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Qué pueden tener en común un Fórmula 1 y un tranvía de pasajeros
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LAS APLICACIONES PRÁCTICAS DE LA COMPETICIÓN

Qué pueden tener en común un Fórmula 1 y un tranvía de pasajeros

Un tranvía equipado con un sistema Kers de recuperación de energía ofrece múltiples ventajas medioambientales y energéticas. La selva competitiva de la Fórmula 1 ayudó a desarrollarlo

La Fórmula 1 no la integran únicamente unossofisticados monoplazas manejados por los mejores pilotos del mundo que vemos en la televisión. Es también la exteriorización del trabajo deuno de los entornos más competitivos y de mayor capacidad tecnológica que existen en nuestra sociedad. Se dice que un proyecto que losingenieros de un granfabricante de automóviles sacan adelanteen cinco años,un equipo de Fórmula 1 lo logra solo en uno.

Las grandes multinacionales del automóvil utilizan a los equiposcomouna suerte decomandos de vanguardia tecnológicos. Sucreatividad, capacidad técnica y talentoen un entorno ultracompetitivo son la punta de lanzahacia nuevos territorios tecnológicos. Por ejemplo, muchos de los problemas que sufrenalgunos de los equipos con latecnología híbridailustranestaaventura pionera de sistemas de propulsión que dentro de pocos años estarán universalizados en nuestros coches de calle.

Un 'chute'de energía antes recuperada

El Kers (Kinetic Energy Recovery System) del tranvía que aparece en el vídeo se introdujo en 2009.Es uno de los sistemas que está en la base de la actual tecnología híbrida de la Fórmula 1.Aprovechaba la frenada de un monoplaza para convertir en eléctrica laenergía cinética. Unabatería es recargada por un generador asociado al propulsor. Esa energía esalmacenada y luego devueltaen forma de 'chute'de potencia combinado con laproporcionada por el motor convencional.

En el caso del Kers, el piloto apretaba un botón para disponer a discreción de la energía.El generador funcionaba a la inversa del proceso de recarga, aportando unos 80 cv de potencia durante un tiempo determinado (6.7 segundos), lo que podía sumar un pico puntualcercano a los 850 cv de potencia, combinando energía térmica y eléctrica.

Se trata, en definitiva, de lograr energía adicional y limpia a partir del propio funcionamiento del vehículo, como es el caso del tranvía que nos acompaña. Las aplicaciones pueden ser múltiples para vehículos en movimiento.

Una complejidad que quita la respiración técnica

La Fórmula 1 ayudó adesarrollar, miniaturizar y hacer fiable el Kers, sistema que está hoy en la base de las unidades híbridas en funcionamiento apartir de 2014.Una tecnologíaque impulsaráun gran salto cualitativo para los vehículos de calle en los próximos años. No en vano, hoy prácticamente todas las grandes multinacionales del automóvil están involucradas en la competiciónpara desarrollarla tecnología híbrida en los circuitos.Grupo Fiat, Daimler (Mercedes), Renault, Honda... todos se enfrentan en las pistas a un reglamento común, pero con sus propias soluciones tecnológicas.

Dela victoria ala derrota por milésimas

El Kers es un sistema previo y más sencillo de lo que hoy se denominaERS (Energy Recovery System) en los monoplazas actuales. El ERS conviertela energía cinética (frenada) yla calorífica (derivada de los gases de escape) en energía eléctrica,almacenada en una batería central y luego enviada aleje motriz (las ruedas traseras) en combinación con la calorífica generada por el motor turbo convencional de 1.6 litros. En total, son 160 cv de la primera y casi 750 cv del motor turbo. Ah, y con un máximo de cien litros en el depósito de combustible, un 30%menos que los propulsores anteriores al nuevo reglamento.

Con las unidades híbridas, el piloto ya no debeapretar ningún botón como en el caso del Kers. El sistema funciona bajo las solicitaciones del acelerador. Por ello, la sofisticación y complejidadde los sistemas de hardwarey softwarees extraordinaria, yquitala respiración técnica hasta sus propios protagonistas. Veanse, por ejemplolos problemas de Ferrariel pasado año, o Red Bull yMcLaren en el actual.

Pero gracias a la hipercompetitividad de la Fórmula 1se están lograndograndes progresos meteóricamente, enun proceso similar al iniciado en la década de los setenta con la tecnología turbo.Enun mundo donde la victoria y la derrota están separadas literalmente por milésimas,la Fórmula 1 ofrece el mejor banco de pruebas para desarrollar estas tecnologías en un entorno de enorme presión competitiva y temporal.

Estos días, el Salón del Automóvil de Frankfurtmuestrala gran oferta yvariedad de vehículos híbridos–y también exclusivamente eléctricos–que los grandes fabricantes están introduciendo en sus diferentes gamas. La Fórmula 1 de hoy permitirá un salto cualitativo espectacular en los próximos años para la industria. Y también, para otros múltiples áreas en la vida cotidinada.Todo empezó con un Kers como el que hoy equipa nuestro tranvía.

La Fórmula 1 no la integran únicamente unossofisticados monoplazas manejados por los mejores pilotos del mundo que vemos en la televisión. Es también la exteriorización del trabajo deuno de los entornos más competitivos y de mayor capacidad tecnológica que existen en nuestra sociedad. Se dice que un proyecto que losingenieros de un granfabricante de automóviles sacan adelanteen cinco años,un equipo de Fórmula 1 lo logra solo en uno.

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