Alonso y el arranque de un nuevo ciclo: ¿no quieres caldo de carreras? Pues dos tazas
El domingo terminó el peor ciclo deportivo en la carrera de Fernando Alonso, la experiencia con Honda. Pero en su seno también ha crecido el germen de la nueva etapa que se avecina
“Ok, pero esto es lo que tenemos. Me encantaría ir más rápido, me gustaría tener más entrega de energía, me gustaría tener muchas cosas. Pero es lo que tenemos”. La frase por radio de Fernando Alonso cuando luchaba por la posición con Carlos Sainz podría encapsular el ciclo que se cerraba al terminar el Gran Premio de Abu Dabi y la procelosa aventura con Honda.
Alonso terminaba noveno en Yas Marina, curiosamente el mismo resultado que cerró su experiencia con Ferrari en 2014. “Lo mejor está por llegar” repetía aquel día de 2014, ese mantra tantas veces escuchado en los meses anteriores con la oferta de McLaren guardada en su bolsillo. Nadie podía imaginar que, en realidad, lo peor estaba por llegar en la carrera deportiva de Fernando Alonso y de McLaren.
Pero, inesperado efecto, en el huevo del desastre deportivo con Honda también se ha incubado el germen de otro ciclo inédito si finalmente cuaja el ambicioso programa que Alonso persigue en 2018. Inédito en su trayectoria y en la de cualquier campeón del mundo de F1 de las últimas décadas. ¿No quieres caldo de carreras? Pues dos tazas. Un programa que parece considerar tanto su continuidad en la F1 como una posible despedida durante el próximo año. Un nuevo ciclo que le vinculará a McLaren hasta su retirada.
Ni siquiera un cuarto puesto en tres años
Cuando Alonso le pidió a Luca di Montezemolo a mitad de 2014 que le liberara de su contrato con Ferrari sabía que Martin Withmarsh y McLaren le querían para liderar el retorno de Honda. Así fue. Un año después, el propio Alonso y Jenson Button se subían a lo más alto del podio del Gran Premio de Brasil, aunque todo pura broma e ironía cuando ninguno había pasado del Q1 aquel fin de semana. Pero ni en los peores escenarios podría haberse imaginado que dos años después el proyecto común se habría cancelado anticipadamente sin haber alcanzado un triste cuarto puesto.
Dos accidentes (Montmeló en pretemporada y Australia), innumerables momentos de “motores de GP2”, centenares de sanciones de parrilla por una patética fiabilidad, sesiones de clasificación prematuramente frustradas, carreras (como Rusia este año) en las que ni siquiera se llegaba a la parrilla, ‘patos sentados’ en las rectas de numerosos circuitos...El balance era inconcebible para uno de los principales fabricantes de motores del mundo. Hasta que llegaron las 500 Millas de Indianápolis en mayo.
La caída del caballo de Alonso en las 500 Millas
Mientras tanto, Alonso había descubierto en tan borrascosa travesía un equipo técnico, el de McLaren, en el que verdaderamente confía. Pero también ha encontrado por el camino a un aliado inesperado cuando fichó por McLaren: Zak Brown, quien con el tiempo podría resultar tan crucial para su carrera como Flavio Briatore. De brillante mentalidad comercial y verdadero apasionado de las carreras, apoyó la locura americana de Alonso y rompió moldes en la Fórmula 1. Y en esa increíble experiencia Alonso transformó para siempre la percepción de sí mismo como piloto para abrirse a nuevos horizontes.
El español salió de su marco de referencia en las 500 Millas. Asumió una ingente cantidad de información técnica que supo poner en práctica con éxito en un mes hasta optar por la victoria a veinte vueltas del final. Fue una revelación o una conversión, según se mire. Consciente de que quizás no pueda ya lograr otro título en la F1, aplicó su pensamiento lateral para buscar imprimir su sello como piloto y marcar la agenda que no ha logrado imponer en la Fórmula 1 con Honda. Porque, por unos días, Alonso fue en Indianápolis más grande que la propia Fórmula 1. Y se encendió la bombilla.
¿Qué pasará en 2018 con Renault?
Tanto McLaren como el propio Alonso lanzan mensajes de gran optimismo para el próximo año. Sus razones tendrán ante las perspectivas del MCL33 con motor Renault. “Llevaba ya años viendo como hacían todos donuts al final de la carrera y cuando llegué a la zona del hotel dije: “dejadme ver cómo se hacen los donuts con estos coches de 2017, no vaya a ser que el año que viene los necesitemos si ganamos alguna carrera para estar habituados”, declaraba al cerrar la etapa con Honda en Yas Marina el domingo.
Aceptemos podio como animal de compañía para 2018 con Renault. Y con otro plan deportivo en paralelo. Pero ¿y si descubriera durante la próxima temporada que McLaren/Renault tampoco cumplen sus expectativas? ¿Diría adios anticipadamente a la F1 durante el transcurso del campeonato? Con mayor motivo entonces el valor ese plan deportivo paralelo. “Correr todos los fines de semana”. El nuevo ciclo. Cada pie en dos mundos diferentes, como El Confidencial anticipaba hace un par de semanas.
Con McLaren, ¿hasta la retirada?
Para empezar, Daytona. Luego, Alonso quiere correr - negocia el calendario con McLaren- la temporada 2018/19 del Mundial de Resistencia con Toyota cuando no coincida con la F1 en un certamen que incluirá dos ediciones de las 24 Horas de Le Mans. Un programa de locura que Alonso con el gran objetivo de ese segundo diamante para la Triple Corona: “Se lo he dicho cinco, diez veces, que a las 3 de la madrugada tendrá que afrontar el enfrentarse a los pilotos amateur y a los adelantamientos…Es una nueva presión psicológica”, comentaba este fin de semana el propio Mark Webber para avisar a Alonso de que Le Mans son palabras mayores. Desafíos como los de Indianápolis, pero de otro calibre. "Por eso nos hemos quedado en McLaren".
En definitiva, Alonso busca ahora marcar con su propio hierro personal la historia del automovilismo deportivo. Y en este contexto se perfila una foto que podría ir ganando poco a poco nitidez en los próximos años: La vinculación a largo plazo del español con los ambiciosos proyectos de Zak Brown para McLaren. El americano quiere sentar en los próximos años los reales de su equipo en Estados Unidos y atacar nuevamente las 500 Millas. También ha dejado claro en las últimas fechas que estudia la entrada de su equipo en las 24 Horas de Le Mans con el nuevo reglamento técnico que se prepara para 2020. Intereses recíprocos que confluyen y encuentran su mejor aliado en la otra parte. Amigos para siempre, como diría la canción.
Como con Ferrari en 2014, este domingo se ha cerrado en Yas Marina otro ciclo en la historia deportiva de Fernando Alonso. El nuevo ya ha empezado. Continuará.
“Ok, pero esto es lo que tenemos. Me encantaría ir más rápido, me gustaría tener más entrega de energía, me gustaría tener muchas cosas. Pero es lo que tenemos”. La frase por radio de Fernando Alonso cuando luchaba por la posición con Carlos Sainz podría encapsular el ciclo que se cerraba al terminar el Gran Premio de Abu Dabi y la procelosa aventura con Honda.