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Hamilton 'ahoga' a Vettel con inteligencia, Sainz séptimo y Alonso (por fin) cruza la meta
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SEGUNDA VICTORIA DEL AÑO PARA EL INGLÉS

Hamilton 'ahoga' a Vettel con inteligencia, Sainz séptimo y Alonso (por fin) cruza la meta

Hamilton vence a base de una inteligencia y agresividad que Vettel trató de aguantar al máximo. Un golpe de Massa noquea a Alonso en la salida, y Sainz vuelve a brillar dentro de los puntos

Nico Rosberg pudo quedarse corto cuando dijo que la Fórmula 1 de 2017 sería para auténticos "gladiadores". De momento hay dos pilotos que sobrepasan ese calificativo: Lewis Hamilton y Sebastian Vettel. Entre los dos, están convirtiendo este Campeonato en una historia de fuegos artificiales, llena de batallas, tensión y agresividad al máximo. Justo lo que muchos echaban en falta en los últimos años. Ni Ferrari ni Mercedes son dominadores, sino actores principales de una función cada vez más emocionante conforme pasan las carreras. Hoy el rey ha sido Hamilton, pero la grandeza real del GP de España ha estado en el espíritu competitivo con el que el inglés le ha arrebatado la victoria a Vettel. Una batalla al máximo que ha hecho vibrar a más de 80.000 personas en el circuito. F1 en estado puro.

Hamilton se convirtió en una boa conscrictor, de esas que intimidan poco a poco a su presa, antes de rodearla, estrangularla y engullirla sin pudor. Lo hizo con Sebastian Vettel, a quien no le dejó escaparse más de lo debido pese a que le adelantara de un plumazo en la salida. Esta vez fue Ferrari la más rápida en la arrancada, pero Hamilton y Mercedes superon jugar bien sus cartas. Vettel cambió neumáticos en la vuelta 15, a la espera de que Hamilton reaccionara de inmediato con otro pit-stop. No lo hizo: se mantuvo en pista nueve vueltas más y puso el neumático medio. A Ferrari le descolocaron los planes: 'Seb' tenía que parar otra vez, y si el inglés conseguía llegar hasta el final, la victoria se escapaba. Fue ahí donde Hamilton empezó a matar al 'ratón' Vettel.

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Con el coche de seguridad virtual en la vuelta 53, Hamilton aprovechó para poner los blandos. Jugada maestra: tenía los mejores neumáticos para poder empujar hasta final de carrera, mientras que Vettel tenía que poner los medios por orden del reglamento. La guinda la puso Valtteri Bottas, que frenó durante unas vueltas al piloto de Ferrari y le puso a Hamiton en bandeja para devorarlo en las últimas vueltas. Salió por delante tras la parada e intentó resitirse, pero la muerte de Vettel estaba anunciada: la 'boa' Hamilton venía con un ritmo apabullante por detrás, sabiendo que el ratón tropezaría en su sprint desesperado a la salvación. Cinco giros después, atacó en la recta principal con un adelantamiento que hizo saltar a todo el Circuit de Catalunya. De nuevo, la inteligencia volvió a decidir una carrera en 2017.

Y al margen de que Hamilton haya ganado a Vettel, España deja una imagen brillante sobre la nueva F1, que ha devuelto las sonrisas al público tras unos años descafeinados. No sólo se respiran otros aires en el márketing, sino también en la pista, donde Ferrari y Mercedes disputan una batalla sin un favorito claro, sólo decidida por la magia de dos genios que dirimen ahora una pugna esperada desde hace 10 años. La inteligencia que mostró hoy Hamilton fue la misma que dió el triunfo a Vettel en Baréin y Australia, algo que cristaliza la emoción de un Campeonato en el que ya se descuelgan sus compañeros Valtteri Bottas y Kimi Räikkönen, ambos retirados hoy. El camino empieza a dejar solos a Vettel y Hamilton. Dos estilos, dos mentalidades distintas. No podría haber algo más emocionante.

El podio lo completó Daniel Ricciardo, que aprovechó los abandonos de Max Verstappen y Kimi Raikkonen tras tocarse en la salida y una avería en el motor de Valtteri Bottas para cabalgar a su primer podio del año. Toda una inyección de moral para Red Bull y su nuevo chasis, pero con otra lectura aún desgarradora para su situación en el mundial: Hamilton y Vettel le han sacado un minuto y 15 segundos al cruzar la línea de meta. Pocas curvas les faltaron para doblarle. Es la realidad actual para un equipo descolgado del triunfo que hace justo un año salía de Barcelona como ganadora, revelación y gran amenaza. Ahora ni siquiera parecen cerca.

Alonso 'se despierta', Sainz vuelve a brillar

Alonso se daba un baño de masas antes de la carrera. Recibió banderas de España y hasta un jamón. Era la gran esperanza, el gran 'héroe' nacional que debía añadir picante a una carrera que acabó desbordando emoción por todos los lados. En este cóctel faltó el asturiano, que se borró de la batalla desde que Felipe Massa le tocara en la segunda curva.

Cayó al 13º puesto y todo empezó a salir en contra: primero sin poder adelantar a Romain Grosjean cuando olía los puntos, luego al parar justo una vuelta antes del coche de seguridad, y más tarde perdiendo varios segundos cuando le doblaban los líderes. Fue ahí cuando despertó del sueño en el que entraba ayer con la séptima posición. Al final, se tomó la revancha y adelantó a Massa con neumáticos nuevos, en otra expresión de rabia para reafirmar su talento. El siguiente capítulo, después de la Indy.

Las tornas cambiaron hoy en favor de Carlos Sainz, el 'vidente' que visualizaba ayer la misma carrera que hoy le ha permitido igualar su mejor resultado del año. Si ayer hablaba de hacer una buena salida y aprovechar incidentes ajenos, hoy se ponía noveno tras el toque entre Verstappen y Raikkonen, que dejó a ambos fuera, y la mala fortuna entre Alonso y Massa. Dicho y hecho. Empezó ahí una batalla con Kevin Magnussen que casi le lleva al muro por una agresiva maniobra del danés a la salida de boxes, al límite del reglamento pero sin sanción. Pero Carlos se vino arriba, a base de consistencia y concentración máxima, hasta el punto de pedirle a su ingeniero que no le hablara por la radio. Acabó octavo, legalmente séptimo por sanción a Pascal Wehrlein. De nuevo, sacando petróleo contra viento y marea.

En el otro frente, Force India es la gran vencedora del día, con Sergio Pérez cuarto y Esteban Ocon quinto. Se trata de uno de los mejores resultados conjuntos en la historia del equipo, una gesta casi al nivel de la que ha firmado Wehrlein, que se la jugó a una parada y acabó octavo con el Sauber, uno de los peores coches de la parrilla. Mención especial también para Daniil Kvyat, sobrepuesto a los problemas con los neumáticos hasta finalizar noveno, dentro de los puntos.

Fueron otros de los grandes actores de esta función que tuvo momentos estelares en Barcelona, allá donde la pasión por la F1 volvió de la forma más natural posible: con batallas en pista, movimientos emocionantes y un ambiente mágico. Que esta F1 es distinta lo muestran pequeños detalles, como ese niño que lloraba en una grada y acabó conociendo a Kimi Räikkönen. "La Fórmula 1 ha muerto: ¡que viva la Fórmula 1!".

Nico Rosberg pudo quedarse corto cuando dijo que la Fórmula 1 de 2017 sería para auténticos "gladiadores". De momento hay dos pilotos que sobrepasan ese calificativo: Lewis Hamilton y Sebastian Vettel. Entre los dos, están convirtiendo este Campeonato en una historia de fuegos artificiales, llena de batallas, tensión y agresividad al máximo. Justo lo que muchos echaban en falta en los últimos años. Ni Ferrari ni Mercedes son dominadores, sino actores principales de una función cada vez más emocionante conforme pasan las carreras. Hoy el rey ha sido Hamilton, pero la grandeza real del GP de España ha estado en el espíritu competitivo con el que el inglés le ha arrebatado la victoria a Vettel. Una batalla al máximo que ha hecho vibrar a más de 80.000 personas en el circuito. F1 en estado puro.

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