Cómo la sacudida de un cáncer ha ayudado a Truex Jr, nuevo campeón de la Nascar
La vida da muchas vueltas. Todo el mundo lo sabe y no hay que ser piloto para tenerlo claro. De hecho, a veces son precisamente quienes
La vida da muchas vueltas. Todo el mundo lo sabe y no hay que ser piloto para tenerlo claro. De hecho, a veces son precisamente quienes se pasan la vida dando vueltas a un circuito, quienes menos se dan cuenta de los cambios del día a día en la vida de las personas. Martin Truex Jr., proclamado este pasado fin de semana campeón de la NASCAR, es un ejemplo del caso contrario. Piloto totalmente desahuciado hace apenas unos años, se echó a su equipo a la espalda y les llevó en volandas hacia el título de 2017 mientras fuera de la pista se dedica a pelear junto con su pareja contra el cáncer de ella.
Se trata de una emocionante historia de superación que en tres años ha llevado a un piloto de zona media a través de un viaje por un infierno personal y familiar hasta llegar al actual punto intermedio feliz con su primer título de campeón de la NASCAR. El 'cuento' de un piloto que demostró al mundo que los deportistas son también humanos y más allá del gran ego del piloto de éxito, también existe la compasión y el amor que le lleva a apoyar a su pareja. Truex Jr se lleva a día de hoy una gran alegría en el circuito que todo el mundo espera que tenga su réplica adecuada fuera de él.
Una cuestión de mentalidad
Cualquier persona o familia que haya vivido la situación en primera persona sabe lo destructivo que es un cáncer, ya no a nivel físico sino a nivel mental. El 'solo le pasa a los demás' se convierte en un '¿por qué yo / nosotros?'. Así se sintieron Martin Truex Jr. y su pareja, Sherry Pollex, cuando en 2014 le diagnosticaron cáncer de ovario. La noticia llegó en el peor momento posible, con el piloto en su peor temporada en la Sprint Cup —categoría más importante de la NASCAR—. En las familias de pilotos, las parejas suelen convertirse en pilares fundamentales que ofrecen un apoyo incondicional. Ante la nueva situación que se les echaba encima, los papeles deberían invertirse. Y es que en la lucha contra el cáncer, hay dos máximas importantísimas: uno no lucha nunca solo y la mentalidad es tan importante como los fármacos.
Uno solo puede imaginarse cómo se les debió echar el mundo encima a Martin Truex Jr. y a Sherry Pollex ante una noticia de este calibre, sobre todo habiendo creado en 2007 la Fundación Martin Truex Jr. para ayudar a todas esas familias que sufren cáncer infantil. Cruel ironía del destino. A pesaar de ello, Sherry decidió hacer acopio de todo su valor, tanto por ella como por su pareja, y afrontó el problema como un desafío más. Siendo hija de jefe de equipo de carreras y habiendo crecido en un ambiente tan competitivo, era consciente que la mejor manera de vencer las situaciones más complicadas era tener la mentalidad adecuada. A pesar de todos los problemas, de las operaciones y la batalla de Sherry, dejar de correr nunca fue una opción para ambos. ¿Por qué? Por el valor de la normalidad. Para luchar, una vida normal es lo mejor. No dejarse vencer, no ceder ante la enfermedad, seguir con la propia vida en la medida de lo posible.
No solo se gana en la pista
Martin Truex Jr. y Sherry Pollex son ambos ganadores. El primero es campeón de la NASCAR tras imponerse en el competidísimo certamen este 2017. Típicamente, la NASCAR norteamericana compite en circuitos óvalos a lo largo y a lo ancho de Estados Unidos. Aunque para muchos, el mundo de los óvalos es misterioso, incomprensible y aparentemente más bruto que técnico, la realidad es que para 'volar' en estos trazados se requiere una precisión quirúrgica tanto en el pilotaje como en los reglajes. Para pasar de una temporada desastrosa en 2014 a pelear por el título en 2015 y ganarlo en 2017, tanto Truex Jr. como su equipo, el relativamente modesto Furniture Row Racing, han tenido que trabajar muy duro. Es también una cuestión de mentalidad, de no rendirse jamás y de estar siempre listos para pelear y mejorar. Truex Jr. es un ganador, no por haber sido campeón, sino por haber superado una situación que mentalmente habría podido triturar a cualquiera y convertirla en una fuente de motivación para toda la escuadra.
Sherry es también una ganadora, porque hace falta una personalidad muy especial para ser capaz de realizar un esfuerzo más allá de lo normal bajo su difícil situación. Lo fácil habría sido rendirse o dejar que fueran los demás, quien la cuidaran. Pero su clave es la de 'vivir', más que simplemente 'sobrevivir'. Está bien ser cuidado, pero también hay que seguir con la vida: pelear, esforzarse, hacer tantas preguntas como sean necesarias para comprender la situación propia... enfocar el enfrentamiento a la enfermedad como si de una guerra se tratara. Y las guerras no se ganan solo en el campo de batalla. Hay que prepararse bien antes de llegar el momento de luchar, para que no le pille a uno el toro. El mundo del deporte profesional es duro y el 'mundo' del cáncer es durísimo. Combinarlos los dos es algo inimaginable para quien no lo haya vivido. Pero siempre iba a ser el mejor camino para seguir adelante.
Hay quien dice que la experiencia de superar un cáncer, propio o cercano, transforma a la gente de forma positiva. En el caso de Martin Truex Jr., no cabe ninguna duda. 'Con todo lo que Sherry y yo hemos pasado...' suele decir. Ello le ha ayudado a relativizar los problemas en el circuito, siendo capaz de mantener la cabeza fría en situaciones que en el pasado le habrían descentrado. Pase lo que pase, el título no se lo quita nadie. A pesar de no estar en una de las grandes estructuras como Joe Gibbs Racing, Hendrick Motorsports o Chip Ganassi Racing, ya es campeón. Un objetivo cumplido. Ahora tocará seguir luchando en el otro frente, pues recientemente Sherry Pollex ha vuelto a empezar quimioterapia para seguir lidiando con el cáncer. La interminable batalla sigue adelante. Pero con la mentalidad adecuada y la satisfacción de estar en la cima del mundo, no hay duda de que pueden con ello y con mucho más.
La vida da muchas vueltas. Todo el mundo lo sabe y no hay que ser piloto para tenerlo claro. De hecho, a veces son precisamente quienes se pasan la vida dando vueltas a un circuito, quienes menos se dan cuenta de los cambios del día a día en la vida de las personas. Martin Truex Jr., proclamado este pasado fin de semana campeón de la NASCAR, es un ejemplo del caso contrario. Piloto totalmente desahuciado hace apenas unos años, se echó a su equipo a la espalda y les llevó en volandas hacia el título de 2017 mientras fuera de la pista se dedica a pelear junto con su pareja contra el cáncer de ella.