El año que descubrimos a un caníbal llamado Vettel

"Me disculpé con el equipo inmediatamente después de ponerme por encima de ellos. Pero no pido perdón por ganar, que es para lo que me contrataron y por lo que estoy aquí. Me encanta correr y es lo que hice. Probablemente, lo volvería a hacer". 2013 ha destapado la faceta más feroz de Sebastian Vettel. Un caníbal que se aprovechó de su compañero y su equipo en Malasia para sumar siete puntos más de los que tenía, subirse una vez más a lo más alto del podio pero, sobre todo, mostrar públicamente de qué mentalidad está forjado el tetracampeón del mundo de Fórmula 1.

"No me sorprende que él siempre quiera ir a por todas. Él quiere ganar. Eso es lo que le hace un campeón". Sebastian Bourdais, excompañero de su tocayo Vettel habló este año de cómo piensa el campeón alemán y por qué no le extrañó lo ocurrido en Sepang a principios de temporada. En su equipo también han repetido en numerosas ocasiones que una de las cualidades del tetracampeón es su obsesión por vencer y por ello, tras ese suceso, Helmut Marko justificó lo acontecido diciendo que “cuando tienes a gente como Sebastian y Mark en esta situación, no hay forma de controlarla”. Pero aquí, ni ellos mismos se imaginaban que su ‘hambre’ pudiera devorar a su propio compañero saltándose las indicaciones desde box. En Malasia Red Bull también se dio cuenta del ilimitado instinto ganador que posee su primer piloto.

Si sueltan la presa no le podrán retener con un simple collar y esto lo vio claro Bernie Ecclestone. "Sebastian es un racer, no sabe nada sobre perder, no quiere perder, mostradme un buen perdedor y os señalaré a un perdedor". Pero, ¿ganar de cualquier manera vale? No a todo el mundo y gente como Jackie Stewart le hizo una cruz para siempre: “Solía considerarle el más inteligente y elocuente veinteañero que nunca he visto correr. Pero ya no, creo que cometió un gran error, y no puedo entender qué pasó por su cabeza. Cometió un serio error de juicio de lo que era correcto y lo que no”.

Hacer más que el rival

Su desnudo en Malasia fue otro signo de su obsesión por hacer todo lo que esté en su mano para alcanzar la perfección. “Me gusta llegar al circuito sabiendo que lo que hago es más y mejor que lo que hacen mis rivales. Si no estás por encima de ellos, nunca les ganarás”. Andy Soucek, en un artículo para este medio, escribió una frase que le dijo una vez el alemán cuando eran rivales en las World Series by Renault. Esto describe muy bien cómo está amueblada la cabeza del que sumase un título más en la India.

Ese ímpetu por cruzar primero el mayor número de metas posibles ha provocado en ocasiones el disgusto de sus compañeros en el box. "Algunas cosas no nos sorprenden de él, como buscar la vuelta rápida en los últimos giros", aseguró en Canadá Horner, cuando advirtieron al alemán de que no cometiese ninguna "estupidez" recordando con tres palabras un accidente cuando el líder tenía la carrera en el bolsillo: "Mónaco 1988, Senna". En Buddh, este domingo, pasó algo parecido… y eso que lo que tenía en el bolsillo no era una simple victoria, era un Mundial.

Hasta ahora no ha tenido ningún percance en este tipo de ‘aventuras’ y tal vez él mismo sepa que tiene la situación controlada. No es precisamente un novato que no sabe lo que hace. Más bien al contrario y tanto dentro como fuera del coche siempre le ha caracterizado una inteligencia y fortaleza mental que destacaba sobre el resto, tal y como recuerda Franz Tost: "Yo conocía a Vettel de la Fórmula 3 y de BMW, teníamos contacto. La etapa en BMW le hizo muy fuerte y eso me impresionó. Cuando llegó en 2007 tuvo una fase de aprendizaje muy rápida, no le llevó mucho tiempo ser más rápido que Vitantonio Liuzzi, que tenía mucha más experiencia que él. Entonces, como ahora, estaba impresionado por su inteligencia, no me refiero sólo a su comportamiento en el coche, también después, cuando se bajaba".

Impulsos controlados por la razón

Para un deportista de élite, el control de las emociones es una de las bases del éxito: lanzar con acierto un penalti o un tiro libre clave aislándose de lo que le rodea es una cualidad vital para destacar en su disciplina. En F1, someter a raciocinio las sensaciones del momento ha propiciado la frialdad de pilotos como Kimi Raikkonen o Alain Prost o Alonso, a quienes se les ha definido por elegir (casi) siempre bien en pista a lo largo de toda su carrera (también a Jenson Button se le ha colocado el ‘cartel’ de piloto inteligente en pista, por ejemplo). A Vettel, salvo el incidente de Turquía 2010, se le conocen aciertos en pista en momentos críticos que han resultado claves para el devenir de la carrera (como el arriesgado adelantamiento a Alonso en Monza 2011) o de la temporada, como la pasada por fuera a Button en Brasil 2012 que sería fundamental para la consecución de su tercer título. El año pasado también realizó grandes remontadas como la de Spa y este año a principio de temporada su sangre fría colaboró en sumar puntos. Impresionó su salida en el GP de Hungría ‘atando’ a Grosjean y Alonso. “Es muy impresionante bajo presión. No ha dejado de sorprenderme en estas situaciones”, se le ha podido escuchar este año a un sorprendido Horner.

"Me merezco todos los títulos que tengo", señaló Sebastian en una entrevista a El Periódico. Pocos campeones necesitan justificarse ante números tan impresionantes como los que lleva acumulados… El que haya conducido un gran monoplaza en estos cuatro últimos años ha restado cierta credibilidad a las victorias del germano. Quizás por ello siempre encuentra la necesidad y el reto de situar el listón tan alto como esté en sus manos. "Creo que él (Vettel) está haciendo un trabajo fantástico en todas las carreras. Ha estado cerca de la perfección", ha reconocido Alonso este año. En este aspecto es más tajante Marko, quien tras la carrera de Corea no dudó en afirmar lo siguiente: "Me pregunta cuál es la diferencia entre Sebastian y los otros pilotos. Yo creo que está claro: Vettel es perfecto. Así de sencillo, los demás pilotos pueden cometer errores, tener fallos, pero él no".

"No hizo un error", una frase muy repetida

Este ansia por buscar la “perfección” ya fue palpable en su primera victoria de Toro Rosso, al menos así piensa Tost, para quien la claves de ese triunfo fueron "las ruedas y Sebastian: no hizo un solo error, el equipo trabajó perfecto pero el que conducía era él”. Para subirse al cajón más alto normalmente hay que hacer un fin de semana perfecto y él ya lleva unos cuantos… 43.

Y por lograr el tetracampeonato no va a dejar de pisar el acelerador: "Sebastian ha ganado todas las carreras desde el parón del verano. Nuestro objetivo es tratar de alargar este ímpetu a las últimas carreras". Su mente no descansa y este es el siguiente reto de un chico que en 2010, antes de acumular tanta fama y gloria, Horner describió así: "Tiene tres cualidades: velocidad natural, inteligencia y una personalidad fuerte". No falló, pero le faltó una: devorador.