Alonso y McLaren: ¿Otra versión moderna del cuento de Pedro y el Lobo?

“Es seguro que se puede decir que Alonso está en la zona”.Fernando Alonso aparecía en el tuitde Honda antes de la carreracon el casco puesto y la mirada concentrada. El mensaje jugaba con ese estado mental y físico de total plenitud que depara el mejor rendimiento. Pero la realidad no puede ser más opuestaporque el piloto español se encuentra en otra'zona’ muy diferente ensu carrera deportiva.

Alonso sigue en el ojo de un huracán que ha acentuado su intensidad en el Gran Premio de Austria. Todo lo que podía salir mal, salió peor.Hoy, el proyecto McLaren/Honda ha situadoa Alonso enuna difícil posición.Pero los grandeshistoriales deportivos también se definen por la capacidad de resiliencia. Alonso está en uno de esos momentos. Cómo salga de este torbellinoes una historia por ver.

Desesperante

El Gran Premio de Austria ha sido un desastre sin paliativos. Peor imposible. Ni fiabilidad enHonda –totalmente inaceptable a estas alturas de la temporada- ni kilómetros para probar el nuevo paquete aerodinámico -aunque se hable de buenas sensaciones-, con un motor descafeinado, Button a casa a las primeras de cambio... . Y con el presidente de Honda, Takahiro Hachigo, presenteen el circuito.Para colmo,Alonso saldrá de nuevoúltimo en Silverstonepor la sanción anteunpropulsora cambiartras el accidente con Raikkonen.La "Ley de Murphy" de la que hablaba Bouiller.

“En las carreras, ha ocurrido algo cada día, pero los mayores problemas ya están solucionadosy en la segunda parte de la temporada esperamos mayores progresos”, explicaba estos días Yasuhisa Arai, el máximo responsable de Honda, “creo que recuperaremos el terreno porque ya tenemos un plan para aumentar la potencia, la manejabilidad y el sistema de controly tenemos planeado aplicarlo en la segunda parte de la temporada”. Tambiénhemos escuchado antes otras palabras de similar optimismo...

En la Fórmula 1 es imposible escaquearse

Sin títulos desde 2006, Alonso tampoco aumentó su cuenta trascinco años de gran desgaste en Ferrari. Y cuando justificó su polémica salida con la esperanza de días más soleados –también con un magnífico salario- se encuentra hoy con que la tormentaarreciaa medida que avanza la temporada. Pero siCristiano Ronaldo se molesta con la prensa,desaparece del mapa durante semanas. Lionel Messi, otro tanto. Sin embargo, por la propia dinámica de la Fórmula 1, Fernando Alonso ha de enfrentarse cada día a ella. Jueves, viernes, sábado, domingo…

Tras laetapa de Ferrari, de nuevoese asfixiante ambiente. Debe exponerse, explicar y justificar situacionesdifícilmente defendibles. El pasado jueves le tocaron un poco la fibra a Raikkonen con su contrato y ya vimos como saltó contra la prensa. En semejante panorama hay quereconocerle aAlonso una magnífica lección de liderazgo y resiliencia en un difícil contexto. En parte, es una actitud exigida por suresponsabilidad corporativa. “Hay que mantenerse positivos”, admitía ayerJenson Button, “todo el mundo en la fábrica escucha nuestras entrevistas después de la carreray, tanto Fernando como yoqueremos mantener a todo el mundo motivado”.

“El director ejecutivo y los miembros del consejo piensan que hace falta tiempo para ganary en una visión a largo plazo, no dudan de nuestro éxito en el futuro”, explicaba Arai.Pero ala vista del recienteGran Premio de Austria, esto parece una versión más moderna delcuento de 'Pedro y el Lobo' donde el pastornos avisa de una situación que nunca llega. Acada carrera que pasa cuesta más creer.

El desgaste de los años

Mika Hakkinen, el gran rival de Schumacher antes de Alonso, se retiró físicay mentalmente exhaustotras sus dos títulos yuna carrera más corta que la de ambos. El piloto alemándebutó en 1991y reconoció en su retirada (2006) un enorme cansancio psicológico, aunque sedadasu ambición tras liderar latrayectoria más exitosa en la historia de Ferrari.

Alonso debutó en 2001.Quince años despuéssigue en la brecha con una motivación admirable.Peroasumiendo en esta etapaun gran riesgo que, por ahora, no ofrece indícios de mejora ya casia mitad de temporada, lo que acentúaeseescrutinio y exigencia de resultados acorde a su dimensión como piloto y su decisión deabandonar Ferrari. No digamos en España.

Pero está manteniendo el tipo y la motivación,aunque la procesión vaya por dentro. "Definitivamente vamos en la dirección correcta, conocemos los progresos dentro del equipo, los planes para el futuro cercano, y somos optimistas porque las cosas cambiarán rápidamente. No se si nos llevará dos carreras o seis, pero no más que eso", volvía a recordarnos ayer el propio Alonso.

Por ello, cada aficionado puede elegir cómovivir esta historia bajo ese mismo espíritu queel piloto españolcompartíaen Twitterpara justificar su actual posición en McLaren:“Un samurai lo acepta todo como un desafío, el hombre corriente lo toma todo como una bendición o una maldición”. "Dos o seis carreras, no más de eso...".Ojaláfinalmente no llegue el lobo...