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Los nervios mostraron a un Hamilton desconfiado de Mercedes
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PUSO A PRUEBA A SU INGENIERO EN BARCELONA

Los nervios mostraron a un Hamilton desconfiado de Mercedes

Mostró inquietud a través de la radio del equipo y puso a prueba a los suyos viviendo con tensión la parte final de la carrera, cuando Nico era más veloz

Foto: Hamilton, en una de sus paradas en boxes. (AP)
Hamilton, en una de sus paradas en boxes. (AP)
  • P: "¿Dónde has estado en el último par de vueltas?" (a su ingeniero de pista)
  • R: "Alejándote del tráfico"
  • P: "¿Cuánto perdí en el pitstop?"
  • R: "Nico perdió más tiempo por tráfico. No te preocupes por eso"
  • P: "¿Por qué me habéis llamado a cambiar ruedas si mi anterior vuelta era buena? "
  • R: "Óptima estrategia. Óptima estrategia"

Como Fermín Cacho en aquella interminable última recta de la final de 1.500 en Barcelona 92, Lewis Hamilton corrió también los últimos kilómetros del GP de España girando la cabeza hacia su perseguidor, su compañero Nico Rosberg. El nuevo líder de la competición mostró inquietud a través de la radio del equipo y, a través de preguntas, puso a prueba a los suyos viviendo con tensión la parte final de la carrera, cuando Nico era más veloz. "Rosberg ha estado más rápido, por lo que he tenido que recurrir a los ingenieros, que han respondido de una forma fantástica". Más relajado, al bajarse del monoplaza, reconoció que su victoria no había dependido sólo de sus manos, un hecho que desnudó su manera de gestionar este tipo de situaciones. Mercedes, con más calma, debió lidiar con ello.

Sobre el papel todo es favorable: está en un estado impecable tanto física como mentalmente; ha ganado cuatro pruebas consecutivas, todas las que ha terminado; y está en condiciones de repetir más veces gracias a que Mercedes ha despejado el horizonte de rivales. De momento, Hamilton sólo se tiene que preocupar de un enemigo, y lo tiene en casa.

Un inglés en una escudería alemana, contra un compañero alemán, y sabiendo que Mercedes tiene ventaja suficiente para permitirse el lujo de ‘elegir’ quién quiere que gane… ¿No se fía de su equipo pese a que le hayan dotado de voz de mando? ¿O simplemente desea tener todo bajo un control permanente? Este fin de semana expresó las emociones que el equipo ha de controlar para que no afecten a su pilotaje.

"¿Qué habéis hecho para tener hoy un coche peor?"

El sábado ya lanzó un dardo por radio para que nadie se relaje ni en esta posición tan privilegiada. Con un tiempo más de dos décimas mejor que el de su compañero y un segundo con respecto al primer rival ajeno a Mercedes, Hamilton hizo ver que había cosas que no le encajaban. "¿Qué habéis hecho para tener hoy un coche peor que ayer?", se quejó. El viernes se sentía cómodo pero el día de la clasificación, con "modificaciones de milímetros", algo no iba correctamente. "El coche se me va de atrás", espetó en rueda de prensa. Pues menos mal… pensarían los rivales, incluido Rosberg.

Mercedes celebra el 'doblete' logrado en el Gran Premio de España. (AP)Es la búsqueda de un perfeccionismo cuyo tono hacia el equipo desprende algunas gotas de desconfianza. Consciente de que tiene un panorama inmejorable para conquistar todo lo que se proponga, no quiere que nada ni nadie lo estropee. Son matices de un pasaje en el que lo importante es el objetivo final, la manera para llegar a él es lo de menos. Prueba de ello es esta declaración del domingo: "Estoy disfrutando en cada paso del camino".

Porque, al fin y al cabo, Hamilton está en Mercedes para ganar y sea con el lenguaje que sea lo está haciendo. Cada piloto, cada individuo, es particular. Estilos y personalidades diferentes, con las pulsaciones disparadas… más si hay un Mundial en juego, como en el actual caso de Lewis. El inglés, que ha logrado su primera victoria en España, repartió posteriormente elogios hacia su equipo, cuando estaba más tranquilo.

Él sólo no lo puede conseguir el título y necesita reunir la confianza y ‘simpatía’ de quien le rodea en el trabajo para sacar lo mejor de ellos. Ahí demostró esa mano izquierda que hace fuerte a un líder en su territorio. Aplicó ante la prensa la misma mano izquierda que anteriormente había manifestado el equipo a la hora de contestar a Lewis durante la carrera con cada queja. Mercedes supo bailar con la tensión de su número uno y manejó de una forma satisfactoria una situación de inconformismo casi permanente. Y quedan catorce carreras.

  • P: "¿Dónde has estado en el último par de vueltas?" (a su ingeniero de pista)
  • R: "Alejándote del tráfico"
  • P: "¿Cuánto perdí en el pitstop?"
  • R: "Nico perdió más tiempo por tráfico. No te preocupes por eso"
  • P: "¿Por qué me habéis llamado a cambiar ruedas si mi anterior vuelta era buena? "
  • R: "Óptima estrategia. Óptima estrategia"

Como Fermín Cacho en aquella interminable última recta de la final de 1.500 en Barcelona 92, Lewis Hamilton corrió también los últimos kilómetros del GP de España girando la cabeza hacia su perseguidor, su compañero Nico Rosberg. El nuevo líder de la competición mostró inquietud a través de la radio del equipo y, a través de preguntas, puso a prueba a los suyos viviendo con tensión la parte final de la carrera, cuando Nico era más veloz. "Rosberg ha estado más rápido, por lo que he tenido que recurrir a los ingenieros, que han respondido de una forma fantástica". Más relajado, al bajarse del monoplaza, reconoció que su victoria no había dependido sólo de sus manos, un hecho que desnudó su manera de gestionar este tipo de situaciones. Mercedes, con más calma, debió lidiar con ello.

Lewis Hamilton
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