Así es Indianápolis, y el impacto de Alonso en la carrera más grande del mundo
El espacio físico deportivo de mayores dimensiones del mundo, las tradiciones, el aficionado medio...Fernando Alonso ha puesto el foco en un espectáculo genuinamente americano
“No puedes saber lo que Indianápolis es, la gente no lo puede entender”. Así resumía Al Unser Junior el significado las 500 Millas de Indianápolis tras ganar la famosa carrera americana. Pero se pueden intuir las sensaciones recorriendo la inmensidad física de un Indianápolis Motor Speedway todavía vacío a pocos días de celebrarse la gran cita el próximo días 28. Qué alcanza a sentirse tras ganar la famosa carrera americana ante 350.000 personas... Una sensación que Fernando Alonso u Oriol Serviá podrían vivir el próximo domingo 28.
La Casa Blanca, el estadio de los Yankees, el Coliseo Romano, el Taj Mahal, el Vaticano, Liberty Island… son todos monumentos o escenarios que caben perfectamente en un enorme espacio interior circunvalado por tribunas interminables que forman un óvalo de algo más de cuatro kilómetros, y que supera el kilómetro de lado a lado. Porque el Indianápolis Motor Speedway el recinto deportivo más grande del mundo.
Como cuatro estadios del Madrid o Barça
Moverse por sus instalaciones rompe todos los esquemas sobre lo que un circuito puede llegar a ser. Una arena deportiva que es la mejor expresión de la mentalidad americana acostumbrada a los enormes espacios abiertos, y afortunada de poder disponer de ellos. Planas extensiones como las del estado de Indiana. De no ser por el Indianápolis Motor Speedway, esta pequeña ciudad de Estados Unidos estaría perdida en el anonimato de la inmensidad física estadounidense.
Entre tribunas y zona interior pueden llegar a concentrarse en este óvalo el día de la carrera un aforo equivalente al de cuatro estadios como el Nou Camp o el Santiago Bernabéu. Casi cuatrocientas mil personas. Ese interior que también alberga el circuito donde corrió hace pocos años la Fórmula 1, solo una mínima una parte de la extensión total de las instalaciones. La espectacular área donde se celebran los conciertos en el fin de semana de carrera parece un pequeño jardín perdido en la zona norte del recinto. Un pequeño avión podría despegar de un lado a lado del circuito.
La tradición sí importa
“ Uno de los mayores atractivos de esta prueba es la magnitud de la gente que viene a verla”, explica a El Confidencial Tim Sullivan, responsable de prensa de Indianápolis Motor Speedway. “Las 500 Millas es un evento tradicional desde hace tantísimos años, que la gente sigue viniendo año tras año por eso, porque es un gran acontecimiento al margen de lo deportivo, como el Derbi de Kentucky u otros grandes eventos que tenemos en los Estados Unidos”.
En un país de corta vida como es Estados Unidos, el Indianápolis Motor Speedway es una suerte de monumento nacional,está incluido en el National Register of Historic Places y ha sido elegido como National Historic Landmark. “Este sigue siendo un sitio especial para los americanos, por la historia la carrera, por cuándo empezó, en 1909. Siempre será un sitio especial, no importa lo que se corra. Y tampoco importa el campeonato, para un piloto hay una especie de respeto especial por el simple hecho de poder correr aquí. Para muchos es el sueño de su vida, porque lograrlo es muy difícil, es como para poder jugar en la NBA".
Como apunta Sullivan, otro de los atractivos y magnetismo especial de la carrera y el lugar es por “cómo se mantienen año tras las tradiciones de la prueba, como cuando se canta 'Back Home Again in Indiana'. El paso de los aviones volando en el Memorial Day, la caravana de los pilotos, la leche que bebe el ganador, el fervor patriótico... Está lleno de ritos que se mantienen desde hace muchos años”. Ritos fundamentales, se trate o no de aficionados al automovilismo, “miles de aficionados llenan el circuito el fin de semana de la carrera, que vienen a comprar cosas, gorros y camisetas, americanos normales con su nevera y sus bebidas, su pollo frito.... Es como en América, aquí tienes todo tipo de gente, con diferentes orígenes sociales y culturales, diferentes niveles económicos”.
"Qué Alonso venga aquí es un retorno al pasado"
Y en este ambiente genuinamente americano hasta la endogamia ¿cuál está siendo el impacto de la llegada de Fernando Alonso? “Yo crecí cuando Jim Clark vino aquí, con Lotus, y entonces fue algo grande”, explica “entonces no teníamos Twitter, redes sociales y todo esto. Conocíamos a Clark, Hill, Stewart, cuando vinieron aquí eran grandes pilotos, y lo hicieron bien en esta pista. Que Alonso venga aquí es como un retorno al pasado, a aquellos días, el no ir a Mónaco y venir aquí a hacer las 500 Millas”, explica Sullivan, reconociendo la singularidad deportiva y mediática de la decisión tomada por el piloto español, no solo en el mundo de la competición, sino para el espectador medio americano.
“Está teniendo un enorme impacto, primero, por ser el primer año. Hay muchos medios que han venido. Y también porque todo ahora es global. Cuando hicimos el streaming de su debut nos permitió que en el resto del mundo viera lo que hacemos aquí, y ha dado mucha más atención internacional a este evento. Y la otra cosa buena, es que hasta ahora lo está haciendo muy bien en esta pista”.
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Grandiosidad física del Indianápolis Motor Speedway, tradiciones… Para Tim hay algo más, algo definitivo: “Cuando escuchas a la hora de la salida el “Gentleman, Start Your Engines”, sabes que ya está todo lanzado, solo queda la carrera, ves todas las tribunas repletas, los monoplazas moviéndose despacio en la vuelta de calentamiento, antes de lanzarse a toda velocidad hacia la curva 1...”. Y a partir de aquí, alcanza todo su valor la frase de Al Unser Junior.
“No puedes saber lo que Indianápolis es, la gente no lo puede entender”. Así resumía Al Unser Junior el significado las 500 Millas de Indianápolis tras ganar la famosa carrera americana. Pero se pueden intuir las sensaciones recorriendo la inmensidad física de un Indianápolis Motor Speedway todavía vacío a pocos días de celebrarse la gran cita el próximo días 28. Qué alcanza a sentirse tras ganar la famosa carrera americana ante 350.000 personas... Una sensación que Fernando Alonso u Oriol Serviá podrían vivir el próximo domingo 28.
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