¿Hamilton o Rosberg? Porque en Fórmula 1, hasta el rabo todo es toro

“Rosbergganará el título a menos que uno de nosotros se choque contra él. Lewis (Hamilton) es muy rico y tiene mucho dinero, vuela en una avión privado, así que creo que puede permitírselo conmigo. Aunque la única posibilidad es que Nico me doble, porque no somos suficientemente rápidos…”. Jenson Button bromeaba estos días sobre las opciones del piloto británico para conseguir su cuarto título en el próximo GP de Abu Dabi, última cita de la temporada.

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“Mis posibilidades son bastante complicadas no importa lo que haga este fin de semana”, confiesa Hamilton antes de acudir a Marina Bay. Cierto. Las matemáticas y las posibilidades juegan a favor del piloto alemán a pesar de las últimas tres victorias de Hamilton. Pero, ¿merece realmente ganar el británico? ¿O sería Nico Rosberg un digno campeón a pesar de los problemas mecánicos de su rival durante la presente temporada? En todo caso, la historia de la Fórmula 1 nos recuerda que, hasta el rabo, todo es toro.

"Échale encima a Verstappen y Ricciardo"

Desde el punto de vista psicológico y deportivo, para Rosberg la ocasión es realmente singular. No solo se trataría de su primer título. También porque resultaría extremadamente cruel perderlo después de tres años con uno de los mejores monoplazas de la historia, liderando el certamen en la última carrera, con nueve triunfos en 2016. Su padre, Keke, logró su único título en 1982, con una sola victoria en toda la temporada.

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“Después de la carrera de Brasil, bromeaba sobre que me tomaría cada carrera una a una, pero cuanto más pienso en ello, menos suena una locura como parece”. Desde su victoria en Japón, Rosberg ha pilotado para asegurar el tiro, siempre a la estela de Hamilton, reduciendo su ventaja su hasta los doce puntos actuales. Efectivamente, Hamilton necesitará algún tipo de ayuda, porque a Rosberg le vale con subir al podio siempre al margen de lo que haga el británico, victoria incluída. "Su Hamilton fuera inteligente, pilotaría pesando en los Red Bull", venía a decir Christian Horner. O lo que es lo mismo, "pilota para echar encima de Rosberg a Verstappen y Ricciardo".

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Hamilton cuenta a su favor con la experiencia de la presión de luchar por el título en la última prueba. Sin embargo, sería la primera vez en su trayectoria deportiva que perdiera ante su compañero de equipo. Ningún compañero con el mismo monoplaza ganó título alguno a Alonso, Schumacher o Vettel. Y de ganar, Rosberg sería el primer piloto al margen de Vettel y Hamilton en proclamarse campeón desde 2010.

"Firme a pesar de los torpedos de su rival"

Un repaso a la dinámica de la temporada confirma que cualquiera de los dos pilotos habrá merecido el título, porque cada uno ha explotado al máximo sus bazas, talento y circunstancias. Baste recordar que Rosberg llegó a liderar el certamen con 43 puntos de ventaja. Pero tras su victoria en Alemania, Hamilton se marchó de vacaciones es un estado de forma imperial y con 19 a su favor tras una impresionante remontada. Sin embargo, seis carreras más tarde era Rosberg quien alcanzaba los 33 puntos sobre su compañero.

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Uno de los rasgos más significativos en Rosberg ha sido su extraordinaria capacidad psicológica frente a Hamilton. Nadie podrá argumentar que el británico le ha destruido ni siquiera en los momentos de mayor dominio. “Nico no tiene el ritmo de Hamilton, pero sí la resolución y la claridad de pensamiento que le mantiene firme a pesar de los torpedos ocasionales que le llegan de su rival”. La vuelta del verano lo confirmaba. Rosberg arrancó con cuatro victorias seguidas, en parte -pero no solo- por los problemas mecánicos de Hamilton. Salvo la sorprendente actuación de Mónaco, su temporada ha sido de una extraordinaria regularidad.

Rosberg también ha sabido ganar a Hamilton

Rosberg, además, ha arrancado en primera línea en todas las carreras de la temporada salvo Austria. Y ha sacado mayor partido de ello. A pesar de ser más rápido el sábado, Hamilton obtenía victorias de las diez poles logradas, Rosberg, en cinco de siete. Y desde esa primera línea el alemán aprovechó los errores de su rival (Australia, Barhein Italia y Japón) o sus problemas de software.

En momentos clave del pulso Rosberg también supo machacar a Hamilton, como fue el caso de en Singapur, terreno natural donde del británico siempre ha brillado. “La mejor vuelta que le he visto”, declaraba Wolff de su pole. En carrera estuvo intratable. En Japón también derrotó a su rival, y desde entonces se ha limitado a jugar sus bazas con inteligencia.

Una gran hazaña deportiva

¿Y Lewis Hamilton? Sus problemas mecánicos en Rusia y China, el cambio de motor de Spa, la crítica rotura de motor en Malasia, algún fallo ocasional de software en las salida…Ciertamente, el británico ha sufrido más inconvenientes mecánicos que su rival y, salvo Baku y Singapur, se ha mostrado siempre espectacular, aprovechando cada bala disponible. Su velocidad a una vuelta, su capacidad para hacer aparecer fácil lo difícil, sus aplastantes victorias y su tenacidad le han llevado a luchar por el título hasta la última carrera. Si lo consigue, habrá logrado una gran hazaña deportiva.

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Rosberg será campeón solo con subirse al podio. Si el británico no termina, el título estará en manos de Rosberg automáticamente. Un segundo puesto de Hamilton, amplia el margen para el alemán hasta la sexta posición. Si el británico terminara tercero, Rosberg puede acabar noveno, décimo o fuera de los puntos. Sus opciones son muy amplias y si el alemán mantiene el perfil de la temporada, el título debería ser suyo.

Pero recordando a Mansell y Piquet frente a Prost en 1986, a Alonso y Hamilton en 2007, a Massa en 2008, a Alonso y Webber en 2010...Nico Rosberg tendrá que sufrir hasta la última gota.