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A Vettel le cortaron el dedo ganador en Rusia: así fue su polémica (e innecesaria) 'peineta'
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LE RECRIMINÓ UNA MANIOBRA A MASSA

A Vettel le cortaron el dedo ganador en Rusia: así fue su polémica (e innecesaria) 'peineta'

Vettel propinó a Massa una peineta que ni él mismo fue capaz de justificar tras la carrera. Y aunque haya dejado atrás su frustración de 2016, controlar la actitud será un frente clave este año

Foto: Vettel, en la parrilla antes del GP de Rusia. (EFE)
Vettel, en la parrilla antes del GP de Rusia. (EFE)

Última vuelta del Gran Premio de Rusia. Sebastian Vettel le recortaba medio segundo por vuelta a Valtteri Bottas e iba camino de disputarle el triunfo sobre la bocina. Sólo le faltaba llegar a la zona de DRS para empezar a atacarle. A la batalla, ya agónica de por sí, se unieron de repente los doblados. La tensión era máxima en el box de Mercedes y Ferrari. Bottas se encontró con Massa, que rodaba sexto, aunque consiguió pasarle sin problemas. Vía libre a su primera victoria. Pero dos curvas después, cuando era Vettel quien intentaba quitárselo de encima, saltó la gran polémica.

Massa se mantuvo por delante de Vettel durante toda la tercera curva, pero en cuanto llegó a la cuarta, obedeció las banderas azules y se escoró a la parte izquierda de la pista para dejarle pasar. Sin embargo, el alemán no leyó del todo bien su movimiento, giró demasiado tarde y ambos acabaron emparejados en la curva. Ahí perdió algunas décimas vitales para presionar a Bottas hasta el final.

Y como manda la tradición, su enfado fue contundente: desde el coche, le propinó a Massa un corte de mangas con el que parecía emular su carácter tan irritado de 2016. Paradójicamente, Vettel no mostró en Rusia el clásico dedo índice con el que suele celebrar sus victorias, sino el más desafortunado de todos. Y esta vez, con menos motivos que nunca.

"Le daba miedo adelantarme"

La maniobra fue tan inverosímil que los comisarios ni siquiera abrieron una investigación. En realidad, los gritos de Vettel a través de la radio parecían más bien fruto de su indignación por no haber sido capaz de acercarse un poco más a Bottas en las últimas vueltas. Pero a Massa no parecía sorprenderle su reacción. “Ah, ¿que se ha quejado por la radio? ¿En serio? ¿Estáis seguros?”, decía en clave de humor, recordando que no era la primera vez que Vettel se quejaba airadamente de otro piloto.

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Mientras, el tetrcampeón no dejaba títere con cabeza. “Le ha hecho un doble favor a Bottas: primero dejándole un hueco muy agradable en la recta, y luego quitándome un poco de tiempo, aunque esto te puede ocurrir con los doblados”. El incidente parecía más bien un jarro de agua fría en el plano anímico tras verse aún con opciones de ganar. “Había conseguido meterme ya en zona de DRS y tenía pensado pegarme en la recta del segundo sector para pasarle, ahí íbamos muy fuertes”. Pero hasta él reconoció que ni así hubiera conseguido alcanzar a Bottas. ¿Entonces?

Massa tampoco entendía el ruido mediático que había creado Vettel. “Le ha dado miedo meterse por el interior. No podría haber adelantado a Bottas de ningún modo. Y de todos modos, siempre le gusta quejarse”, insistía en un discurso que hasta el propio Vettel parecía validarlo cuando dijo que Bottas “ya lo tenía todo bajo control” en la última vuelta. Aquel corte de mangas y los gritos en la radio resucitaron por momentos un carácter que ya había quedado oculto bajo los éxitos de 2017. E inmerso ahora en la lucha por el título, gestos así pueden empezar a ser más críticos que en años anteriores.

Hasta la psicología importa en 2017

2016 fue un año explosivo en cuanto a la dialéctica de Vettel contra otros pilotos. Una semana después de increparle por conducir como un “torpedo” en China, no se cortó ni un pelo con Kvyat cuando le embistió en el Gran Premio de Rusia. “Alguien me ha dado en la p*** parte trasera. En serio, ¿qué co**** hace?”. En México, sin ir más lejos, sobrepasó los límites insultando a Max Verstappen y hasta a Charlie Whiting, director de carrera de la FIA. Parecía caer preso de la frustración por no ganar carreras.

Ahora es Massa, pero en su momento fueron otros los que le recriminaron sus malas formas en la radio. “Lleva todo el fin de semana gritando, parece un tipo muy decepcionado”, decía Verstappen en México. Hasta Alonso le dejó un recado aquel fin de semana tras llamarle “idiota” por bloquearle en unos libres. “No le doy importancia, debe haber una grandísima frustración por su parte y Ferrari”. Pero ahora la situación es la contraria. Mientras Verstappen y Alonso no han cumplido sus expectativas en 2017, Vettel parece más calmado y triunfante que nunca. De ahí que su reacción en Rusia descolocara tanto.

Es cierto que le costó muy poco asumir el error, y además en público, algo que muchos ven como un reflejo de su humildad como piloto. Pero lidiar con situaciones difíciles sin caer en la frustración del momento puede ser una de las grandes tareas pendientes de Vettel para controlar la psicología en un Campeonato que se decidirá por pequeños detalles. Si hasta Ferrari ya ha puesto de su parte para rebajar la tensión, a su piloto estrella le puede bastar con esconder el dedo corazón y volver a pasear el índice. Todo puede quedar en una anécdota a partir de Barcelona. O quién sabe si no.

Última vuelta del Gran Premio de Rusia. Sebastian Vettel le recortaba medio segundo por vuelta a Valtteri Bottas e iba camino de disputarle el triunfo sobre la bocina. Sólo le faltaba llegar a la zona de DRS para empezar a atacarle. A la batalla, ya agónica de por sí, se unieron de repente los doblados. La tensión era máxima en el box de Mercedes y Ferrari. Bottas se encontró con Massa, que rodaba sexto, aunque consiguió pasarle sin problemas. Vía libre a su primera victoria. Pero dos curvas después, cuando era Vettel quien intentaba quitárselo de encima, saltó la gran polémica.

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