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El día que Red Bull pidió ayuda al 'primo de Zumosol'
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DIETRICH MATESCHITZ CRITICA EL ESQUEMA ACTUAL DE NEUMÁTICOS

El día que Red Bull pidió ayuda al 'primo de Zumosol'

“Todo el mundo sabe lo que pasa aquí; esto no tiene nada que ver con correr, es una competición de gestión de neumático”. En la historia

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El día que Red Bull pidió ayuda al 'primo de Zumosol'

“Todo el mundo sabe lo que pasa aquí; esto no tiene nada que ver con correr, es una competición de gestión de neumático”. En la historia de Red Bull como equipo, pocas veces hemos visto a Dietrich Mateschitz pisar barro en los asuntos terrenales de la Fórmula 1. Por ello, sus críticas al esquema actual significaron un salto cualitativo que habrá hecho revolverse en su sillón al presidente de Pirelli, Marco Tronchetti.

Las palabras del propietario de Red Bull tienen su miga, por diferentes razones. Pero antes de entrar en otras consideraciones, sólo un apunte. La Fórmula 1 es un microcosmos endogámico que a veces pierde la perspectiva de la realidad exterior. En un mundo con mayores problemas económicos y sociales, la proliferación tan excesiva de este tipo de 'información' acabará empapando a la Fórmula 1 con esa imagen de futilidad banal propia de quien no tiene mayores problemas en la vida.

La raíz del problema

La cuestión es que Dietrich Mateschitz estuvo presente en Montmeló y vio cómo sus chicos fracasaron. Sin duda, fue una ocasión de oro para hacer ver al jefe las maldades de un esquema que impide al Mago Newey de Oz machacar con sus monoplazas a Ferrari y Cía. como antaño. Horner y Newey tuvieron así la oportunidad de acudir a su 'primo de Zumosol' para que sacara músculo ante Ecclestone, Pirelli y la opinión pública. Curiosamente, la dinámica de los  triunfos de Alonso el domingo y Vettel en Bahrein fueron muy similares, pero entonces nadie escuchó al magnate austríaco queja alguna al respecto. Que Mateschitz haya levantando la voz prueba que en Red Bull deben ver complicada la temporada. 

Sí, ciertamente, el neumático es delicado, y posiblemente mejorable. Pero la 'fórmula Pirelli' es una aspirina para las migrañas que durante años han atormentado a la Fórmula 1 o, más bien, a sus seguidores. Si quiere ayudar a la disciplina, haría bien Mateschitz en remontar las fuentes del Nilo de este deporte para recordar que KERS, DRS y 'neumáticos degradables' son artificios destinados a sortear la exasperación aerodinámica de la Fórmula 1, cuyo máximo genio juega en sus filas. Pero nunca le hemos escuchado pedir cambios reglamentarios que relajasen esa dependencia excesiva que convirtió durante años las carreras en auténticas procesiones, y donde un adelantamiento en la pista era tan rara avis como un gol en el catenaccio italiano. Porque aquí reside la raíz del problema.

Bostezos en las procesiones

“Los coches de carreras reales tienen una imagen diferente y, bajo las actuales circunstancias, no podemos sacar el máximo partido ni de nuestro coche ni de nuestros pilotos”, nos decía el dueño de Red Bull. Sí, estamos de acuerdo en que cuatro paradas es demasiado y que para rodar ocho segundos por debajo del tiempo de entrenamientos no hace falta invertir millones de dólares en desarrollar un alerón delantero, ni tampoco un Adrian Newey y su corte de genios para ello. ¿Verdad? Parece que el RB9 genera demasiada carga aerodinámica para la goma actual de Pirelli. ¿De quién es el problema entonces?

Mateschitz desearía que nada lastrara la genialidad de su Messi particular, que sus pilotos vivierann experiencias cumbre con su pilotaje al límite... Y, por supuesto, pretenderá que millones de telespectadores se sienten ante el televisor para conformar audiencias millonarias mientras, eso sí, bostezan ante las procesiones que hemos vivido durante años. Para Mateschitz, las del presente no son carreras auténticas. Para muchos, aquellas tampoco lo eran. Por muy al límite que se rodara.

Quien es capaz de financiar un salto desde el espacio tampoco se quejaba cuando el genio inagotable de Newey y los recursos económicos de Red Bull forzaban a una costosa orgía de desarrollos aerodinámicos que no todo el mundo podía afrontar. Tampoco se le escucharon quejas al respecto en 2011, cuando su piloto batió varios récords que se remontaban incluso a 1992, y cuando en muchas carreras sabíamos el resultado antes de empezar, fruto del dominio de Red Bull con una tecnología de coste extraordinario. Los neumáticos de entonces también eran Pirelli. Por cierto, iguales para todos, como en 2013. 

Un modelo imperfecto, pero que genera incertidumbre 

¿Por qué no emprende Mateschitz una cruzada contra la exasperación aerodinámica actual? No harían falta entonces acudir a la 'formula Pirelli'. Podríamos aconsejarle una visita a otro genio del pasado, Gordon Murray, que le aportaría sugerencias para reducir la excesiva dependencia aerodinámica que incluso forzó a Ferrari a cerrar un túnel de viento. Pero cuando se tiene a Messi en el equipo, por qué vamos a acudir a los jugadores de la cantera y pegarnos un tiro en el pie. ¿Verdad?

El modelo actual quizás no sea perfecto para los actores principales. Tampoco para muchos puristas de este deporte. Pero la incertidumbre que genera y la variabilidad de resultados que facilita ayuda a que el verdadero protagonista tantas veces olvidado, el aficionado, tenga motivos para sentarse delante de un televisor. No, a Dietrich Matechistz no le falla saltar a la palestra en defensa de Red Bull. Le ha fallado el momento: cuando su equipo sabe que, en carrera, Ferrari tiene un monoplaza mejor para 2013.

“Todo el mundo sabe lo que pasa aquí; esto no tiene nada que ver con correr, es una competición de gestión de neumático”. En la historia de Red Bull como equipo, pocas veces hemos visto a Dietrich Mateschitz pisar barro en los asuntos terrenales de la Fórmula 1. Por ello, sus críticas al esquema actual significaron un salto cualitativo que habrá hecho revolverse en su sillón al presidente de Pirelli, Marco Tronchetti.

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