Es noticia
Montagny encontró el efecto contrario al buscado cuando recurrió a la cocaína
  1. Deportes
  2. Fórmula 1
un dopaje que afecta a la capacidad mental

Montagny encontró el efecto contrario al buscado cuando recurrió a la cocaína

El tiro le ha salido por la culata. El francés reconoció este lunes haberse dopado buscando un "alivio" en su mente. A día de hoy está sin su volante de la Fórmula E

Foto: Montagny durante el E Prix de Pekín con Andretti Autosport.
Montagny durante el E Prix de Pekín con Andretti Autosport.

Hace más de un lustro, las declaraciones que se pusieron en boca del médico que trabajó para Scuderia Ferrari entre 1972 y 1992, Benigno Bartoletti, revolucionaron la prensa especializada en motor cuando el entrecomillado elegido fue el siguiente: “La cocaína circula en todas las competiciones de automovilismo y en la F1 puede estimarse que la usa uno de cada tres pilotos”. No existía Twitter, ni Facebook e Internet aún no era la firme apuesta de todos los medios de comunicación… aun así, el artículo dio la vuelta al mundo gracias a la difusión que realizó la agencia italiana ANSA y su particular enfoque tras lo leído en la revista Quattoruote.

Este lunes, el piloto francés deFórmula E, Franck Montagny, reconoció a L’Equipe haber consumido una sustancia derivada de la cocaína antes de subirse al avión con dirección a Malasia, donde tuvo lugar la segunda prueba del mundial de Fórmula E (en este caso en Putrajaya). Tanto el caso de Bartoletti como el de Montagny no son lo que parece.

Bartoletti aclaró que sólo eran dudas

Productos estimulantes como la cocaína produce “omnipotencia” y “mayor lucidez mental” para tener “reacciones más vivaces”, señaló en aquella entrevista Bartoletti, médico que tuvo que acudir nuevamente a la prensa tras la publicación de su entrevista para denunciar que se habían tergiversado sus palabras. Un dardo a ANSA: “Quien ha tomado mis declaraciones publicadas en Quattoruote se ha divertido en cambiar el sentido de las mismas y ha jugado con el hecho de extrapolar algunas frases. He dicho simplemente que en el mundo del automovilismo deportivo puede haber un riesgo de doping. Seguramente no es un problema de anabolizantes, que no servirían para nada. Si hay un doping se podría lograr sólo con sustancias tipo cocaína, es decir, sustancias que te dan una motivación particular y por un período de tiempo muy limitado, puede ser una hora, dos, no más. He expresado solamente una duda, una suposición sin alguna referencia específica. Pero si queremos quitarnos cualquier duda de encima, bastaría con hacer obligatorio el control antidoping, hecho en un modo serio, extendiéndolo a todo el campeonato”.

A partir de aquí, la explicación de Montagny, se drogó en noviembre –tras separarse de su pareja- para “dejar de pensar, aliviar mi cabeza”, escapa de que utilizase el ‘estimulante’ para rendir mejor en carrera en ese abanico de tiempo que indicaba Bartoletti, “una hora, dos, no más”, pero sí para tener su mente mejor acondicionada de cara a la prueba…o al menos es lo que pretendía Montagny. La medicina explica que precisamente el efecto que produce la droga es el contrario al que buscaba Montagny, ya que después de ese estado de euforia viene uno de depresión, además de undaño irreversible.

Además de ser un producto ilegal, Montagny quiso hacer trampas ya que el cerebro es un ‘músculo’ más a la hora de conducir y, en general, a la hora de practicar un deporte (sobre todo) individual. Un tenista, golfista o piloto es él y sus circunstancias personales. ¿Cuál es una de las virtudes por las que destacan los españoles Rafa Nadal y Fernando Alonso? Su mentalidad y capacidad de concentración. ¿Se imaginan que permitieran un fármaco para estar concentrado de manera artificial? Su uso sería tan determinante como para un ciclista o un atleta las sustancias dopantes que en estas últimas décadas han brotado esporádicamente por el pelotón o sobre el tartán.

Un producto para “recordar los circuitos con más facilidad”

De hecho, en verano de 2013, el jefe del consejo mundial antidopaje, Marc Sanson, denunció que en una época pasada sí se utilizaba: “Durante muchos años los pilotos han usado tacrina, un producto que se usa en el tratamiento de enfermedades como el Alzheimer, para recordar los circuitos con más facilidad”. En 2011 la FIA comenzó a distribuir entre los pilotos de sus categorías una carta sobre sustancias y métodos ilícitos para competir. Desde 2013, la Agencia Mundial Antidopaje somete a los pilotos –en este caso de Fórmula 1- a sus controles.

“06:42h. Control antidoping”. Este era el texto que escribía Fernando Alonso en marzo de 2013 para ilustrar que –como condición de deportista de elite- no escapaba de la visita de los vampiros.

El positivo de Montagny, probador precisamente de Alonso cuando el asturiano estaba en Renault y que participó en siete grandes premios de F1 a bordo de un Super Aguri, ha sido algo puntual y una muestra de su calvario particular provocado por el trauma de la separación. “Desde el control, lo sabía. No tenía ninguna duda sobre el resultado. He hecho una estupidez, soy culpable. Ni siquiera voy a pedir el análisis de la muestra B. El automovilismo quizá puede haber acabado para mí”. Este lunes cumplirá 37 años y, además de sin compañera sentimental, afronta un panorama sin volante a la vista… efecto contrario al buscado cuando en París, antes de volar hacia la segunda carrera del Mundial de Fórmula E, decidió “dejar de pensar, aliviar mi cabeza”.

Hace más de un lustro, las declaraciones que se pusieron en boca del médico que trabajó para Scuderia Ferrari entre 1972 y 1992, Benigno Bartoletti, revolucionaron la prensa especializada en motor cuando el entrecomillado elegido fue el siguiente: “La cocaína circula en todas las competiciones de automovilismo y en la F1 puede estimarse que la usa uno de cada tres pilotos”. No existía Twitter, ni Facebook e Internet aún no era la firme apuesta de todos los medios de comunicación… aun así, el artículo dio la vuelta al mundo gracias a la difusión que realizó la agencia italiana ANSA y su particular enfoque tras lo leído en la revista Quattoruote.

Fórmula 1
El redactor recomienda