Hamilton, nuevo líder tras ganar en Monza; Honda vuelve a hacer el ridículo

Para Ferrari, el Gran Premio de Italia era tan importante como difícil de ganar. En el 70 aniversario de la marca —no tanto en fecha concreta como en año—, la Scuderia quería dar un buen espectáculo en Monza. Pero a pesar de declaraciones en las que prometían batalla, en el equipo de Maranello eran conscientes que Mercedes tenía en Italia su último —teórico— circuito ampliamente favorable. A partir de ahora debería haber circuitos donde todo estará más igualado entre ambos monoplazas aunque antes habrá que pasar por Singapur y Malasia, supuesto territorio Ferrari. Aún así, todo esto no cambia que Mercedes ha dominado de forma insultante en casa de Ferrari y que Lewis Hamilton es el nuevo líder con tres puntos de ventaja sobre Sebastian Vettel. Las cosas fueron peor para McLaren, de nuevo con un doble abandono.

En lo que respecta a la lucha por la victoria, la carrera no tuvo ninguna historia con un Hamilton que lideró la misma desde la salida hasta la bandera de cuadros. En la sala prepodio incluso reconocía que no había empujado tanto como habría podido. Menos mal, porque la paliza de 36 segundos al primer Ferrari y 1 minuto al segundo es devastadora. Algo más de interés tuvo la carrera de su compañero de equipo. Bottas salió mal y perdió varios puestos en la primera vuelta pero en las siguientes mostró el poderío del Mercedes W08 con un adelantamiento por giro hasta hacerse con la segunda posición que ocupó hasta el final, siempre a una distancia segura de su teórico jefe de filas.

También hubo algo de pelea para los Ferrari. Vettel espabiló rápidamente y se situó en tercera posición relativamente pronto pero tras un pequeño error en el que casi sale de pista, la dirección del coche del alemán quedó tocada —de forma parecida a lo ocurrido en Hungría— y no llegó a tener confianza en frenada en lo que quedaba de carrera. Este problema casi le cuesta al anterior líder de la general el tercer puesto, bajo amenaza de un excelente Ricciardo que recuperó doce posiciones para acabar cuarto gracias a una estrategia valiente de una parada que funcionó a la perfección. Aunque incluso si la estrategia es buena, el piloto tiene que cumplir para que sirva. En ese sentido, estuvo más acertado el australiano que Raikkonen, totalmente invisible en el día de hoy. No anduvo nunca cerca de Vettel y demostro por qué Ferrari apuesta por el tetracampeón con tanto ahínco.

La zona media se encarga de añadir picante

No hubo una gran cantidad de batallas en las posiciones cabeceras y en ese sentido hay que dar las gracias a Ricciardo por entretener hasta cierto punto por su empuje y su espectacular adelantamiento sobre Raikkonen —aún si gran parte de su estrategia antes de parar se basó en rodar solo y marcar buen ritmo— y su impresionante recuperación. Pero las emociones más fuertes del día se vivieron en los grupos perseguidores. Las peleas entre Force India y Williams por un lado y entre Haas, Toro Rosso y Renault por otro fueron mucho más interesantes de lo que a priori podría parecer. El único inconveniente es que los grupos más cerrados estén peleando por el décimo y undécimo puesto en lugar de hacerlo por el segundo y el tercero o incluso por la victoria.

También entretuvo Verstappen, que tras un pinchazo sufrido al tocarse con Massa, se vio obligado a remontar. No tuvo una carrera espectacular pero sí logró ser lo suficientemente veloz como para quitarse de encima a media parrilla y llegar al décimo puesto. Puede que este año esté brillando mucho más su compañero de equipo pero es innegable que el neerlandés sigue teniendo aquel talento que encandiló a tantos en 2015 y 2016. Lo único que necesita es tener algo mejor suerte y lograr centrarse para maximizar sus resultados. Si lo logra, no habrá nada que le impida rondar las mismas posiciones que está ocupando Ricciardo este 2017. Y un dato curioso: la carrera de hoy fue la quinta más rápida de la historia de la Fórmula 1, solo superada por cinco ediciones del Gran Premio de Italia de la década pasada.

McLaren sufre con cambios en el horizonte

Por enésima vez esta temporada, los problemas mecánicos fueron los principales protagonistas en el box de McLaren, firmando el cuarto abandono doble del año. En el caso de Vandoorne, su motor dio basta tras 33 vueltas cuando estaba luchando por los puntos. Terminar entre los diez primeros habría sido difícil pero el hecho de ver como un motor nuevo cedía tan pronto no es precisamente tranquilizador. En cuanto a Alonso, cuya acción más destacada del día fueron sus quejas por radio sobre Palmer, su carrera se acabó a falta de tres vueltas por problemas en la caja de cambios. En caso de haber sido necesario, el equipo probablemente habría podido ordenar al asturiano que terminara la carrera pero al no hacerlo, se ahorrarán una sanción de más por cambiar esa caja de cambios dañada de cara al Gran Premio de Singapur en dos semanas. En cualquier caso, la mecánica vuelve a fastidiar a la escuadra de Woking, que ya empieza a mirar hacia lo que parece ser un futuro sin personal japonés.

En declaraciones a 'Sky Sports F1' tras terminar la carrera, Zak Brown afirmaba que la próxima semana hay que tomar una decisión sobre el futuro de McLaren en lo que respecta a su proveedor de motor. Asimismo, el estadounidense tenía duras palabras para Honda, afirmando que hay un límite para todo y llega un momento en el que un equipo sufre con pilotos infelices, patrocinadores insatisfechos y resultados que no mejoran. Las palabras de Brown parecen indicar que el equipo ya ha tomado su decisión en cuanto a lo que quieren hacer la próxima temporada: pasar a usar motores Renault. El mayor punto de contención ahora sería asegurarse que Honda sigue en la Fórmula 1 por el bien del deporte y Toro Rosso sería el lugar aunque para ello hay que llegar a un acuerdo.

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Por detrás del quinteto de cabeza, el picante de la carrera lo pusieron los Force India y los Williams, con una tensión constante que acabó con Ocon en una excelente posición por delante de los dos Williams y un Pérez que supo remontar a pesar de acumular una sanción de cinco posiciones en parrilla por reemplazar su caja de cambios. La sexta posición fue para Stroll, una vez más realizando una buena actuación en la que hizo lo que su coche le permitió, batiendo a Massa con el mismo monoplaza y sin dramas a pesar de un pequeño roce entre ambos en los compases finales de carrera. Puede que delante no haya tantas peleas como algunos aficionados querrían pero la Fórmula 1 mantiene un elevado grado de emoción. Próxima parada, Singapur.

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