El duelo de Alonso contra Vettel, el que menos importa

Desde la noche de este miércoles, sucesivos escalofríos han recorrido el cuerpo de cada persona que haya visto o leído acerca del trágico accidente ferroviario en Galicia. Un sentimiento de tristeza, impotencia y rabia se apodera del espectador invitando a reflexionar un momento sobre los inesperados desenlaces que ocurren en la vida y recordando la importancia de seguir vivos. Habiendo ‘tocado’ este accidente en España, ningún deportista nacional o que esté de alguna manera relacionado con nuestro país ha faltado a la cita de dar el pésame a los familiares y amigos de las víctimas y las gracias a los voluntarios y donantes que colaboraron de alguna manera. En Ferrari, Fernando Alonso y Pedro de la Rosa no han sido menos y el asturiano pilotará con un brazalete negro en su mono en señal de duelo. Éste duelo en el GP de Hungría deja en un segundo plano el que mantiene con Sebastian Vettel.

"Día triste para todos. Todo el apoyo a las familias de las víctimas y afectados en el accidente de tren. Difícil de entender. Rabia". Pese a sus éxitos y relevancia mediática, siempre que ha tenido oportunidad, Alonso ha rebajado la importancia de su figura a la de un joven con un trabajo consistente en pilotar un coche. Sin dejar de sentir su admiración y pasión por ello, ha priorizado otros factores en su vida: "Lo más importante es la felicidad de mis seres queridos. En cuanto lo que a mí respecta, el 99% de mi felicidad está determinado por la familia y sólo el 1% restante por el trabajo. Puedo ganar una carrera o llegar séptimo, tal vez el domingo estoy más o menos feliz, pero el lunes es otra vida".

España le toca la fibra

Este fin de semana, entre esos "seres queridos" y ese "99%" hay un hueco especial para sus compatriotas afectados. Frío y calculador montado en un monoplaza, su carácter se transforma más emocional fuera de él. Como cuando bajó de su coche en el valenciano GP de 2012 para extender una bandera española ante la grada, o cuando recogió otra en el pasado GP de España, o su espontánea celebración en la final de la Eurocopa de 2008… Cualquier tema relacionado con España le toca la fibra y el fatídico episodio del tren con destino a Santiago de Compostela no iba a ser menos (como ya lo fue en su día el terremoto de la región de la Emilia-Romaña, de donde es Ferrari).

El asturiano tiene la opción de recoger el suceso como un dramático punto de motivación para subirse al podio y, más que pensar en la victoria o los puntos que pueda haber recortado a Vettel, dedicar a los afectados por el accidente la victoria. Si entre ellos hay aficionados al automovilismo, seguro que nunca olvidarían ese gesto y, tal vez, sientan durante unas décimas de segundo cierto alivio por venir la comprensión de un personaje tan célebre.

Desafortunadamente, Alonso depende de un coche que no ha evolucionado "nada" desde Montmeló y ha visto cómo Red Bull se perfila como el principal candidato al título por cuarto año consecutivo. Otro fin de semana, quizás esta cuestión hubiera preocupado más, pero precisamente para este gran premio de Hungaroring no deja de ser un problema común con el que convive desde hace tiempo en la oficina de Ferrari. De hecho, ha reconocido que de esta carrera no espera un gran resultado y sus "esperanzas" están depositadas para después del verano, cuando deben venir las evoluciones que, sin ir más lejos, dieron el título a Vettel en 2012.