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"Una de mis mejores vueltas en la F1". El día en que Sainz hizo otra de sus 'machadas'
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SALDRÁ NOVENO en el gp de hungría

"Una de mis mejores vueltas en la F1". El día en que Sainz hizo otra de sus 'machadas'

El piloto de Toro Rosso se sacó de la manga una gran vuelta para colarse en la Q3, donde luego acabó décimo. Pero la sanción a Hulkenberg le permitirá salir un puesto más adelante

Foto: Sainz, al volante del Toro Rosso en Hungaroring. (EFE)
Sainz, al volante del Toro Rosso en Hungaroring. (EFE)

“Antes de una vuelta de clasificación doy como un resople, aceleras para la línea de meta y das un resoplido. Ya no hay tiempo para pensar o analizar. Todo es instintivo”. Así describía Carlos Sainz hace cuatro días a El Confidencial uno de los momentos donde los pilotos de Fórmula 1 se lo juegan absolutamente todo. Sainz lo contaba sobre Mónaco, un lugar cuyos muros convierten esta regla en algo superlativo. Sólo los más grandes saben manejar el equilibrio entre tomar riesgos y ser preciso al volante, y Sainz quiso volver a demostrarlo este sábado en Hungría. Lo dio todo en cada curva, sin dejar de ir al límite. ¿El resultado? “Ha sido una de mis mejores vueltas en la Fórmula 1”. Saldrá noveno, en otro examen aprobado con sobresaliente.

Foto: Carlos Sainz, durante su vuelta de clasificación en Mónaco. (EFE)

Pero a decir verdad, Sainz tuvo que superar muchos obstáculos antes de volver a dar este golpe en la mesa. No sólo porque el potencial del coche no fuera tan bueno como para estar en el ‘top-10’, sino por haberse ido de las dos últimas carreras sin ese resultado brillante que necesitaba para resarcirse de la polémica sobre su futuro con los jefes de Red Bull. Ya sólo su psicología le venía exigiendo uno de estos ‘mensajes’, y el que vino en la cronometrada no hizo más que corroborar la fortaleza mental y deportiva que le convierte en una de las revelaciones del mundial. “Era una de las clasificaciones más difíciles del año”, confesaba. Y de nuevo ante la adversidad, salió el mejor Carlos.

"¡Eso sí que ha sido una vuelta!"

“Sí, ¡sí! Eso sí que ha sido una vuelta, chicos”, decía Sainz eufórico a sus ingenieros por la radio, quizá inmerso en otro de esos momentos “en trance” como el que vivió en Mónaco. Hay un patrón del madrileño que empieza a cumplirse a rajatabla cada carrera: aunque su fin de semana empiece torcido por distintos factores, siempre acaba sacándose uno de esos toques de talento para estar arriba. En Hungría, llevaba desde el viernes rozando los diez primeros, pero con rivales como Renault o McLaren más rápidos que él. Y en la Q2, llegó la ‘machada’ pasando el corte por pocas milésimas. Fue el premio a una vuelta perfecta medida al milímetro.

Y una vez dentro de la Q3, Sainz sabía que le estaría esperando otro premio. “Era importante estar ahí porque íbamos a conseguir la posición de Nico Hulkenberg, que tenía sanción”, decía sonriente. Del 10º al 9º puesto, y aún más importante, saliendo así desde la zona limpia (impar) en uno de los circuitos donde más marca la diferencia respecto a la sucia en todo el calendario. La tradición dice, de hecho, que es como si fuera una posición ganada automáticamente. Sainz se buscó la épica desde el viernes domando un coche que no se empezó adaptando del todo bien a las mejoras aerodinámicas de Toro Rosso, y encima acabó otra vez ganando a Daniil Kvyat, esta vez por dos décimas. Fue un día redondo en todos los sentidos.

placeholder Sainz, en el 'pit-lane' de Hungaroring. (EFE)
Sainz, en el 'pit-lane' de Hungaroring. (EFE)

En realidad, el contexto de esta vuelta en Hungría es muy similar a todo lo que contaba Sainz hace unos días sobre Mónaco. “Dependemos de lo que hagan los Force India”, decía tras los entrenamientos libres de ayer. En aquella carrera, la misma historia. Y en ambas acabó superándoles dentro de la Q3, sin mucha más lógica que la destreza de sus manos bajo presión. Del “lo hemos bordado, esta vuelta es para acordarse” de Montecarlo a su proeza personal de Hungría hay casi tres meses de distancia, pero un patrón común: alguien que salió a “sacar lo mejor de mi, los huevos, o lo que haga falta”, como bien describió a este diario.

¿Algo más que sumar unos puntos?

Otro tema es hasta dónde llegue el coche en la carrera, y de momento es algo que no sabe ni el propio Sainz. “En las tandas largas del viernes estuve muy parado por culpa de las banderas rojas”, apuntaba. Las estimaciones sugieren una carrera a dos paradas, pero Toro Rosso no tiene información suficiente sobre qué camino tomar y el propio Sainz ya lo avisa. “No estamos para improvisar”, decía sobre la estrategia. Con una buena posición de salida que le evita el caos de la zona media, la clave estará en salvar los muebles en los primeros metros e imponer luego un ritmo consistente. Cuando todo le va de cara, nunca falla en estas dos cosas.

Con Hulkenberg retrasado –un rival que a priori era imbatible–, el horizonte de Sainz queda limitado a batir a los McLaren de Vandoorne y su compatriota Alonso, con quien se jugará los puntos por primera vez este año. Pero lo cierto es que Sainz debería llevar la voz cantante sobre ambos en ritmo de carrera. Una pista la dejó en el segundo sector, lleno de curvas lentas, donde llegó a rodar a la par de los mejores. Y si alguno de los de arriba falla, esta carrera puede hacerle igualar su mejor sexto puesto de este año. Si hay un lugar donde le hace falta un resultado así, es "en este circuito, este año, cuando toca...", como le ocurrió en Mónaco.

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En Montecarlo, todo el fin de semana reinaba la sensación que vendría un gran resultado el domingo. Y así fue. Es cierto que no ha tenido un Gran Premio tan sencillo en Hungría, pero la reacción de Sainz ha sido igual de tenaz. "En la vuelta de deceleración todavía vas pensando en lo que acabas de hacer... Ahí sí que me quedo como volado, y ni escucho a los ingenieros cuando me hablan por la radio… Te pasa un poco eso, te pones a pensar y….”, contaba en la entrevista. Y en cuanto ya lo asimile, Sainz estará noveno en la parrilla de Hungría, cuatro días después de recordar la última de sus hazañas. Quién se lo hubiera dicho.

“Antes de una vuelta de clasificación doy como un resople, aceleras para la línea de meta y das un resoplido. Ya no hay tiempo para pensar o analizar. Todo es instintivo”. Así describía Carlos Sainz hace cuatro días a El Confidencial uno de los momentos donde los pilotos de Fórmula 1 se lo juegan absolutamente todo. Sainz lo contaba sobre Mónaco, un lugar cuyos muros convierten esta regla en algo superlativo. Sólo los más grandes saben manejar el equilibrio entre tomar riesgos y ser preciso al volante, y Sainz quiso volver a demostrarlo este sábado en Hungría. Lo dio todo en cada curva, sin dejar de ir al límite. ¿El resultado? “Ha sido una de mis mejores vueltas en la Fórmula 1”. Saldrá noveno, en otro examen aprobado con sobresaliente.

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