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El gran mérito de Mercedes: cuanto peor para el equipo, mejor para la Fórmula 1
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CON SU POLÍTICA DE IGUALDAd Y TRANSPARENCIA

El gran mérito de Mercedes: cuanto peor para el equipo, mejor para la Fórmula 1

La política seguida con sus pilotos y con los aficionados están permitiendo que el campeonato gane mayor intensidad, a costa del peligro que corren sus interese

Foto: Hamilton y Rosberg son compañeros y rivales al mismo tiempo (Reuters)
Hamilton y Rosberg son compañeros y rivales al mismo tiempo (Reuters)

“Queríamos ser fieles a nosotros mismos, ya que las emociones son parte integral de nuestro equipo, las emociones le han llevado donde está ahora, aunque se nos haya ido a veces un poco de las manos”. Choca escuchar semejantes palabras salir desde un equipo alemán, y precisamentecon dos austríacos entre sus máximos responsables.

Pero Toto Wolff tiene su parte de razón, y quizás tanto él como Niki Lauda sean responsables de la posición de Mercedes en el presente campeonato, tanto en la pista como fuera de ella. Porque con su política de libertad hacia sus pilotos y la apertura y franqueza hacia prensa y aficionados están dando vida al presente campeonato a pesar de su gran dominio. Con diferencias notables, además, frente a algunos antecedentes del pasado.

El cóctel perfecto

Para empezar, Wolff y Lauda podían haberse complicado menos la vida. Captar a Lewis Hamilton cuando ya se conocía internamente el potencial de Rosberg fue una buena forma de complicarse la vida en el futuro. Dos primeros espadas eran una bomba de relojería que estallaba con la pólvora deuno de los monoplazas más dominadores de las últimas décadas en la Fórmula 1.

Y todo se amplifica cuando llegan los problemas, porque hay más actores,“estás más en el punto de mira cuando corres por las victorias y cuando vas, probablemente a por los dobletes, los medios de comunicación juegan también su papel en un drama que incluye batallas, peleas y rivalidad cuando el título es la recompensa”, reconocía el propio Wolff. Y, por supuesto, sus dos pilotos han proporcionado la necesaria munición para tan explosivo cóctel.

En Bahrein y Montmeló, Hamilton y Rosberg utilizaron programas de motor solo accesibles bajo instrucciones del equipo para obtener ventaja en su lucha directa. La famosa frenada de Rosberg en Mónacosacó al exterior la tensión latente cuando Hamilton explotó públicamente ante la ‘jugada’ del alemán.En Hungría fue Hamilton quien gestionó a su manera las órdenes de dejar pasar a su compañero. Y los todos los juguetes salieron volando por los aires tras el toque entre ambos en Spa.

Explicaciones y franqueza ante el público

Como gestores, Wolff, Lauda y Lowe se han visto puestos a prueba como pocos responsables de equipo en los últimos años. Perodos líneas maestras parecen haber guiado sus acciones. Por un lado, garantizar a sus pilotos la mayor igualdad posible para sus aspiraciones conel compromiso público ante los aficionados de que así será hasta final de año. Siempre y cuando los intereses de la marca no se pongan en peligro, aprendimos después de Spa

Porque al margen del inevitable maquillaje propio de toda comunicación corporativa, a cada crisis surgida por la lucha entre sus pilotos, los responsables de Mercedes ha respondido con una loable franqueza al explicar las situaciones y decisiones del equipo. Por ejemplo, la forma de explicar antes de Monza a la opinión pública el incidente de Spa. No debió ser un plato de buen gusto para Rosberg obligarle a reconocer su responsabilidad. Mercedes podía haber alegado que las cuestiones de vestuariose quedan dentro, y tan panchos.

La personalidad de Wolff y Lauda

En el fondo, tras la fachada del equipo oficial de una multinacional parece adivinarselas personalidades de Wolff y Lauda.Porque Paddy Lowe vive hacia el interior de la escuadra.Cuando le preguntaban al primero porlo que más valoraba en el segundo, respondió: “Su franqueza y su eficiencia, muy útil para resolver los problemas cotidianos y, sobra decirlo, su valor como deportista”. Esos valores que el propio Lauda no ha ocultado respecto a lo que piensa delalucha en pista entre sus dos pilotos en multitud de ocasiones.

En incluso ha ido más allá. “Mónaco, cuando Nico se salió en la escapatoria y Lewis dijo que era deliberado para evitar que lograra la pole…Pasamos dos semanas como niñeras, diciéndole a todo el mundo que había paz y bla, bla, bla…!Deberíamos haberles dicho que se pegaran el uno al otro!”,comentaba recientemente al respecto de la relación de sus pilotos.

Porque Lauda es un gladiador de otra época, como él mismo se define, y algo de ello hay en el espíritu de Mercedes en la pista. Al tricampeónse le suma además la pasión por estedeporte del propio Wolffy su capacidad para articular con eficacia e inteligencia emocional hacia los medios de comunicación la posición del equipo. En definitiva, un buen tandem ante los focos y dentro delmotorhome de Mercedes.

McLaren, Ferrari, Red Bull...

Es difícil imaginaren Mercedes escenas como en 2007, año en el que McLaren contaba con el mejor monoplaza y dos grandes pilotos a los mandos. Por ejemplo, cuando el Ron Dennis susurraba al oído de Alonso tras su victoria en Mónaco que fuera benigno con el británico tras la derrota de este, quien además corría poco después a quejarse a la prensa por considerar que había sido tratado como un número dos, o la complacencia con el británico tras su desobediencia en Hungría, causa inicial del concatenamiento de situaciones que llevó al equipo por el despeñadero.

En Ferrari, durante la época de Todt y Schumacher, ni siquiera se planteaban sutilezas con el segundo piloto. Recordemos Austria 2002. Y de Red Bull, mejor no hablar de la posición pública que Helmut Marko, por ejemplo, no vacilaba en mantener cuando tenía la oportunidad. Uno no se imagina a Wolff haciendo algo parecido con sus pilotos. Y tuvo motivos en Spa.

En una recienteentrevista que se le hacía a Toto Wolff en la página oficial de la Fórmula 1, la cuestión era inevitable: “¿No fue el accidente de Spa lo mejor que le podía haber pasado a Mercedes? Hubo más atención mediática que los dobletes uno detrás de otro...”."No, no, hubiéramos preferido la victoria, pero esto es también lo que Bernie (Ecclestone) me dijo, que fue lo mejor para la Fórmula 1 y para nosotros…”. También estamos de acuerdo con Ecclestone. Y, de alguna manera, gracias a la actitud de Tot Wolff, Niki Lauda y Paddy Lowe.

“Queríamos ser fieles a nosotros mismos, ya que las emociones son parte integral de nuestro equipo, las emociones le han llevado donde está ahora, aunque se nos haya ido a veces un poco de las manos”. Choca escuchar semejantes palabras salir desde un equipo alemán, y precisamentecon dos austríacos entre sus máximos responsables.

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