, ¿cómo me sentiría? Y, de repente, ocurre”. Adrian Newey es uno de los ingenieros más brillantes y famosos de la historia de la Fórmula 1. Williams, McLaren, Red Bull… sus monoplazas han logrado títulos y sus creaciones le han dotado de una singular aureola de genio. Pero en uno de sus monoplazas falleció la mayor leyenda de este deporte: Ayrton Senna. ¿Qué puede llegar a sentir un ingeniero ante una tragedia semejante?

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