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Algo falla en la Fórmula 1 cuando sólo interesa la primera y la última vuelta
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EL 'PADDOCK CLUB' DA LA ESPALDA A LA CARRERA

Algo falla en la Fórmula 1 cuando sólo interesa la primera y la última vuelta

Igual el Paddock Club no es la mejor de las referencias posibles, pero cuando uno que paga hasta 3.000 euros por ver F1, prefiere comer...

Foto: El presidente del circuito, Dato'Äô Mokhzani Mahathir, junto a Bernie Ecclestone.
El presidente del circuito, Dato'Äô Mokhzani Mahathir, junto a Bernie Ecclestone.

Igual el 'Paddock Club' no es la mejor de las referencias posibles, pero cuando uno que paga (o le pagan) hasta 3.000 euros por ver en un sitio privilegiado un Gran Premio de Fórmula 1 y acude al balcón que está en la misma línea de meta sólo en el momento de la salida y la llegada, es que algo falla. El buscado espectáculo no aparece, lo que provoca cierto hastío cuando ves que en la primera de las vueltas, Lewis Hamilton ya tenía más de un segundo de margen. Y así hasta el final de la prueba, cuando los afortunados se levantaron de su butaca, aparcaron sus conversaciones y buscaron la foto del vencedor. Hasta entonces estaban refugiados y sin apenas prestar atención a lo que pasaba.

El primer ministro Najib Tun Razak se acercó hasta el circuito. Esta es la mejor manera que tiene de sumarse al dolor de su pueblo. Llegó veinte minutos antes del inicio de la prueba, se dio un paseo de dos minutos por el pitlane… y al palco a comer, porque ni vio la carrera. No dio uso del sillón del circuito que presidía la zona de meta. Se quedó en segunda fila y ajeno al poco ruido que emiten los monoplazas.

placeholder El Primer Ministro de Malasia, Najib Tun Razak.

Lo visto en la selecta zona de VIP –quizás una de las zonas menos representativas en cuanto al fervor de los aficionados- se pudo trasladar este domingo al resto del circuito. La supremacía Mercedes, tan solo amenazada de lejos y durante unas pocas vueltas por Vettel, tiene visos de convertirse en algo habitual en las próximas carreras. Al menos en esta, Red Bull parecía que se había acercado un par de pasos… pero Vettel finalizó a 21 segundos de Hamilton.

Esta superioridad, llevó a los aficionados a no estar tan pendientes de lo que sucedía en la carrera y sí en la manera de intentar refugiarse en algo que mitigara el calor, esos 40 grados y el setenta por ciento humedad, hacían irrespirable el ambiente, especialmente por la falta de emoción. Seguro que Sepang no es la mejor referencia posible de cara al resto de la temporada - con media entrada y gracias-, pero pasión, lo que se dice pasión, poca. Y si la F1 quiere abrirse paso en mercados inexplorados ha de entretener a todo tipo de públicos, como el de Malasia. Seguramente el Primer Ministro se comporte de otra manera si va a un partido de fútbol, por ejemplo.

placeholder Aspecto de la 'pelouse' este domingo en Sepang.

Las prestaciones de Mercedes en esta nueva Fórmula 1 arruinan cualquier intento de igualdad. Van dos pruebas consecutivas en la que los aficionados se pusieron la mano en la boca ante un bostezo generalizado. Hubo escasos ‘clavos ardiendo’ donde agarrarse y encontrar motivo alguno para la incertidumbre, y eso se termina reflejando en una apática carrera, llevada al extremo en el selecto 'Paddock Club'. Eso sí, que la comida y bebida no falte.

Y lo peor es que en una semana aparece otro gran premio con todavía menos expectativas para atraer al espectador, ya sea de la zona noble, de la 'pelouse' o en la televisión. Bahrein es de todo menos un circuito con animación y ambiente en las gradas, aunque ya se encarga la televisión de cubrir esa carencia. En cualquier caso, el circo ya está en marcha y con destino al emirato. A ver si allí este espectáculo consigue animar, al menos, a la familia real bareiní, quien paga un canon de 40 millones de dólares por llevar hasta allí el Gran Circo.

Igual el 'Paddock Club' no es la mejor de las referencias posibles, pero cuando uno que paga (o le pagan) hasta 3.000 euros por ver en un sitio privilegiado un Gran Premio de Fórmula 1 y acude al balcón que está en la misma línea de meta sólo en el momento de la salida y la llegada, es que algo falla. El buscado espectáculo no aparece, lo que provoca cierto hastío cuando ves que en la primera de las vueltas, Lewis Hamilton ya tenía más de un segundo de margen. Y así hasta el final de la prueba, cuando los afortunados se levantaron de su butaca, aparcaron sus conversaciones y buscaron la foto del vencedor. Hasta entonces estaban refugiados y sin apenas prestar atención a lo que pasaba.

Lewis Hamilton Fórmula 1
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